Dalton Kincaid, un torero para los Bills

Buffalo Bills first-round draft pick Dalton Kincaid holds up a jersey during an NFL football news conference in Orchard Park, N.Y., Friday, April 28, 2023. (AP/ Photo Jeffrey T. Barnes)

El 10 de junio de 1992 comenzaba, en el Rasundastadion de Estocolmo, la Eurocopa de fútbol, que se disputaba en Suecia. A ese torneo llegaban 7 selecciones, que habían luchado en los céspedes de toda Europa por un puesto, más el equipo anfitrión. En un principio, la selección yugoslava había conseguido su pasaporte para el torneo, pero la execrable Guerra de los Balcanes hizo que el conjunto plavi fuera excluido de la competición. Dinamarca no había conseguido la clasificación, pero -tras la obligada salida del equipo balcánico- la UEFA le ofreció la participación en el torneo. Algunas de las estrellas danesas como Brian Laudrup, Peter Schmeichel, Henrik Larsen, o Flemming Povlsen estaban de vacaciones. El seleccionador danés, Richard Moller-Nielsen, convocaba de urgencia a sus jugadores a una reunión en Copenhague, donde les comunicaba que se iban a Suecia a disputar la Eurocopa. Absolutamente nadie daba crédito por las huestes vikingas como equipo favorito a llevarse la competición, más si cabe después del empate contra Inglaterra (0-0) y la derrota ante Suecia (1-0), en las dos primeras jornadas. Sin embargo, un gol de Lars Elstrup contra Francia, en la última jornada de la primera fase, otorgó a los daneses el pase para semifinales. En ese primer partido de la fase final del torneo, se veían las caras contra el vigente campeón, la demoledora Holanda, con jugadores de la talla de Marco Van Basten, Ruud Gullit o Frank Rijkaard. El conjunto de Moller-Nielsen conseguiría su pase a la final, tras una taquicárdica tanda de penaltis. La final se antojaba más complicada aún, pues los daneses se enfrentarían al rodillo alemán, el campeón mundial. El Ullevi Stadium de Goteborg era testigo de una de las mayores gestas del deporte mundial, gracias a una victoria majestuosa (2-0) de un equipo que jugaba sin presión, sin nada que perder y que había acudido al torneo de forma inesperada. _____________   Tengo que reconocer que mi vida siempre estuvo dominada por una máxima de ese genial todoterreno literario que es Paulo Coelho: “Cuando realmente quieres una cosa, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla”. Muchas veces pensamos que algo es lo que nos conviene y luchamos con esfuerzo, tesón y entrega por ello… o eso creemos. Es alucinante las lágrimas que se han vertido en el mundo por deseos concedidos. Y es que, como también dice Coelho, “debemos correr riesgos, pues solamente entenderemos el milagro de la vida cuando permitamos que ocurra lo inesperado”. Los deseos, a veces, se cumplen y nos decepcionan… Así que mejor lo inesperado. Ya que lo inesperado puede que forme parte de ese hilo rojo que rige nuestra vida… Hoy, en Crónicas Lombardi, tengo la suerte de hablar de una historia regida por lo inesperado, por las decisiones incomprensibles e, incluso, difíciles, pero donde la determinación, la obstinación, el esfuerzo, el sacrificio, el tesón y el trabajo se erigen en pilares fundamentales. Como la selección danesa, Dalton Kincaid -inesperadamente- se coló en una “fiesta” en la que, sobre el papel, nunca debería haber estado invitado. PRIMEROS PASOS: MUCHO BALONCESTO… POCO FOOTBALL. Dalton Mosser Kincaid nació el 18 de octubre de 1999, en Las Vegas (Nevada). Estudió en el Faith Lutheran High School en Summerlin (Nevada). Teniendo en cuenta sus cualidades físicas (1’93 metros y 112 kilogramos), decidió enrolarse en el equipo de baloncesto, donde consiguió el campeonato de la AAU (Amateur Athletic Union), en su temporada sénior. No obstante, el destino le tenía reservada una sorpresa… Sus amigos, considerando su portentoso físico, le aconsejaron que probara en football. Dalton era muy reacio a cambiar de deporte y hacía caso omiso a estas peticiones. No obstante, la insistencia fue tal que el propio Kincaid aceptó y probó, durante una única temporada, el deporte del ovoide. Esa campaña Dalton sorprendió a propios y extraños, alcanzando honores “all state”  y totalizando la nada desdeñable cifra de 745 yardas de recepción y 9 touchdowns. Esta temporada hizo cambiar la perspectiva deportiva del propio Kincaid, decidiendo convertirse en un walk-on, aceptando la oferta que le ofrecía el equipo de football de San Diego Toreros. Hay que recordar que, en el deporte estadounidense y canadiense, un atleta walk-on es aquel deportista que no ha sido reclutado oficialmente por una institución ni ha recibido beca de ella. Normalmente, son jugadores abocados a un segundo o tercer plano dentro del equipo deportivo de la disciplina pertinente. No obstante, existen gratas sorpresas que rompen los esquemas, se hacen grandes en el depth chart y se erigen en auténticas figuras de estos equipos. Basta citar nombres de la talla de J.J. Watt (Wisconsin), Baker Mayfield (Texas Tech, Oklahoma), Hunter Renfrow (Clemson), Sean Bedford (Georgia Tech), Stephen Gostkowski (Memphis), Jared Abbrederis (Wisconsin), Jim Leonhard (Wisconsin), Jimmy Morrissey (Pitt) o, más recientemente, Stetson Bennett (Georgia) o el propio Dalton para darnos realmente cuenta de la importancia de los walk-on. Este aspecto vuelve a resaltar la tesis que vengo defendiendo desde el inicio de este artículo: lo inesperado, a veces, se convierte en algo sublime. UN TORERO EN SAN DIEGO Los equipos deportivos de la Universidad de San Diego reciben el nombre de “Toreros”. Es indudable que este apodo tiene una clara reminiscencia hispánica, teniendo en cuenta el área de influencia de la universidad y su proximidad con la frontera mexicana. El nickname de “Toreros” fue seleccionado por los estudiantes de la USD, ya que pone de manifiesto valores -totalmente acordes con la universidad-, tales como “el coraje, el honor y la fidelidad a unos colores, junto con la soledad en el ruedo y el desafío ante la empresa de enfrentarse a un toro”. La justificación del apodo quedaba completamente argumentada por parte de este comité de estudiantes. No obstante, hay que recordar que, con anterioridad al apodo de “Toreros”, los equipos atléticos de la USD recibían el nombre de “Pioneers”. Los Toreros participan en la PFL (Pioneer Football League), una conferencia que compite en la Football Championship Subdivision (FCS), la mal llamada “segunda división” de la NCAA. Allí, se verían los… Continue reading Dalton Kincaid, un torero para los Bills

