Introducción. Esta tarde, a las 19 horas (horario peninsular), disfrutaremos del último partido de la temporada regular, un descafeinado duelo divisional, en el Gillette Stadium de la localidad de Foxborough (Massachussetts), que medirá a Buffalo Bills y New England Patriots. El partido tiene muchas incertidumbres y muy pocas certezas. Lo único claro es que Buffalo Bills no se juega absolutamente nada, que Josh Allen jugará unos snaps (ya que quiere seguir acumulando partidos jugados de forma consecutiva, en aras de batir el casi inalcanzable récord de 297 partidos de Brett Favre) y que a New England Patriots le interesa perder, para certificar la elección número 1 en el próximo NFL Draft. Fuera de esto, todo son dudas. Se prevé que los menos habituales sean de la partida, en un duelo en el que ya son baja Terrel Bernard, por parte de Buffalo Bills, y Ben Brown, Ja’Lynn Polk, Jabrill Peppers y Christian González, por parte de New England Patriots. El potencial rival de Buffalo Bills -ya seed 2 en la AFC-, en la ronda de Wild Card, saldrá de la terna Denver Broncos, Miami Dolphins y Cincinnati Bengals, que ganó la pasada madrugada a Pittsburgh Steelers. Análisis de la ofensiva. Poco podemos hablar en este apartado, ya que todo son incógnitas, fuera de que Josh Allen jugará unos snaps y que Amari Cooper no viajará a Massachussetts. Supongo que Mitchell Trubisky comandará el ataque y que Mike White también tendrá sus snaps. Ray Davis, Ty Johnson y Frank Gore Jr. asumirán el juego terrestre. Y en la parcela aérea, será un partido para que Keon Coleman, Mack Hollins y Dawson Knox sumen minutos de juego, de cara a Playoffs, y para seguir probando a Tyrell Shavers. En la línea ofensiva, será el turno de Ryan Van Demark, Alec Anderson, Sedrick Van Pran, Will Clapp y Tylan Grable. Análisis de la defensiva. Terrel Bernard será baja segura. Supongo que no se forzará a los tocados Damar Hamlin, Rasul Douglas, Matt Milano o Taylor Rapp. Será un buen momento para que DeWayne Carter, Cole Bishop y Cam Lewis sigan acumulando snaps. Y será el turno para los menos habituales: Dawuane Smoot, Casey Toohill, Jordan Phillips, Austin Johnson, Quinton Jefferson, Javon Solomon, Dorian Williams, Edefuan Ulofoshio, Joe Andreessen, Ja’Marcus Ingram, Brandon Codrington y Kaiir Elam.
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El ojo del bisonte. Week 17: New York Jets @ Buffalo Bills.
Introducción. Esta tarde, a las 19 horas (horario peninsular), disfrutaremos de un duelo divisional, en el High Mark Stadium de la localidad neoyorquina de Orchard Park, que medirá a New York Jets frente a Buffalo Bills. El partido se prevé un duelo muy desequilibrado, merced a las trayectorias tan antitéticas que llevan ambas franquicias. No obstante, en un enfrentamiento divisional y sin presión -por parte de Jets- absolutamente todo puede pasar, tal y como se vio la jornada pasada con unos New England Patriots que, a pesar de la derrota, hicieron uno de sus mejores partidos del año. New York Jets afronta este envite con un récord de 4 triunfos y 11 derrotas. Arriba a Orchard Park tras ser derrotado por Los Ángeles Rams y en medio de una atmósfera de total incertidumbre, ya que no está claro qué pasará con este proyecto la próxima temporada: Aaron Rodgers, Davante Adams, Garrett Wilson, nuevo staff técnico… No obstante, las huestes dirigidas por el técnico interino Jeff Ulbrich querrán dejar un buen sabor de boca a su sufrida fanaticada y realizar un gran desempeño ante uno de sus rivales divisionales. Por su parte, Buffalo Bills quiere certificar matemáticamente el seed 2, consiguiendo el factor cancha en Wild Card y Ronda Divisional. Para ello, le vale la victoria, en este, o en el próximo partido ante New England Patriots. Si consiguiera el triunfo frente a Jets, Josh Allen y sus mesnadas alcanzarían un merecido descanso la semana que viene, para afrontar de la mejor manera posible un enfrentamiento de Wild Card, que se prevé será una batalla campal. Análisis de la ofensiva. Tras la exhibición ante Lions, se vio un retroceso en la ofensiva el partido pasado ante New England Patriots. La falta de intensidad fue patente en un encuentro que no fue afrontado al 100%, aspecto que se notó ante un equipo rival que salió a darlo todo. No obstante, del encuentro ante Patriots no debemos extraer conclusiones precipitadas, y considerarlo lo que fue, un partido trámite en el que se obtuvo un triunfo necesario. Ante Jets, Joe Brady tiene que conseguir volver a la senda de encuentros anteriores. La defensa de New York Jets no es algo baladí y seguro que trata de poner las cosas muy complejas. Es una defensa de grandes nombres y que funciona bastante bien, en momentos puntuales. Ahora bien, en lo estructural, peca de anarquía y suele diluirse con el paso de los minutos. Esta debe ser la premisa del ataque de Buffalo Bills, ir martilleando su defensiva hasta que colapse. Nuestra línea ofensiva tendrá que vérsela con nombres tan ilustres como Quinnen Williams, Will McDonald, Javon Kinlaw o Haason Reddick, auténticos baluartes en la posición y que tratarán de amargar la tarde a Josh Allen. Por tanto, se necesita el mejor nivel de la guardia pretoriana de Allen, no solo para darle los segundos necesarios para buscar vías de entrada en su zaga y abrir huecos para los acarreos de nuestro backfield, sino para evitar posibles contratiempos, en forma de lesiones, de Josh. Me da pánico este partido, en esta cuestión. Su unidad de linebackers también tiene quilates, puesto que Quincy Williams, Jamien Sherwood o Sam Eguavoen poseen un nivel notable o sobresaliente en la posición. Josh ha de buscar los espacios que puedan quedar a la espalda de los linebackers o en la zona flat, asegurando certeros pases que sean explotados por Amari Cooper, Dalton Kincaid, Khalil Shakir o Curtis Samuel. Habrá que tener mucho cuidado con los movimientos, en el nickel, de Michael Carter II, que es un jugador muy peligroso. Quizá, donde la zaga de New York Jets sea más porosa es en la secundaria. Sauce Gardner está lejos del excelso nivel de sus dos primeras temporadas, mientras que DJ Reed, Tony Adams y Chuck Clark son jugadores cumplidores, pero no son élite. Esta debe ser la línea de flotación que Allen ha de masacrar, pero, lógicamente, para alcanzar la big play, primero, hemos de asentar el juego terrestre y haber movido las cadenas, destrozando los dos primeros niveles aéreos de su defensiva. Teniendo en cuenta todo lo indicado, será fundamental establecer el juego terrestre. Pero será muy complejo correr a la manera tradicional, debido al potencial enorme de sus dos primeras líneas. Así que preveo un nuevo encuentro en el que James Cook, Ty Johnson y Ray Davis destaquen por sus yardas aéreas y sus carreras por el exterior. Las jet sweeps y jugadas marca Joe Brady también tienen cabida ante una defensa como la de Jets. Además, Josh Allen, en momentos determinados, podrá salir en scramble, aprovechando situaciones puntuales de superioridad, en las que puede sacar muchas yardas. No obstante, me reitero en la precaución ante potenciales lesiones. Análisis de la defensiva. El ataque de New York Jets es un poco incógnita, puesto que, al igual que ocurre con su zaga, la anarquía y la irregularidad son las notas más características de esta ofensiva. Nadie puede discutir los nombres que atesora este ataque. Hablar de Davante Adams, Garrett Wilson o Breece Hall supone nombrar a auténticas estrellas de la liga. No obstante, esta ofensiva es capaz de realizar un drive brillante y acumular, en sus cuatro ataques posteriores, sendos tres y fuera. Si Aaron Rodgers quiere jugar, sin duda, habrá partido. Ahora bien, se advierte una “davantedependencia”, a la manera de Green Bay Packers, no por necesidad, sino más bien por capricho del quarterback californiano, que se empeña, hasta la saciedad, en buscar al bueno de Adams, obviando muchas veces a Wilson. Además, la línea ofensiva de Jets está siendo un auténtico desastre, siendo Rodgers muchas veces castigado. Pero, si irregular es su ataque, no podemos decir menos de nuestra defensiva que es capaz de lo peor y, pocas veces, de lo mejor. Sin duda, este es un partido para que nuestra zaga se reivindique y adquiera confianza de cara a la inminente ronda de Wild Card. Bobby Babich tiene que volver a plantear un partido sin fisuras, tratar… Continue reading El ojo del bisonte. Week 17: New York Jets @ Buffalo Bills.
El ojo del bisonte. Week 16: New England Patriots @ Buffalo Bills.
Introducción. Esta noche, la as 22:25 horas (horario peninsular), disfrutaremos de un duelo divisional, en el High Mark Stadium de la localidad neoyorquina de Orchard Park, que medirá a New England Patriots frente a Buffalo Bills. El partido se prevé uno de los divisionales más desequilibrados de la última década, merced a la desigual trayectoria de ambas franquicias. New England Patriots, en el primer año de la era post-Belichick, viene de una racha de cuatro derrotas consecutivas, habiendo solo ganado 3 partidos. No obstante, la llegada del quarterback Drake Maye abre un horizonte de expectativas, para que el conjunto de Massachussetts sea competitivo más pronto que tarde. Es increíble lo que está haciendo el egresado de la Universidad de North Carolina, teniendo en cuenta lo mal que está rodeado y las controvertidas decisiones que le llegan desde la banda. Por su parte, Buffalo Bills necesita la victoria para casi dejar sellado el importante seed 2, que supondría un hipotético divisional en casa, tras la derrota de Pittsburgh Steelers. El ansiado seed 1 queda ya como un imposible, puesto que Kansas City Chiefs logró el triunfo sobre Houston Texans y tendría que perder los dos partidos restantes (Steelers y Broncos), junto con tres triunfos de Buffalo Bills. Bills arriba a este encuentro divisional tras el gran partido realizado en Detroit y quiere sumar el duodécimo triunfo de la temporada, esta vez ante New England Patriots. Análisis de la ofensiva. Joe Brady dio una master class ante Detroit Lions. Sin duda, fue su mejor partido, desde que es coordinador ofensivo de Buffalo Bills. Advirtió perfectamente la debilidad de la zaga de Aaron Glenn, los linebackers, y sacó el máximo partido a este mismatch, involucrando a los running backs era el juego aéreo. Ty Johnson merece una mención aparte. Además, el