Un Patriota en la corte de Josh Allen

¿Y qué carajo pinta este tío aquí? Diría cualquier bisonte que se precie y que lea el título de mi carta. Muy sencillo, voy a pasar a presentarme. Mi nombre es Chusy, sí, ese que todos los martes, religiosamente, entra en ¨Estampida Bills¨ a saludar, suelta alguna perlita y, después, cae rendido en las garras de Morfeo. Eso sí, doy fe de que el miércoles, a primera hora, me pongo al día… y tengo testigos. Caí en este mundo de la NFL, fruto de la saturación de mi otra gran pasión, que es el basket. En una de mis mejores etapas como entrenador, en la que me encontraba con más sintonía con mis jugadores y disfrutaba de verdad en una cancha y un banquillo, apareció, en el entreno, un chaval al que yo había entrenado desde sus inicios, con una camiseta azul, con el 12 en la espalda y que ponía Brady. ¿Quién es ese señor, Gonzalo? Coach, de verdad me estás preguntando esto? Este señor es Tom Brady. Es Dios, me dijo. Y el domingo juega la Super Bowl contra Atlanta. “Como flipa esta juventud”, pensé. Años después, sí, años después, descubrí el secreto y la gran intrahistoria de aquella noche y aquel partido. Tengo que reconocer que después del Half Time Show y ver a ¨la rubia¨ aquella que caía del cielo, me fui a dormir pensando que aquello no iba a ninguna parte. Al día siguiente, pregunté por preguntar y vacilar un poco a mi pupilo, ¨ ¿Qué tal anoche, chaval? Tienes cara de sueño, creo que no os fue muy bien.¨ Cuál fue mi sorpresa cuando el muy capullo sonrió y me dijo ¨Coach ya me imaginaba que no tenías mucha idea de qué va esto¨ Valiente mamón. Menos mal que hizo un temporadón de escándalo que nos ayudó a ser campeones ese año. Por supuesto, a la celebración llegó con su flamante camiseta y el 12 a la espalda. Ahí empezó todo. Luego llegaron los escarceos por redes buscando información sobre New England, Y descubrí al que, para mí, sí que es Dios y es el Coach Bill Bellichick. Pero eso ya es otra historia que algún día si queréis os contaré… Como anécdota os diré que la primera noticia que leí el día que dije ¨hoy empiezo a ser de los Patriots¨ fue el traspaso de Tom Brady a Tampa, así como el fichaje de Cam Newton. Ahora decidme si eso no es tener huevos… Jajajajaja. Después llegaron los chicos de Patriots España, que fueron los que me metieron en vena el amor por New England Patriots. Un día me invitaron a su podcast. Y hasta ahora, sigo disfrutando con ellos.   Y entonces apareció Él… Un día despierto, miro el móvil y veo un mensaje en Telegram de un tal ¨EduBills¨, que me propone entrar una noche en Estampida Bills, para hablar de New England y del partido que jugábamos ese fin de semana. Y allá que fui, siempre con el beneplácito de mi gente, ya que iba en su representación. Y ahí fue cuando encontré otra de las grandes cosas de este mundillo, lo grande que es conocer a un rival desde dentro, para valorar y apreciar el trabajo que se hace y cómo se ven las cosas desde la otra banda. Además, si das con colegas como los que por aquí andan, todo es mucho más sencillo. Para mí, fue un placer pasar a formar parte de Estampida Bills, como ese Patriota de pro que todos los martes por la noche se une a los bisontes de La Estampida. Lugar de encuentro para toda la Bills Mafia, con ese código deontológico que os reconoce: devoción, pasión, respeto y mucho amor por esos colores rojo azul y blanco de la franquicia sita en el oeste del  gran estado de Nueva York. Y yo que mis primeros recuerdos del fútbol americano son eso duelos entre los Niners y los Cowboys, entre Troy Aikman y Steve Young. Sin embargo, lo que a mí más me llamaba la atención era un equipo dirigido por un tal Jim Kelly, que siempre jugaba bajo la nieve con el 12 a la espalda y que moría en la orilla contra  los grandes colosos del oeste de aquella época. Será que es que yo soy del Madrid, qué le vamos a hacer… Un enorme saludo y muchas gracias por hacerme un huequecito entre vosotros. Prometo portarme bien.   Jesús García del Álamo, ¨Chusy¨ @Chusy74

¿Bye, Bye, McDermott?

La madrugada del pasado miércoles los Buffalo Bills presentaron, como cada año, el “Buffalo Bills Embedded”. Este es un reportaje de unos 29 minutos, donde nos enseñan cómo se trabaja en la draft room, buscando trades, las llamadas a los futuros rookies… El departamento de comunicación nos muestra, en menos de 29 minutos, las emociones de la noche del NFL Draft y cómo trabaja la franquicia, desde meses atrás, para elegir a las futuras estrellas. No más lejos de la realidad, nos enseñan lo que quieren que veamos, pero, en el reportaje de este año, se dejan entrever varias cosas, que me han llamado mucho la atención. Quiero enfocarme en Brandon Beane y Sean Mcdermott. Me ha gustado mucho la proactividad de Brandon Beane, con el coordinador ofensivo, Joe Brady, y con Bobby Babich, coordinador defensivo. Desde el primer momento que lo vi, me llamó la atención: dentro de la draft room estaba todo el staff técnico. En el pick 33, elegimos a Keon Coleman y se demuestra que era el jugador deseado. Lo certifica la cara de satisfacción de Joe Brady. En el pick 60, elegimos a Cole Bishop, safety de Utah. En este pick, quiero detenerme en el momento en el que Beane, Gray y Gaine se están moviendo para subir y elegir al jugador deseado, pero no lo consiguen y hay que esperar. Cuando Houston hace su elección, la alegría invade la draft room. En un momento de la tarde, Gray le dice a McDermott “we’re just looking at potencial trade partners right now”. (“ Solo estamos buscando socios comerciales potenciales, en este momento”). Llama la atención que, en esta secuencia, Beane no está en la sala. Yo me pregunto, ¿McDermott no sabía lo que estaba sucediendo en la sala? En el momento de la selección de Houston Texans, Beane nos deleita con un: “YES!!!” McDermott sigue con esa cara de póker, a pesar de la alegría que hay en la sala, Beane saluda a Terry Pegula y, después, habla con Gaine con la satisfacción del trabajo bien hecho. Ahora, quiero irme al tercer día del NFL Draft, donde Brandon Beane mantiene mucha comunicación con Brady y Babich, consultando movimientos y hablando de los futuros jugadores potenciales. Hay un momento, que es difícil descifrar, en el que McDermott está girado, dando la espalda a Beane y hace el comentario de “necesitamos a Van-Pran”. Seguidamente, Beane le dice a Gaine, primero, Ray Davis; luego, Van-Pran. No sabemos más de la conversación, pero me parece llamativo que, en todo el reportaje, se les ve distantes y poco comunicativos. Siempre hemos creído que McDermott era intocable, por su relación con Beane. Recordemos que es McDermott quien recomienda a Terry Pegula la contratación de Beane. No obstante, esa situación puede cambiar, puesto que las ventanas de Super Bowl van pasando año tras año, y las decepciones cada vez hacen más mella en la franquicia. Asimismo, los medios de comunicación son más críticos con las gestiones de partido de McDermott. Este año, Terry Pegula ha reestructurado la franquicia NHL de Buffalo Sabres (de la cual también es propietario), destituyendo a Don Granato y firmando a una leyenda, del equipo, Lindy Ruff. El desgaste sufrido por Sean es evidente, así que veremos si, en 2025, Terry Pegula da el paso y el año que viene asistimos al final de la era McDermott.

Una nueva Zama: Draft Buffalo Bills 2024

El 19 de octubre del año 202 a.C. tuvo lugar la batalla de Zama, que significó el final de la segunda guerra púnica, y que enfrentaría a romanos y cartagineses. Esta batalla supuso el choque entre los dos grandes gerifaltes de ambos ejércitos: el general cartaginés Aníbal Barca, y el joven Publio Cornelio Escipión “El Africano”, líder de las legiones romanas. A pesar de que el ejército cartaginés estaba en clara superioridad y que Aníbal era un strategos militar mucho más experimentado, Escipión urdió una estrategia brillante, que, al principio, pocos entendieron, que confundió por completo a Aníbal y su numeroso ejército de elefantes, y que fue, sin duda, la responsable de una espectacular victoria. Por rencillas internas y miedo al poder omnímodo de Barca, el Senado de Cartago no brindó a Aníbal la caballería necesaria, que se quedó en Italia (Aníbal se desplazó desde allí, en barco, y se vio forzado a dejar gran parte de su contingente militar, especialmente, la caballería) y en la propia ciudad de Cartago. Conocedor de esta circunstancia, Escipión no la desaprovecharía. El ejército romano aguantó la envestida de los elefantes cartagineses, deslumbrando a las bestias, con cualquier objeto metálico, que reflejaba el sol del desierto. Además, Escipión se hizo acompañar de múltiples músicos, que tocaron, al unísono, sus instrumentos, desconcertando a los asustados paquidermos. Solventado este primer obstáculo militar, venía el gran ardid de Publio Cornelio Escipión. Las caballerías de Masinisa (líder númida y aliado de Escipión) y Lelio (lugarteniente y gran amigo del Africano) atacaron y provocaron la huida de la caballería númida de Tiqueo (aliado de Aníbal). Esta fue la gran estratagema de Escipión, ya que, tras hacer huir a las huestes de Tiqueo, la caballería liderada por Lelio y Masinisa regresó al campo de batalla, atacando por la retaguardia a los experimentados veteranos de Aníbal. Esta circunstancia destrozó el ejército cartaginés y significó el final de la batalla y de la segunda guerra púnica, convirtiéndose en una de las mejores estrategias en la historia militar. Del mismo modo que Publio Cornelio Escipión, la estrategia trazada por Brandon Beane, en el NFL Draft, ha sido objeto de numerosas burlas, siendo cuestionada y no entendida. Una gran mayoría de sesudos analistas y (pseudo) expertos se centran, en el aspecto coyuntural, de haber vendido su selección de primera ronda al archirrival de Buffalo Bills, Kansas City Chiefs, con la que los de Missouri seleccionaron al veloz receptor Xavier Worthy, olvidando cualquier aspecto estructural. Además, aluden a un desempeño, propio de equipo pequeño, al bajar varias veces y no ser mucho más agresivo, buscando jugadores, en teoría, más importantes. Obvian, sin duda, que este era el plan primigenio, que fue urdido, en las semanas previas, por el natural de Norwood (North Carolina). Un plan que salió a la perfección. La primera opción como receptor siempre fue Keon Coleman. El hecho de haber corrido las 40 yardas, en el NFL Combine, en 4.61, hizo bajar su stock, siendo calificado, injustamente, como wide receiver lento. Circunstancia aprovechada por Brandon Beane, al seleccionarlo con el pick 1 de segunda ronda. Gracias al “mal” trade con Kansas City Chiefs, Buffalo Bills ganaba casi 40 puestos, conseguía una tercera ronda y se iba de la segunda jornada del NFL Draft, con dos jugadores que eran una auténtica necesidad para la zaga y petición expresa de Bobby Babich: el safety Cole Bishop y el defensive tackle DeWayne Carter. En el tercer día, Beane conseguía dos nuevos jugadores de impacto inmediato (el running back Ray Davis y el center Sedrick Van Pran), añadiendo otros prospectos más que interesantes, como Javon Solomon, Edefuan Ulofoshio o Daequan Hardy. Solo el tiempo da y quita razones. El dios Chronos blandirá su guadaña determinando si la estrategia de Brandon Beane, en el NFL Draft, se parece a la urdida por Publio Cornelio Escipión en la mítica Zama, significando la selección de unos jugadores que contribuyan a seguir haciendo competitiva a la franquicia NFL sita en el oeste del gran estado de Nueva York. A continuación realizo el análisis de los jugadores seleccionados por Buffalo Bills, así como aquellos agentes libres no drafteados, que han conseguido una oportunidad con la #BillsMafia. Keon Coleman. (Round 2 Pick 33) 6’3” (192 cm) – 213 libras (96,6 kg) – 20 años – Junior – Florida State Seminoles – Wide Receiver. Positivo: Tras jugar con Michigan State, decidió pedir el transfer a Florida State, donde ha cuajado un año simplemente maravilloso, mostrando una conexión brutal con Jordan Travis. Es un auténtico atleta, con una capacidad de salto y cambios de dirección alucinantes. A pesar de su tamaño y de que se pudiera pensar que es un receptor de posesión, tiene una agilidad y explosividad dignas de destacar. Sus tres grandes virtudes son sus excelentes manos, sus instintos naturales a la hora de localizar el ovoide y su gran capacidad en balones disputados. Es un auténtico baluarte en zona roja. Puede recibir en corto y generar muchísimas yardas. Es bastante difícil de placar. Es muy bueno retornando punts. Negativo: Quizá, le falte un punto de velocidad en vertical y ha de mejorar su árbol de rutas, ya que tira mucho de improvisación. Cole Bishop. (Round 2 Pick 60) 6’2” (188 cm) – 206 libras (93,4 kg) – Junior – Utah Utes – Safety. Positivo: En Utah, jugó fundamentalmente como strong safety, situándose, en muchas ocasiones, en la caja, como un defensor extra. Tiene unos instintos muy naturales y una capacidad enorme para leer las jugadas del rival. Su mayor plus es como defensor contra la carrera. Sabe muy bien reaccionar e identificar este tipo de jugadas. Su técnica de placaje es sobresaliente. Su motor es alucinante y suple su falta de una condición atlética élite con unos instintos muy buenos, que le hacen estar siempre en el lugar correcto. Es un auténtico líder defensivo. Otra de sus grandes capacidades es ir muy bien al blitz. Negativo: Su velocidad y explosividad en vertical no es la mejor. Pierde mucho cuando está… Continue reading Una nueva Zama: Draft Buffalo Bills 2024