juego terrestre fue muy variado, con acarreos de James Cook y Ray Davis. Y, por fin, logró que se estableciera una magnífica sinergia entre Josh Allen y Dalton Kincaid. Josh Allen, sin duda, dio una exhibición, realizando una de sus mejores actuaciones de la temporada, precisamente, frente al, hasta entonces, mejor equipo de la NFL. Es alucinante el crecimiento de Joshua Patrick en escenarios donde se requiere de su mejor versión. Frente a New England Patriots, veremos qué planteamiento pone sobre el emparrillado Joe Brady. Mal haríamos en menospreciar una defensiva como la de Patriots que, aunque no está en su mejor momento, siempre se caracteriza por su oficio y peligrosidad. La línea ofensiva ha de seguir en el excelso nivel que está dando hasta el momento, otogándole esos segundos extra a Josh en protección de pase y abriendo avenidas para que Cook, Johnson y Davis martiricen a las defensivas. En principio, el duelo de trincheras será muy favorable para la guardia pretoriana de Josh Allen, pero no debemos relajarnos con jugadores veteranos como Davon Godchaux, Anfernee Jenning o Yannick Ngakoue. Josh no debe bajar el listón, ya que esta secundaria es capaz de anticiparse bien y tiene buenos efectivos en las figuras de Christian González, Jonathan Jones, Kyle Dugger o Jabrill Peppers. Teniendo en cuenta la hipotética debilidad a la espalda de sus linebackers y el hecho de que el nickel, Marcus Jones, no será de la partida, es un encuentro para que Josh tiranice este primer nivel de pase, acumulando targets para Dalton Kincaid, Khalil Shakir y Curtis Samuel. Cuando Josh lo vea claro, puede romper el partido en scramble, aprovechando su capacidad de carrera fuera del pocket. En profundo, Josh no debe precipitarse, a pesar del buen momento de Mack Hollins y el regreso de Keon Coleman, ya que esta secundaria puede darnos más de un susto. En principio, a la hora del partido, se espera una temperatura de -10 grados, con rachas de viento de 15 kilómetros por hora. Esto no será un problema para el juego aéreo, aunque considero que va a ser un encuentro en el que se corra mucho. No obstante, el emparrillado estará muy duro y habrá que tratar de evitar cualquier tipo de lesión, que sería la peor noticia. Análisis de la defensiva. Tras el desastre ante LA Rams, la defensiva de Bobby Babich mostró luces y sombras ante la colosal ofensiva de Detroit Lions. Las luces vinieron de un planteamiento bestial, generando mucha presión y no dejando que Jared Goff entrara en ritmo, en los dos primeros drives de los de la MoTown, No obstante, tras el ajuste de Ben Johnson, Bobby Babich no tuvo respuestas y la defensa se vio, en cierto sentido, totalmente desbordada, acumulando yardas y puntos. Salvo el fumble generado por Christian Benford, la defensa se vio muy superada por Detroit Lions. No obstante, hubo ciertos aspectos que mueven a la esperanza. Especialmente, hay que poner de manifiesto el partido de Ed Oliver, que rozó la excelencia. Mucho se ha hablado desde estas líneas del pésimo desempeño del interior de nuestra línea defensiva, pero Oliver realizó un auténtico partidazo, bien secundado por Austin Johnson, DaQuan Jones y DeWayne Carter. En un hipotético duelo desequilibrado, nuestras trincheras lograron vencer a la mejor línea ofensiva de la nación. Ahora bien, habrá que ver si estos 44 y 42 puntos recibidos ante Rams y Lions son algo coyuntural o se erigen, más bien, en un problema estructural. Medirse a dos de las mejores ofensivas de la NFL supone recibir puntos, pero la sensación, por instantes, de no poder parar a estos ataques es lo más preocupante. La ofensiva de Patriots será un buen test para que nuestra defensiva coja confianza, conceda pocos puntos y gane en sensaciones de cara a los inminentes Playoffs. Será la primera vez que Drake Maye visite Orchard Park, y al rookie hay que recibirle como se merece. Necesitamos que Rousseau, Epenesa, Von Miller y Smoot hagan zozobrar a Maye y forzarlo a cometer el fallo. Oliver debe confirmar la exhibición realizada ante Lions, mientras que Carter, Jones y Johnson han de seguir subiendo el nivel en las trincheras. Matt Milano no realizó un buen partido… Continue reading El ojo del bisonte. Week 16: New England Patriots @ Buffalo Bills.
El ojo del bisonte. Week 15: Buffalo Bills @ Detroit Lions.
Introducción. Damas y caballeros, el espectáculo de la NFL alza el telón esta noche, a las 22:25 horas (horario peninsular), con la “Batalla del Lago Erie”, un colosal enfrentamiento entre dos de los equipos más competitivos de sus respectivas conferencias, Buffalo Bills y Detroit Lions. La franquicia del oeste del gran estado de Nueva York visita su segunda casa, el Ford Field de la ciudad de Detroit, para medir sus fuerzas con el conjunto puntero de la Conferencia Nacional, Detroit Lions. El conjunto dirigido por el temperamental Dan Campbell afronta este difícil choque con la responsabilidad de seguir defendiendo su posición uno en la conferencia, ante las acometidas tanto de Minnesota Vikings como de Philadelphia Eagles. En la jornada 14, sufrieron para doblegar a unos Green Bay Packers que vendieron cara su derrota. Lo paradójico de todo esto es que, aún teniendo un casi inmaculado récord de 12-1, los Lions no tienen todavía asegurado el título de la NFC Norte, lo que habla del nivel competitivo de su división. Estos leones han sabido lamerse sus heridas, se han levantado ante la adversidad de sus continuas lesiones y son sinónimo de resiliencia. Por su parte, las huestes dirigidas por el controvertido Sean McDermott vienen de sufrir una derrota en el Pacífico ante Los Ángeles Rams. Un encuentro en el que se vieron las costuras de una defensa que no carburó y, sobre todo, la pésima gestión, en los momentos clutch, por parte de su head coach, algo que no sorprende a la sufrida Bills Mafia. Josh Allen realizó un partido épico y mítico, erigiéndose en el primer quarterback, en la historia de la competición, en anotar 3 touchdowns aéreos y 3 anotaciones terrestres. Aún así, Buffalo perdió el partido por 2 puntos. El partido será de transcender relevancia para dilucidar el seed 1 de ambas conferencias. Si Detroit gana, tendrá a tiro de piedra un bye que es vital para ellos, teniendo en cuenta que su semana de descanso llegó en la jornada 5. Buffalo se sigue agarrando a un clavo ardiendo, puesto que ese deseado seed 1 llegaría si se ganase a Detroit y Kansas City Chiefs perdiese, al menos, dos partidos. Parece una empresa harto compleja, pero teniendo a ese extraterrestre llamado Josh Allen nada es imposible. Análisis de la ofensiva. La ruleta de la Fortuna sigue girando y la Bills Mafia arda en deseos de saber qué versión de nuestra ofensiva se verá sobre el emparrillado del Ford Field. La irregularidad de nuestro ataque ha sido patente a lo largo de este campaña. Joe Brady ha sido capaz de lo mejor y de lo peor. Lógicamente, teniendo a un unicornio como Josh Allen, que este ataque no carbure es algo prácticamente imposible. Hay ciertas incógnitas que nos siguen machacando, jornada tras jornada. ¿Por qué no se corre más por el exterior? ¿Cuál es el motivo por el que no se involucra más a los corredores en la parcela aérea? Lesiones aparte, ¿por qué Dalton Kincaid no ha dado ese paso adelante? Joe Brady tiene, quizá, el ataque de toda la NFL que más daño puede generar a las defensivas rivales y la sensación que dejan estas 14 jornadas es que no ha exprimido sus posibilidades al máximo. Frente a Detroit, las trincheras serán determinantes. Nuestra línea ofensiva tiene que cuajar un partido perfecto, protegiendo a Josh Allen, para que tenga el tiempo suficiente para radiografiar todas las posibilidades del emparrillado, y tratando de abrir huecos a nuestros corredores, de manera que se asiente el juego terrestre. Sus defensive tackles, teóricamente, titulares Ali McNeill, Levi Onwuzurike y DJ Reader están con ciertos problemas físicos y su concurso no estaría claro hasta minutos antes del inicio del partido. En principio, sus alas exteriores, Za’Darius Smith y Josh Paschal sí serán de la partida. Por tanto, teniendo en cuenta que su coordinador defensivo Aaron Glenn es un viejo zorro, capaz de sacar a flote las debilidades de nuestra vanguardia ofensiva, necesitamos el 200% de la guardia pretoriana de Josh Allen. El juego terrestre tiene que asentarse. Es cierto que la defensa de Detroit es de las mejores zagas contra la carrera, pero Joe Brady tiene que lograr ataques sostenidos, en los que nuestro backfield sea importante y sea capaz de generar yardas… por lo civil o por lo criminal. Es un partido para que James Cook, Ray Davis y Ty Johnson sean relevantes. Y sobre todo, es un encuentro para que no se olvide el juego de terrestre, aunque no se avance al principio. Allen ha de tener claro que, quizá, la mejor forma de desequilibrar a esta defensiva sea ejecutando cosas que no solemos hacer, es decir, tratar de buscar, por aire, a Cook, a Johnson o a Davis, en el primer nivel. Khalil Shakir volverá a ser la principal referencia en el juego terrestre. No obstante, hemos de tener mucho cuidado con ciertos pases al egresado de la Universidad del Boise State que son demasiado frecuentes, ya que si algo caracteriza a esta defensiva es su capacidad para generar turnovers. Amari Cooper, cada vez, está más centrado, más integrado en el equipo y tiene una gran sinergia con Josh Allen. Curtis Samuel empieza a ser ese receptor que esperábamos y anhelábamos en offseason. En los balones disputados, en la zona de los números y en profundo, en principio, dispondremos del regreso de Keon Coleman, junto con un Mack Hollins, que está jugando a gran nivel. En el apartado de tight ends, aún no tenemos claro que Dalton Kincaid sea de la partida. Si lo hiciera, se prevé que pueda ser un factor determinante, teniendo en cuenta los problemas que tiene Detroit para parar a los alas cerradas de los equipos rivales. Salvo Jack Campbell, el resto de sus linebackers proceden del Practice Squad, y su nickel, Amik Robertson, puede ser presa fácil para el tamaño y la velocidad de Dalton. Por último, Josh Allen tiene ante sí un marco incomparable para seguir reivindicándose como el mejor quarterback de… Continue reading El ojo del bisonte. Week 15: Buffalo Bills @ Detroit Lions.
El ojo del bisonte. Week 14: Buffalo Bills @ Los Ángeles Rams.