Conociendo a Joe Brady.

Luego de una dura derrota contra Denver Broncos, en Orchard Park, y la consecuente -y hasta sorpresiva (entre muchas comillas)- salida de Ken Dorsey, Joe Brady fue nombrado nuevo offensive coordinator interino de Buffalo Bills. El ahora ex-entrenador de QBs, ya fomaba parte del staff técnico, desde 2022, cuando el mismo Dorsey dejaba el puesto, al ser promovido como OC. Vamos a repasar un poco su historia: Tras retirarse como jugador de William & Mary -donde jugó como wide receiver-, en 2012, Brady dedicó sus esfuerzos para perfeccionarse como entrenador. En 2013, volvió a su alma mater, William & Mary, como entrenador de linebackers. Allí, desempeñó su labor durante un año, hasta que la oportunidad de formar parte de una universidad Power Five tocó su puerta.  Brady se incorporó, en 2014, a Penn State, como asistente graduado a las órdenes de James Franklin. La temporada 2015 de Penn State terminó con un  récord de 7-6 y la temporada 2016, con un balance de 11-3. La figura de los Nittany Lions, en ese tiempo, era Saquon Barkley y su juego terrestre, algo que siempre ha caracterizado a Penn State.  En 2017, le llegó una oportunidad, en el más alto nivel. New Orleans Saints, bajo las órdenes de Sean Payton y Pete Carmichael, lo nombraron asistente ofensivo, cumpliendo diferentes roles dentro del staff técnico, siempre relacionado con la ofensiva. Durante sus dos años de estancia en la franquicia, New Orleans Saints disputó playoffs. En su primer año con Nueva Orleans, en 2017, los Saints terminaron en el puesto #2, en estadísticas de la NFL en ofensiva total, siendo el único equipo de la liga que terminó el año clasificado entre los cinco primeros tanto en pases como en juego terrestre.  Los Saints también fueron el #4 de la NFL en puntos anotados. En 2018, New Orleans se colocó entre los 10 mejores equipos de la NFL tanto en ofensiva total (#8) como en ofensiva terrestre (#6) y la organización terminó tercera en puntos anotados. En 2019, le llegó una oportunidad única: ser parte del staff técnico de LSU Tigers. Tomó el cargo de coordinador de juego de pase y receptores, a las órdenes del offensive coordinator Steve Ensminger. LSU contaba con jugadores del más alto nivel como Burrow -que esa temporada lograría 5671 yardas y 60 TDs-, Ja’Marr Chase -con 1780 yardas y 20 TDs- y Justin Jefferson -1540 yardas, 18 TDs-. Un tridente explosivo que llevó a los Tigers a una temporada perfecta (15-0) y al título nacional. Quedan para el recuerdo la victoria en Tuscaloosa, ante Alabama, o el inolvidable partido contra Georgia, en la final de la SEC.  Rozando el cielo con LSU – billswire.usatoday.com Este desempeño con LSU puso a Brady en el radar de varias franquicias NFL y Carolina  Panthers le dio una segunda oportunidad como OC, dentro del staff técnico de Matt Rhule, en el circo del fútbol americano, en 2020. Su paso por el equipo de Charlotte no fue ni de cerca el cuento de hadas que vivió en LSU.  La ofensiva 2020 de los Panthers no estuvo a la altura de las expectativas. Tenía como QB titular a Teddy Bridgewater, que sumaría 3.733 yardas aéreas, 15 touchdowns y un porcentaje de pases completados del 69,1%.  D.J. Moore y Robbie Chosen superaron las 1000 yardas de recepción. El récord de esa temporada sería  5-11.  Sin duda, la temporada estuvo condicionada por la lesión de Christian McCaffrey, que venía de ser probowler,  luego de correr para 1387 yardas, en 2019, y solo participar en 3 partidos, en 2020. La temporada 2021 no sería muy diferente, Christian McCafrey jugaría solo 7 partidos y entraría en la lista de injury reserve, en la jornada 8. Sam Darnold (2527 yardas aéreas) comenzaría la temporada como QB titular y alternaría partidos con Cam Newton (684 yardas aéreas), que regresaba a Charlotte, tras su paso por New England Patriots. Luego de una desdibujada actuación contra los Dolphins, Brady fue cesado por la gerencia de Panthers.  Su descenso a los infiernos en Charlotte – espn.com El 4 de febrero de 2022, Brady comenzaría su andadura en Buffalo Bills, asumiendo el puesto dejado por Ken Dorsey, como entrenador de QBs. Acción que volvió a repetirse, tras el cese de Ken Dorsey como offensive coordinator, en la pasada Week 10.  Quisiera cerrar un par de comentarios: Su primera experiencia como OC, en Carolina, dejó mucho que desear. Está claro que estuvo condicionada por las lesiones de McCaffrey, y por los problemas con los QBs, en 2021. En general, en Charlotte, no guardan los mejores recuerdos. Creo que, en este punto, los Bills tienen un mejor roster que el que dispuso en Carolina: un mejor QB y armas más potentes, tales como Diggs, Kincaid y Shakir, que, sin duda, pueden acoplarse mejor para lo que estimo es su estilo de juego.  Los dos años que Brady estuvo con Allen (2022 y 2023 hasta su promoción) podrían decirse que fueron dos temporadas de involución en el juego de Allen. ¿Una coincidencia? ¿Se debe este retroceso a los planteamientos ofensivos de Dorsey? Será el propio Brady quien deberá contestarnos con hechos a estas preguntas. Joe y Josh – billswire.usatoday.com Andreas Bluhm – @BluhmAndreas @EstampidaBills 🦬💨

Los parientes locos de Steve Tasker.