Introducción. Este domingo, a las 22:25 horas (horario peninsular), asistiremos, en el SoFi Stadium de la localidad californiana de Inglewood, a un magnífico duelo entre dos equipos que se juegan mucho en este envite: Los Ángeles Rams y Buffalo Bills. El conjunto dirigido por Sean McVay arriba a este encuentro con la necesidad imperiosa de ganar, si quiere seguir teniendo opciones de campeonar en la NFC Oeste. La victoria de la semana pasada ante Saints, unida a las derrotas de San Francisco 49ers y Arizona Cardinals, deja una división súper competida, en la que, de momento, lidera Seattle Seahawks. Los californianos necesitan triunfar sobre Buffalo Bills, para mantener intactas sus posibilidades y encarar el tramo final de campaña, en el que tendrán que afrontar varios duelos directos con rivales de división. Por su parte, Buffalo Bills, tras su exhibición boreal ante San Francisco 49ers, encara este partido con el firme propósito de sumar un triunfo más que le haga seguir en la lucha por el importantísimo seed 1. Teniendo en cuenta que Kansas City Chiefs tendrá un complicadísimo duelo frente a Los Ángeles Chargers, las huestes aleccionadas por Sean McDermott han de ganar y esperar una derrota de la franquicia de Missouri, que supondría el anhelado bye en Playoffs. Josh Allen vuelve a su California natal y seguro que desea realizar un gran partido, teniendo en cuenta lo especial del escenario y lo sublime que ha sido la semana para él (pedida de mano, inercia positiva del equipo, récords individuales de la franquicia y firme candidatura al MVP). Análisis de la ofensiva. Las últimas semanas hemos asistido a una consolidación y regularidad de la ofensiva de Buffalo Bills. Lejos de los picos y los valles, de la irregularidad, del inicio y mitad de temporada, Joe Brady parece haber encontrado la constancia en el desempeño del ataque. Lógicamente, esta regularización de la ofensiva tiene un responsable fundamental… y ese protagonista no es el que la gran mayoría de los analistas señala. Desde mi modesto punto de vista, el salto de calidad de este ataque va indisolublemente unido a la estabilidad de la línea ofensiva. De una OL como conjunto, por encima, incluso, de las individualidades. Aunque han faltado agentes individuales como Spencer Brown, el conjunto nunca ha fallado. Aspecto que habla muy bien del sensacional trabajo de Aaron Kromer. Un Kromer que, por cierto, regresa a casa, ya que en LA estuvo desde 2017 hasta 2020, donde ganó un anillo. El desempeño de Connor McGovern, Spencer Brown, Dion Dawkins, Ryan Van Demark (como tackle reserva), O’Cyrus Torrence y David Edwards está siendo, sencillamente, sensacional. El grupo ha dejado atrás las penalizaciones absurdas, centrándose en su labor de protección a Josh Allen y en la apertura de autopistas para la circulación de los running backs. No quería desaprovechar estas líneas para realzar la labor de esta guardia pretoriana. Sin duda, el jugador que está sacando mayor provecho de la sinergia positiva de la OL es Josh Allen. Quizá, las estadísticas no sean brutales, pero Josh Allen está haciendo lo necesario para que la ofensiva carbure y su equipo gane, sin alardes, sin exhibiciones de héroe de Marvel. El hecho de que Josh no se tenga que poner la capa en cada partido, habla de lo bien que está funcionando la línea y de la labor del ataque terrestre. Frente a Rams, Josh tendrá que batirse el cobre con uno de los fronts con más potencial de la NFL. Jared Verse, Kobie Turner y Braden Fiske ya generan pánico en las líneas ofensivas rivales… y lo mejor de su football aún está por llegar. Parece ser que Verse llegará entre algodones a este duelo. No obstante, Josh y su línea tendrán un test muy complejo por delante. En principio, la mayor amenaza de esta defensiva es su línea, siendo su mayor debilidad el cuerpo de linebackers. Por tanto, el plan de partido parece claro: proteger el ovoide, tratar de sortear la presión, asentar el juego terrestre y buscar el primer y segundo nivel aéreo. Ni Rozeboom ni Speights ni Young son los mejores linebackers en cobertura, así que parece un encuentro para que Josh busque, de forma incansable, objetivos de corto yardaje: Khalil Shakir, Curtis Samuel, Dawson Knox, Amari Cooper y los running backs. Todo parece indicar que Dalton Kincaid no será de la partida, aunque Keon Coleman, al contrario, se prevé que pueda jugar. Si asentamos el ataque, con carreras y pases en las zonas underneath, flat y rutas slant, será la mejor forma de llevarnos este encuentro, buscando el “home run”, cuando la defensiva menos lo espere. Las yardas tras recepción de Shakir pueden ser un factor desequilibrante, en este partido. El juego terrestre ha de seguir en la línea de las últimas jornadas. Joe Brady dispone de uno de los mejores tríos de corredores de la competición, y está sabiendo dando de comer a los tres. James Cook es, sin duda, el gran baluarte, pero Ray Davis (que también vuelve a su California natal) y Ty Johnson lo secundan muy bien. Ya sabemos que, cuando hablamos de correr, lo hacemos de forma heterodoxa. Se trata de acumular yardas con los running backs, ya sea corriendo o aprovechando las portentosas manos de los tres. Análisis de la defensiva. Si algo caracteriza a la defensiva de Bobby Babich es que ejemplifica a la perfección la teoría darwiniana de la adaptación al medio. Hacía mucho tiempo que no veía una defensiva tan versátil y adaptativa a aquello que ofrece el equipo rival. Si bien los planteamientos de Babich no suelen ser los mejores, sus contralecturas son, simplemente, brillantes. Aspecto que adolecían las defensivas de antaño, ya fuera con Leslie Frazier o el propio Sean McDermott. El primer gran “hot topic” que ha sido estrella en todas las tertulias Bills Mafia, sin duda, es el regreso a la titularidad de Matt Milano. Cuesta entender que un staff que le otorga tanta importancia a lo que pasa sobre el emparrillado, haya sentado a Dorian… Continue reading El ojo del bisonte. Week 14: Buffalo Bills @ Los Ángeles Rams.
El ojo del bisonte. Week 13: San Francisco 49ers @ Buffalo Bills.