Hace unos días llegó a mis manos una obra, que es algo sagrado para todo aficionado de Buffalo Bills. Me refiero al magnífico libro de Sal Maiorana, Buffalo Bills: The complete Illustrated History, la auténtica Biblia -perdóneseme la herejía- de la franquicia NFL situada en el noroeste del estado de Nueva York. Sal Maiorana -etsy.com La obra se inicia con un magnífico -e ilustrativo- prefacio de Steve Tasker -auténtica leyenda viva de Buffalo Bills e, injustamente, sin sitio aún en el Hall of Fame de Canton-, en el que el histórico jugador de Special Teams, cinco veces incluido en el primer equipo All-Pro y siete veces seleccionado para disputar el Pro-Bowl, describía su experiencia con la #BillsMafia.  Me he permitido la libertad de realizar una traducción libre y literaria, ya que esta joya de Tasker, en el libro de Maiorana, debe ser conocida, no solo por la fanaticada de Buffalo Bills, sino por todo el aficionado al fútbol americano en general. Disfrutadla… Steve Tasker en la actualidad. – buffalorumblings.com Prólogo de Steve Tasker. “Cuando has jugado en la NFL, tu experiencia puede variar, en gran medida, dependiendo de la franquicia o franquicias en las que has estado. Los entrenadores y jugadores, que forman parte de esa franquicia, se convierten en tu familia. Esa amistad que nace, mientras que juegas delante de millones de personas, te acompañará a lo largo de tu vida. Sin embargo, existe otra familia: la familia de los aficionados.  Los fans son esos “parientes locos” que son una parte importante de ti y de tu equipo, y que no pertenecen a nadie más. Los conoces bien; los amas, ya que eres el único que los comprende. Esos parientes te conocen tan bien -tanto a ti como a tus defectos- que pueden hacerte sentir como el hombre más pequeño o como un auténtico gigante. Pregunta a cualquier jugador que haya jugado en la NFL y te contará mil historias sobre sus aficionados: fans buenos, fans malos, fans divertidos y fans geniales. Esta relación entre una franquicia y una ciudad es singular y única.  Con la Bills Mafia… – billswire.usatoday.com Voy a relatar mi primera experiencia con la #BillsMafia. Había sido reclutado por Buffalo Bills, vía waiver wire, hacía pocas semanas, justo antes de un partido, en Buffalo, frente a Miami Dolphins. En ese momento, los Dolphins no eran más que otro equipo, para mí. Vale, de acuerdo, eran un rival de división, pero desconocía lo que significaban para la #BillsMafia. Pensé: “¡Buff! ¡Está diluviando y hace 3 grados de temperatura! Ningún aficionado vendrá al partido”.  Una hora antes del kick-off, bajé por el túnel para calentar… y, allí, estaban nuestros “parientes locos”. El estadio estaba abarrotado, la gente gritaba a pleno pulmón: “¡Matemos a los delfines! ¡Aplastemos al pescado! ¡Aplastadlos!”. Estaban tan extasiados que, prácticamente, babeaban de rabia. Sinceramente, yo estaba completamente aturdido, no entendía nada.  Steve Tasker. Un mito que aún no está en el HoF – billswire.usatoday.com Antes de esta experiencia con Bills, había estado jugando con Houston Oilers. Cuando llovía en la ciudad texana, nadie asistía a los partidos. Y eso que nuestros juegos se disputaban a techo cerrado, en el Astrodome. Llevaba menos de un mes siendo parte de la #BillsMafia, así que la gente aún no me conocía. Tras realizar el retorno del kick-off de ese partido frente a Dolphins, escuché a mi alrededor: “¿Tasker? ¿Quién diablos eres? ¿Bajo qué roca te encontraron, muchacho? ¿De dónde vienes? ¡No arruines el partido! ¡Seguramente, apestas como el resto del equipo!”. Pero no lo hice nada mal. Tuve un buen partido. Conseguí varios tackles en equipos especiales y, la verdad, mis retornos fueron bastante buenos. Más adelante en el partido, regresé a ese mismo lugar, para hacer un nuevo retorno. Mis “parientes locos” estaban allí, pero ya sus comentarios eran muy diferentes: “¡Ey, Steverino! ¡Gran trabajo! ¡Tú eres nuestro hombre! ¡Te he seguido a lo largo de tu carrera, desde que estabas en Houston! ¡Woooo-Hoooo!”. El retorno contra Miami – buffalobills.com Sin duda los Dolphins eran el equipo más odiado al noroeste del gran estado de Nueva York. Buffalo tenía un récord patético de 0-20 frente a ellos, durante la década de los 70, y existía una enorme frustración entre la fanaticada de Buffalo Bills. Sin embargo, esta frustración y amargura enloqueció aún más a nuestros “parientes locos”.  El crecimiento enorme de Buffalo Bills, a lo largo de la década de los 90, fue saboreado por esos aficionados, acostumbrados a padecer con su equipo. La #BillsMafia saborea y agradece cada triunfo, cada viaje a Playoffs, porque recuerda bien la profunda sima en la que la franquicia estuvo durante mucho tiempo, a lo largo de su historia. Ser parte de la #BillsMafia es obligatorio, si vives al noroeste de Nueva York. Tu madre y tu padre son de Buffalo Bills. Tus profesores y profesoras, en todos los niveles educativos, son orgullosos miembros de la #BillsMafia. Policías, bomberos… todos viven y mueren por Buffalo Bills. Al igual que ese tipo que está detrás del mostrador, en el Seven-Eleven o en la tienda de comestibles. Tus abuelos han sido, toda la vida, aficionados de Buffalo Bills, desde el antiguo Rockpile. También tus primos aman a los Bills. Todas las personas que conoces -o con las que te encuentras por la ciudad- tienen la sangre roja, azul y blanca de Buffalo Bills. Todos aman a una franquicia que sienten como propia.  La Estampida de Tasker – sicovers.com Compartí equipo con un entrenador y jugadores que son parte del Hall of Fame. Sin embargo, todos ellos te dirán que ni el mejor equipo habría logrado nada sin la ayuda y el apoyo de sus aficionados.  Sin duda, la #BillsMafia es una de las partes más importantes y de los factores más determinantes en cada partido de Buffalo Bills. Tengo varios amigos que, aunque tienen su abono para todos los juegos de la temporada, consideran que, al menos, en un partido de la temporada regular, tienen que colarse al estadio. Lógicamente,… Continue reading Los parientes locos de Steve Tasker.