Introducción. La madrugada del domingo al lunes, a las 2:20 horas (horario peninsular), con las cámaras de la NBC, para el tradicional Sunday Night Football, asistiremos, en el Highmark Stadium de la localidad de Orchard Park, a un espectacular duelo que medirá a dos conjuntos que llevan trayectorias muy diferentes: San Francisco 49ers y Buffalo Bills. Un enfrentamiento entre, a priori, dos equipos, con los mimbres suficientes para aspirar a todo, pero que llegan a este partido en un punto diametralmente opuesto. San Francisco 49ers arriba al oeste del gran estado de Nueva York sumido en una crisis de juego y resultados, plagados por las lesiones y tras encajar una dolorosísima derrota, en Lambeu Field, ante Green Bay Packers. Las huestes aleccionadas por el díscolo Kyle Shanahan llevan un año muy irregular, aunque aún tienen opciones de ganar su división, una NFC Oeste en la que puede pasar de todo. No obstante, este es el escenario perfecto para que los mineros consigan una “statement victory” que suponga un cambio de rumbo en una campaña incierta. Por su parte, las mesnadas dirigidas por el ínclito Sean McDermott asoman a este encuentro con la posibilidad de asegurar el título de la AFC Este por quinta temporada consecutiva, tras la derrota de Miami Dolphins la noche de Thanksgiving. Además, Buffalo Bills anhela seguir luchando por un seed 1, que se antoja harto complicado tras las dos últimas victorias de Kansas City Chiefs. El partido se disputará con unas condiciones climáticas extremas. Se espera una temperatura que oscilará entre los -5 y los -1 grados centígrados, aunque la sensación térmica llegará a los -11 grados centígrados, en medio de una ligera nevada y con rachas de viento que pueden alcanzar los 39 kilómetros/hora. Por tanto, el tiempo sí será un factor y se prevé que el juego físico y terrestre tenga suma importancia. Análisis de la ofensiva. La climatología será un factor determinante en este partido. Teniendo en cuenta que se esperan rachas de viento de 39 kilómetros/hora, nieve y mucho frío, Joe Brady debería seguir apostando por el juego terrestre, planteando un partido muy físico. En primer lugar, la línea ofensiva ha de seguir en ese estado superlativo que demostró ante Kansas City Chiefs. Spencer Brown se recuperará para este envite, aunque hay que decir que Ryan Van Demark no desentonó en ningún momento. Dion Dawkins tendrá un respiro, ya que Nick Bosa no será de la partida, aunque mal haría en minusvalorar las potenciales acometidas de Leonard Floyd, Yetur Gross-Matos o Robert Beal Jr., por el exterior. El interior de nuestra offensive line dio unas exhibición, minimizando a Chris Jones. Así que esperamos un desempeño análogo de figuras al alza como O’Cyrus Torrence, David Edwards y Connor McGovern. En un partido marcado por la climatología, la guardia pretoriana debe ser el mejor candado para tratar de que Josh asegure el ovoide, en todo momento. Allen tendría ante sí el reto de dominar una defensiva que, aunque las lesiones la han debilitado, tiene muchísimo peligro. Insistiendo en la importancia del clima, Josh ha de aunar seguridad y productividad, tratando de dominar los dos niveles del juego aéreo y buscando la debilidad de su zona underneath. Teniendo en cuenta de que Dalton Kincaid es baja y que Keon Coleman será duda hasta minutos antes del kick off, Josh ha de buscar la seguridad que le ofrecen tanto Khalil Shakir como Amari Cooper, buscando también, cuando las condiciones sean propicias, a Mack Hollins y Curtis Samuel, ya sea en corto o largo. Además, es un partido para que los targets a Dawson Knox suban exponencialmente. Lógicamente, leyendo lo que permita la zaga minera, aprovechando, si las condiciones son propicias, para salir en scramble. Josh tiene que alimentar a sus estiletes ofensivos. Si lo consigue, el camino a la victoria estará más cerca. El juego terrestre va a ser capital. Pero vuelvo a insistir hay que correr… de la manera más ortodoxa o más heterodoxa. Necesitamos que nuestros tres corredores -James Cook, Ray Davis y Ty Johnson- estén involucrados, tanto en carreras por el interior (apuesta que no se paga en Las Vegas) como por el exterior. Pero, además, Brady y Josh han de involucrar a nuestros running backs en el juego aéreo. Sin duda, esta es la clave para destrozar a la defensiva de 49ers. Esa capacidad de recibir de Cook, Davis y Johnson puede ser el arma decisiva que colapse su zaga. Análisis de la defensiva. Las bajas de Trent Williams y Aaron Banks debilitan profundamente su línea ofensiva. Si sumamos este infortunio a la incógnita del estado del hombro de Brock Purdy (que desconocemos si será de la partida), parece claro cuál debe ser el plan de juego de Bobby Babich. Sin duda, la consigna de Bobby será tratar de minimizar los acarreos de Christian McCaffrey y asolar una línea ofensiva que parece muy porosa por el lado izquierdo, teniendo en cuenta las bajas de Banks y Williams. Ante estas circunstancias, es un partido para que veamos la mejor versión de Von Miller, que puede colapsar el pocket con sus movimientos de engaño. La superioridad que pueden generar Von, Rousseau o Epenesa, ha de ser aprovechada por Ed Oliver, DaQan Jones o Austin Johnson para percutir por el interior y tratar de cazar a Purdy. Matt Milano puede tener sus snaps en este partido, así que junto a Terrel Bernard, Dorian Williams y Taron Johnson, han de frenar las yardas terrestres de McCaffrey, prestando especial atención a esa válvula de escape que es George Kittle, y a las puntuales salidas fuera del pocket de Purdy. Habrá que tener mucho cuidado con Kyle Juszcyk que, teniendo en cuenta las condiciones climatológicas, puede ser el factor X que se saque de la chistera Shanahan. La pareja de cornerbacks formada por Christian Benford y Rasul Douglas, junto con los safeties Taylor Rapp y Damar Hamlin, han de estar muy pendientes de las yardas tras contacto que pueden generar Deebo Samuel y Ricky Pearsall. Además, en… Continue reading El ojo del bisonte. Week 13: San Francisco 49ers @ Buffalo Bills.