TRB – El susurro de Buffalo

Tarde de domingo en Buffalo, y la afición celebra la vuelta a casa de los partidos de los Bills. Como siempre antes de empezar el partido, la afición se reúne para calentar motores. Lástima que nuestro equipo no hiciera lo mismo, ya que los primeros drives, tanto de ataque, como de defensa, se vio a un equipo, que no encontraba su sitio. ¿Y que pasó? Touchdown de los Raiders en los primeros compases del partido. Si, de por sí, ya veníamos tocados del partido anterior frente a los Jets, esto parecía el principio del declive del equipo este año. No sé si serían las alitas o el echarse Allen el equipo a la espalda, como casi siempre, que salieron de nuevo al campo para darle la vuelta al marcador, incluso poner tierra de por medio con 2 grandes touchdowns. De la grada enmudecida por el juego y realización de Davante Adams, al jolgorio y apoyar al equipo, como si no hubiese pasado nada antes. Todo lo que se pide a una afición, que siempre está con el equipo a pesar de los resultados. El equipo ganó en confianza, Josh empezó a sentirse bien con el balón, la línea ofensiva hacía su labor, en el lado contrario de la plantilla, la defensiva ponía de su parte con un gran referente al mando, Milano. Un jugador que destaca entre todos sus compañeros, por tener una actitud especial. Da el 200% en los partidos, y frente a Las Vegas, no fue menos, con una de las intercepaciones a Garappollo, que se sentía sólo en el campo, después de un comienzo prometedor. Destacar también la aportación de Terrel Bernard, con otra interceptación y con un partido serio, junto a Milano. Esta parece de Linebackers darán que hablar en los próximos años, erigiéndose como 2 de los mejores jugadores en su puesto. El último cuarto fue azul, un Josh Allen inconmensurable, hizo un drive a fuego lento, haciendo valer su gran precisión en pases cortos de primer nivel. Además de las carreras de Cook, que una vez más se posiciona como RB, y nos hace olvidar la última temporada de Singletary. Gran acierto de Beane en ese sentido. En general se vio un equipo serio, que se ha quitado la etiqueta de favorito en cada partido, y que tiene que seguir jugando a lo que sabe. Mi abuela decía que la comida sabe mejor a fuego lento, esperemos que los drives se cocinen a fuego lento, para dar ese punto de confianza en cada partido. Buffalo susurrará este sábado desde sus casas, para que el equipo sienta ese aliento en el campo de los Commanders

The Rookie Bills – Week 1: El Comienzo

Y comenzó la temporada 2023 de la NFL, que como cada año se hace de rogar desde mediados de febrero. Aún teniendo la ceremonia del Draft, en abril, dónde cada equipo y cada aficionado, pone todas sus esperanzas en los egresados universitarios, que podrán elegir sus equipos según el “pick” que tenga asignado, ya sea bien por la posición inversa a como han quedado la temporada anterior, (el ganador de el SuperBowl será el último en el puesto 32) o por algún trade que contenía uno o varios picks que se cobrarán en el Draft correspondiente. Pick 27 – Buffalo Bills En el draft de 2023 los Buffalo Bills en un movimiento maestro con la ayuda de Jaguar, consiguieron el pick 25, evitando que los Cowboys eligieran a Kinkaid, predilección de Brandon Beane para este draft. Y haciendo los movimientos/llamadas oportunas desde el “war room” de Buffalo, se subió a por este jugador de características ya conocidas en otro artículo, que mi compañero Edu Vallejo, escribió para Crónicas Lombardi y que se puedo también llevar a la guía que vio la luz justo el mismo día del partido. Así que como contaba, Dalton Kinkaid, egresado de la universidad de Utah Utes, que se encuentra entre el TOP 25 de las universidades de la FBS, fue seleccionado por los Bills, para tener un Tight End de garantías y con buenas manos para atrapar el balón, siendo un buen receptor. Aparte de Dalton, elegimos a 5 jugadores más, como O’Cyrrus Torrence, un Right Guard de garantías de los Florida Gators, Dorian Williams, un Linebacker que tendrá unos buenos maestros para aprender en defensa y en un par de años estar a un nivel altísimo. Offseason En la pretemporada, hemos visto como el equipo ha tenido Alti-bajos. Ya que con jugadores que serían reserva, parte del practice squad o incluso cortados, hemos conseguido 2 victorias, y dábamos muestras, de tener un equipo sólido, que daría guerra a todos nuestros rivales. Contra los Colts y los Bears hicimos buenos partidos, dando minutos a esos jugadores que después terminarían formando el roster de 53. Pero tuvimos un bache frente a Steelers, pero siendo pretemporada, no pasaba nada. 11-11 y Aaron Rodgers Quizás unos de los días más emotivos que los americanos recuerdan desde hace 22 años, los atentados de las Torres Gemelas y el Pentágono. Todos los equipos de Nueva York recordaban a las víctimas y heridos, y había un ambiente en el equipo local de los Jets, de satisfacción por conseguir, a unos de los grandes jugadores, que les eran necesarios en el roster, para conformar un equipo que se postulara a llegar a Playoff y quien sabe si ganar el trofeo Lombardi. Aaron Rodgers desembarcó en Nueva York con un trade, no envuelto en polémicas y dilatado en el tiempo. Pero acabaron entendiéndose las 3 partes para terminar con el jugador contento, los Packers, con rondas del draft y dinero mucho muerto en el cap, y los Jets deseosos de tener en sus filas a un QB de garantías que solventase los problemas de años anteriores en esa posición. Partido No se llevaban ni 5 minutos de partido jugados, cuando Aaron se lesiona, tiene que salir en camilla, y los peores pronósticos se ceban con un jugador de 39 años, que tenía una gran ilusión en su nueva etapa fuera de Lambeau Field. Rotura del tendón de Aquiles, que lo dejará fuera de combate par toda la temporada. Y entonces es cuando vivimos un partido como la temporada pasada, contra el mismo rival, mismo sitio, y casi los mismos protagonistas. Josh Allen tenia momentos de desconexión haciendo de las suyas -pases largos, correr sin sentido…- y teniendo 3 interceptaciones y un fumable en todo el partido, por querer ir rápido, cuando con un poco de cabeza, -se lo pedía Diggs, en cada drive, antes de saltar al campo- podría haber tenido más protagonismo positivo, que el que tuvo. Al final del segundo cuarto, vimos como la conexión Allen-Diggs, parecía que iba a funcionar en este partido, pero sólo fue un destello, en la inmensidad del cielo de Nueva York. Con 13-3 en el marcador, los jugadores dejaron escapar esa ventaja. Cabe destacar la actuación de la defensa, dónde Milano hizo un gran partido y en general los que jugadores que participaron, demostraron que este año habrá competencia por cada posición. En ataque Cook fue el mejor de los nuestros, y vamos como Kinkaid es el jugador que ha brillado en Utah. Del equipo rival me impresionó, la vuelta de Breece Hall, después de la lesión del año pasado. Este running back, es escurridizo y dará más de un problema a las defensas y más de una alegría a su equipo. Con todo esto llegamos al final del partido con 16-16 en el marcador, jugando un Extra Time dónde la fortuna terminó por quedarse con el equipo local. Después de un drive para olvidar, Sam Martín hace el despeje y Xavier Gipson hizo un gran retorno, casi sin encontrar oposición en la carrera. 22-16 Final del partido Zach Wilson salió del partido con 2 victorias, una la de sustituir al lesionado Aaron Rodgers y hacer un buen partido y la segunda, volver a ganar a Josh Allen, sin la confianza de nadie. Si hago un resumen rápido del partido, desgraciadamente para los aficionados Bills, no vieron al mejor Allen, sino a un Allen “fallón” que le faltó constancia y serenidad, aunque tuvo también sus momentos positivos. Una buena defensa con Milano como protagonista. Y cuando Josh dejé las pájaras mentales, tiene un equipo ofensivo ,que nos dará muchas alegrías; Diggs, Kinkaid, Cook, Davis, …. #GoBills

Papá… ¿Porqué somos de los Bills?

Conoces un nuevo deporte para ti y ¡PUM!. De repente, te encuentras que hay 32 equipos, que no sabes nada de ellos, y no es como en los deportes de fútbol que conoces, sino que esas 32 franquicias son más o menos inamovibles (pueden cambiar de dueños y mudarse de ciudad) y siempre son las que juegan en la liga. Te atraviesa la pregunta de ….¿Qué equipo es el que se identifica conmigo? Empiezas a bucear en los equipos, y en un primer lugar te centras en el equipo de los “papis”, que te han adoptado en ese nuevo deporte, la NFL. Un montón de información llega a tus oídos en cada podcast o cada lectura de blogs que haces, que si “Touchdown”, “Nikel”, “Fumble”, “Interceptación”. Ahí es cuando te das cuenta, que te vas a tener que poner a estudiarlo todo, para enterarte muy bien de esos tecnicismos propios del juego, que se mencionan, en todas las redes sociales que empiezas a seguir y textos en distintas webs. Pero bien, dejas a un lado esos “palabros” y te centras en los equipos. Como decía, te fijas en el de “papá” pero, te das cuenta que no es lo que buscas, debe ser parecido a tus sentimientos hacia otros equipos de otros deportes, más modesto, pero que no sean geniales. En resumen, como soy aficionado del Atlético de Madrid y del Córdoba en lo que a fútbol se refiere, pues habrá que seguir siendo “sufridor”, así ya me sé de memoria los mecanismos de defensa contra situaciones desalentadoras. Debo aceptar que en el primer año de introducción a lo que era la NFL, me decanté un poco por los Green Bay Packers, ya que era ese equipo que había conocido, gracias a mi “papá” NFLero, pero que con muy buen criterio, me aconsejó revisar todos y quedarme con el que más me gustara y me identificara. Y así fue, me puse a revisar equipos, descartando algunos inmediatamente. Empecé haciendo una criba según conferencia, así me quitaba 16 equipos de un plumazo. La Conferencia Americana fue la elegida, el logo me gustaba más, que el de la conferencia Nacional, el color rojo me gusta más que el azul. Después me guié por los equipos que habían ganado el trofeo Vince Lombardi. Quería uno, que no lo hubiese ganado. Y buscando esto, me sorprendió las 4 finales perdidas de los Buffalo Bills, y me identifiqué mucho con este hito, desgracia o como queramos llamarlo, ya que al final llegar a una final de cualquier torneo es un premio, pero falta ponerle la guinda, y aún no se la habían puesto. Después de un año siguiendo a los Bills te das cuenta que, te atrae todo lo que rodea al equipo y a la ciudad. Empezando por Josh Allen, y terminando por Tyler Bass, quieres conocer todas esas estadísticas, empiezas a analizar las jugadas y ver la estrategia del juego. Además, conocer el movimiento de la afición BillsMafia, hace que te sientas parte de esa gran familia, que está repartida por todos los rincones del planeta. Y ver como rompen mesas en los tailgates, que son las concentraciones que hacen antes de entrar en el estadio, (lo veo de la misma manera que, cuando te vas con los amigos antes de un partido a tomar unas cervezas, pero esto lo hacen antes de entrar al estadio, para calentar motores y entrar al estadio con más motivación y ganas de ver a tu equipo). En definitiva, ser de cualquier equipo de la NFL es como una “religión” que eliges y sigues con amor y odio, tanto en las victorias como en las derrotas, que en mi caso ya he vivido alguna dolorosa, hace que tengas más ganas de ver a tu equipo ganar y conseguir levantar el Trofeo Lombardi, que tanto ansía cualquier jugador. Espero que la temporada 2023 tenga un gran final donde los Bills, sean protagonistas de la temporada y quién sabe si puede Josh Allen levantar el trofeo que tanto busca ganar y celebrarlo en la segunda ciudad más grande del Estado de Nueva York, y con todos los aficionados de la BillsMafia que se reparten por todo el mundo y por España en particular. Y esa final que está en mi cabeza, sería contra Green Bay Packers, pudiendo disfrutarla con mis 2 grandes amigos en este deporte, que han hecho a día de hoy, me guste la estrategia y los movimientos de ajedrez que los equipos ejecutan en el campo. Ahora sé que mi corazón tiene los colores que debe tener…   #BillsMafia #GoBills  ❤️🤍💙 @Itoartdesign