Dalton Kincaid, un torero para los Bills
El 10 de junio de 1992 comenzaba, en el Rasundastadion de Estocolmo, la Eurocopa de fútbol, que se disputaba en Suecia. A ese torneo llegaban 7 selecciones, que habían luchado en los céspedes de toda Europa por un puesto, más el equipo anfitrión. En un principio, la selección yugoslava había conseguido su pasaporte para el torneo, pero la execrable Guerra de los Balcanes hizo que el conjunto plavi fuera excluido de la competición. Dinamarca no había conseguido la clasificación, pero -tras la obligada salida del equipo balcánico- la UEFA le ofreció la participación en el torneo. Algunas de las estrellas danesas como Brian Laudrup, Peter Schmeichel, Henrik Larsen, o Flemming Povlsen estaban de vacaciones. El seleccionador danés, Richard Moller-Nielsen, convocaba de urgencia a sus jugadores a una reunión en Copenhague, donde les comunicaba que se iban a Suecia a disputar la Eurocopa. Absolutamente nadie daba crédito por las huestes vikingas como equipo favorito a llevarse la competición, más si cabe después del empate contra Inglaterra (0-0) y la derrota ante Suecia (1-0), en las dos primeras jornadas. Sin embargo, un gol de Lars Elstrup contra Francia, en la última jornada de la primera fase, otorgó a los daneses el pase para semifinales. En ese primer partido de la fase final del torneo, se veían las caras contra el vigente campeón, la demoledora Holanda, con jugadores de la talla de Marco Van Basten, Ruud Gullit o Frank Rijkaard. El conjunto de Moller-Nielsen conseguiría su pase a la final, tras una taquicárdica tanda de penaltis. La final se antojaba más complicada aún, pues los daneses se enfrentarían al rodillo alemán, el campeón mundial. El Ullevi Stadium de Goteborg era testigo de una de las mayores gestas del deporte mundial, gracias a una victoria majestuosa (2-0) de un equipo que jugaba sin presión, sin nada que perder y que había acudido al torneo de forma inesperada. _____________ Tengo que reconocer que mi vida siempre estuvo dominada por una máxima de ese genial todoterreno literario que es Paulo Coelho: “Cuando realmente quieres una cosa, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla”. Muchas veces pensamos que algo es lo que nos conviene y luchamos con esfuerzo, tesón y entrega por ello… o eso creemos. Es alucinante las lágrimas que se han vertido en el mundo por deseos concedidos. Y es que, como también dice Coelho, “debemos correr riesgos, pues solamente entenderemos el milagro de la vida cuando permitamos que ocurra lo inesperado”. Los deseos, a veces, se cumplen y nos decepcionan… Así que mejor lo inesperado. Ya que lo inesperado puede que forme parte de ese hilo rojo que rige nuestra vida… Hoy, en Crónicas Lombardi, tengo la suerte de hablar de una historia regida por lo inesperado, por las decisiones incomprensibles e, incluso, difíciles, pero donde la determinación, la obstinación, el esfuerzo, el sacrificio, el tesón y el trabajo se erigen en pilares fundamentales. Como la selección danesa, Dalton Kincaid -inesperadamente- se coló en una “fiesta” en la que, sobre el papel, nunca debería haber estado invitado. PRIMEROS PASOS: MUCHO BALONCESTO… POCO FOOTBALL. Dalton Mosser Kincaid nació el 18 de octubre de 1999, en Las Vegas (Nevada). Estudió en el Faith Lutheran High School en Summerlin (Nevada). Teniendo en cuenta sus cualidades físicas (1’93 metros y 112 kilogramos), decidió enrolarse en el equipo de baloncesto, donde consiguió el campeonato de la AAU (Amateur Athletic Union), en su temporada sénior. No obstante, el destino le tenía reservada una sorpresa… Sus amigos, considerando su portentoso físico, le aconsejaron que probara en football. Dalton era muy reacio a cambiar de deporte y hacía caso omiso a estas peticiones. No obstante, la insistencia fue tal que el propio Kincaid aceptó y probó, durante una única temporada, el deporte del ovoide. Esa campaña Dalton sorprendió a propios y extraños, alcanzando honores “all state” y totalizando la nada desdeñable cifra de 745 yardas de recepción y 9 touchdowns. Esta temporada hizo cambiar la perspectiva deportiva del propio Kincaid, decidiendo convertirse en un walk-on, aceptando la oferta que le ofrecía el equipo de football de San Diego Toreros. Hay que recordar que, en el deporte estadounidense y canadiense, un atleta walk-on es aquel deportista que no ha sido reclutado oficialmente por una institución ni ha recibido beca de ella. Normalmente, son jugadores abocados a un segundo o tercer plano dentro del equipo deportivo de la disciplina pertinente. No obstante, existen gratas sorpresas que rompen los esquemas, se hacen grandes en el depth chart y se erigen en auténticas figuras de estos equipos. Basta citar nombres de la talla de J.J. Watt (Wisconsin), Baker Mayfield (Texas Tech, Oklahoma), Hunter Renfrow (Clemson), Sean Bedford (Georgia Tech), Stephen Gostkowski (Memphis), Jared Abbrederis (Wisconsin), Jim Leonhard (Wisconsin), Jimmy Morrissey (Pitt) o, más recientemente, Stetson Bennett (Georgia) o el propio Dalton para darnos realmente cuenta de la importancia de los walk-on. Este aspecto vuelve a resaltar la tesis que vengo defendiendo desde el inicio de este artículo: lo inesperado, a veces, se convierte en algo sublime. UN TORERO EN SAN DIEGO Los equipos deportivos de la Universidad de San Diego reciben el nombre de “Toreros”. Es indudable que este apodo tiene una clara reminiscencia hispánica, teniendo en cuenta el área de influencia de la universidad y su proximidad con la frontera mexicana. El nickname de “Toreros” fue seleccionado por los estudiantes de la USD, ya que pone de manifiesto valores -totalmente acordes con la universidad-, tales como “el coraje, el honor y la fidelidad a unos colores, junto con la soledad en el ruedo y el desafío ante la empresa de enfrentarse a un toro”. La justificación del apodo quedaba completamente argumentada por parte de este comité de estudiantes. No obstante, hay que recordar que, con anterioridad al apodo de “Toreros”, los equipos atléticos de la USD recibían el nombre de “Pioneers”. Los Toreros participan en la PFL (Pioneer Football League), una conferencia que compite en la Football Championship Subdivision (FCS), la mal llamada “segunda división” de la NCAA. Allí, se verían los… Continue reading Dalton Kincaid, un torero para los Bills