Un “Diosh”, que no quiere ser un “Le God”

“Jugar en los mejores clubes es un reto muy bonito, pero hay un reto mucho más difícil: jugar contra los grandes y ganarles. Yo me dedico a eso”. Estas declaraciones fueron vertidas por ese inmortal y eterno jugador llamado Matt Le Tissier. El nacido en la isla de Guersney -un recóndito lugar anclado en el siempre mítico Canal de la Mancha- es, sin duda, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol mundial, pero ha sido -injustamente- olvidado por profesar un amor –sine die– por los colores del Southampton. “Le God” ofreció absolutamente todo al club sito en el sur de Inglaterra y pasará a los anales de la historia por ser un “one club man”, rechazar los cantos de sirena que le llegaban desde los mejores clubes británicos y brillar en un club abocado, temporada tras temporada, a salvar la categoría. No obstante, la pregunta que hemos de plantearnos es: ¿hicieron los Saints todo lo posible para aprovechar las cualidades de un unicornio como Le Tissier y conseguir un título que colocara a “Le God” en el justo lugar que se merece? La respuesta es un contundente no… Matt se retiró del fútbol sin lograr ningún trofeo. Estela que también siguieron otros grandísimos jugadores como Antonio Di Natale, Giuseppe Signori, Joseba Etxebarría, Fernando Gómez, Julen Guerrero o -hasta el momento- Harry Kane, que nunca pudieron levantar un entorchado con ningún club. La pasada temporada Buffalo Bills partía, en las apuestas, como claro favorito al Super Bowl,  mas se estrelló, en  Ronda Divisional, ante unos muy superiores Cincinnati Bengals. Muchos son los factores que pudieron incidir en este descenso a los infiernos del equipo de la #BillsMafia: aspectos psicológicos (tema Damar, muerte del hermano de Dawson Knox, cruentas vicisitudes vividas en el área de Western New York…), bisoñez de Ken Dorsey, sistema defensivo obsoleto, nulo rendimiento de la línea ofensiva, decisiones precipitadas y absurdas de Josh Allen… Sin embargo, Brandon Beane, tras analizar las circunstancias acaecidas la campaña pretérita, llegó a una conclusión de cara al NFL Draft: era necesario proporcionar armas a Josh Allen. Por ello, la idea -tras muchas selecciones de primera ronda en puestos defensivos- era reclutar a jugadores que implementaran la ofensiva de Bills y, por ende, hicieran la vida más apacible y sencilla a Josh. El propio Allen ya ha asumido su parte de responsabilidad en el fracaso vivido la pasada temporada. Desde siempre, Josh ha vivido bajo mentores que le han ayudado en los momentos “clutch” de los partidos, en esos instantes que deciden el resultado de un encuentro. Craig Bohl siempre hablaba con  Allen, antes de un snap decisivo, en Wyoming; Brian Daboll tutorizó a Josh, durante su estancia en Orchard Park. La pasada temporada se notó esa falta de confianza en esos momentos álgidos, tomando decisiones poco acertadas en esos instantes. Ken Dorsey no fue el mentor que todos esperábamos. Por tanto, el propio Allen ha reconocido que, durante esta postseason, ha recibido ayuda psicológica con la firme determinación de ganar confianza y mejorar su rendimiento en cada fase de los partidos -especialmente, en ese punto de inflexión que puede resultar determinante-. Pero, además, Brandon Beane ha sido fiel a la promesa dada a Josh y ha tratado de ofrecer a Allen las armas necesarias para ayudarle a mejorar la producción ofensiva de Buffalo Bills: especialmente, en el primer nivel de pase, en una guardia pretoriana que -por fin- lo proteja y en un backfield que sume y no reste. Beane -así como toda la #BillsMafia– espera y desea que “Diosh” (así lo apoda mi querido compañero Claudio Jorquera “Chonet”) no sea un “Le God” y pueda traer -por fin- un campeonato a Western New York.  1ª Ronda – Pick 25. TE, Utah Utes. 6’4”, 246 lb. Dalton es, sin duda, el mejor TE de la clase en recepción. Pero la gran pregunta es si Kincaid es realmente un ala cerrada. Desde mi modesto punto de vista y vista su trayectoria en Salt Lake City, la respuesta es un contundente no. Kincaid ha ejercido de auténtico receptor alto, haciéndole la vida más fácil, en cada snap, al bueno de Cameron Rising. Su capacidad física y atlética supondrá una implementación, para Josh Allen, en red zone. Buffalo fue uno de los peores ataques en el primer nivel y Dalton puede emerger como un ala cerrada generacional, que restará presión a Josh, erigiéndose en uno de sus targets preferidos. Además, su capacidad de yardas tras la recepción y su potencial físico a la hora de ser placado, hacen de Dalton Kincaid una potencial arma de destrucción masiva, en un ataque como el de Bills. Dorsey ya no tendría excusas. Brandon Beane -que lo visionó en un partido ante USC, en el que Dalton brilló con luz propia- y el propio Josh querían -sí o sí- al nacido en Las Vegas, para implementar el ataque de Buffalo. Sus manos son élite, tal y como se ha demostrado en los primeros entrenamientos de la temporada, donde, además, se ha vislumbrado ya una conexión y una sintonía brutales con Josh. Muchos analistas han hablado de su potencial y su parecido con Travis Kelce. Personalmente, me parece que Dalton llega más preparado al circo profesional que el propio Travis, cuando salió de los Bearcats. Si Kincaid es la mitad de decisivo que Kelce, a lo largo de su carrera profesional, la #BillsMafia tendrá motivos para celebrar. Aunque hay que tener presente que si existe una posición en la que el salto a la NFL es más complicado, esa es, sin duda, la posición de tight end. Sin embargo, ya he comentado que Dalton no es un ala cerrada al uso… Sorprendentemente y a pesar de lo que indicaban la mayoría de los analistas, O’Cyrus Torrence cayó al final de segunda ronda. Ello puede deberse a diversos factores. En primer lugar, O’Cyrus siempre ha jugado como right guard. Esta falta de versatilidad, sin duda, ha jugado en su contra. Además, el grueso de su carrera se desarrolló en los Ragin’ Cajuns y ya sabemos… Continue reading Un “Diosh”, que no quiere ser un “Le God”