Un Patriota en la corte de Josh Allen
¿Y qué carajo pinta este tío aquí? Diría cualquier bisonte que se precie y que lea el título de mi carta. Muy sencillo, voy a pasar a presentarme. Mi nombre es Chusy, sí, ese que todos los martes, religiosamente, entra en ¨Estampida Bills¨ a saludar, suelta alguna perlita y, después, cae rendido en las garras de Morfeo. Eso sí, doy fe de que el miércoles, a primera hora, me pongo al día… y tengo testigos. Caí en este mundo de la NFL, fruto de la saturación de mi otra gran pasión, que es el basket. En una de mis mejores etapas como entrenador, en la que me encontraba con más sintonía con mis jugadores y disfrutaba de verdad en una cancha y un banquillo, apareció, en el entreno, un chaval al que yo había entrenado desde sus inicios, con una camiseta azul, con el 12 en la espalda y que ponía Brady. ¿Quién es ese señor, Gonzalo? Coach, de verdad me estás preguntando esto? Este señor es Tom Brady. Es Dios, me dijo. Y el domingo juega la Super Bowl contra Atlanta. “Como flipa esta juventud”, pensé. Años después, sí, años después, descubrí el secreto y la gran intrahistoria de aquella noche y aquel partido. Tengo que reconocer que después del Half Time Show y ver a ¨la rubia¨ aquella que caía del cielo, me fui a dormir pensando que aquello no iba a ninguna parte. Al día siguiente, pregunté por preguntar y vacilar un poco a mi pupilo, ¨ ¿Qué tal anoche, chaval? Tienes cara de sueño, creo que no os fue muy bien.¨ Cuál fue mi sorpresa cuando el muy capullo sonrió y me dijo ¨Coach ya me imaginaba que no tenías mucha idea de qué va esto¨ Valiente mamón. Menos mal que hizo un temporadón de escándalo que nos ayudó a ser campeones ese año. Por supuesto, a la celebración llegó con su flamante camiseta y el 12 a la espalda. Ahí empezó todo. Luego llegaron los escarceos por redes buscando información sobre New England, Y descubrí al que, para mí, sí que es Dios y es el Coach Bill Bellichick. Pero eso ya es otra historia que algún día si queréis os contaré… Como anécdota os diré que la primera noticia que leí el día que dije ¨hoy empiezo a ser de los Patriots¨ fue el traspaso de Tom Brady a Tampa, así como el fichaje de Cam Newton. Ahora decidme si eso no es tener huevos… Jajajajaja. Después llegaron los chicos de Patriots España, que fueron los que me metieron en vena el amor por New England Patriots. Un día me invitaron a su podcast. Y hasta ahora, sigo disfrutando con ellos. Y entonces apareció Él… Un día despierto, miro el móvil y veo un mensaje en Telegram de un tal ¨EduBills¨, que me propone entrar una noche en Estampida Bills, para hablar de New England y del partido que jugábamos ese fin de semana. Y allá que fui, siempre con el beneplácito de mi gente, ya que iba en su representación. Y ahí fue cuando encontré otra de las grandes cosas de este mundillo, lo grande que es conocer a un rival desde dentro, para valorar y apreciar el trabajo que se hace y cómo se ven las cosas desde la otra banda. Además, si das con colegas como los que por aquí andan, todo es mucho más sencillo. Para mí, fue un placer pasar a formar parte de Estampida Bills, como ese Patriota de pro que todos los martes por la noche se une a los bisontes de La Estampida. Lugar de encuentro para toda la Bills Mafia, con ese código deontológico que os reconoce: devoción, pasión, respeto y mucho amor por esos colores rojo azul y blanco de la franquicia sita en el oeste del gran estado de Nueva York. Y yo que mis primeros recuerdos del fútbol americano son eso duelos entre los Niners y los Cowboys, entre Troy Aikman y Steve Young. Sin embargo, lo que a mí más me llamaba la atención era un equipo dirigido por un tal Jim Kelly, que siempre jugaba bajo la nieve con el 12 a la espalda y que moría en la orilla contra los grandes colosos del oeste de aquella época. Será que es que yo soy del Madrid, qué le vamos a hacer… Un enorme saludo y muchas gracias por hacerme un huequecito entre vosotros. Prometo portarme bien. Jesús García del Álamo, ¨Chusy¨ @Chusy74
¿Bye, Bye, McDermott?
La madrugada del pasado miércoles los Buffalo Bills presentaron, como cada año, el “Buffalo Bills Embedded”. Este es un reportaje de unos 29 minutos, donde nos enseñan cómo se trabaja en la draft room, buscando trades, las llamadas a los futuros rookies… El departamento de comunicación nos muestra, en menos de 29 minutos, las emociones de la noche del NFL Draft y cómo trabaja la franquicia, desde meses atrás, para elegir a las futuras estrellas. No más lejos de la realidad, nos enseñan lo que quieren que veamos, pero, en el reportaje de este año, se dejan entrever varias cosas, que me han llamado mucho la atención. Quiero enfocarme en Brandon Beane y Sean Mcdermott. Me ha gustado mucho la proactividad de Brandon Beane, con el coordinador ofensivo, Joe Brady, y con Bobby Babich, coordinador defensivo. Desde el primer momento que lo vi, me llamó la atención: dentro de la draft room estaba todo el staff técnico. En el pick 33, elegimos a Keon Coleman y se demuestra que era el jugador deseado. Lo certifica la cara de satisfacción de Joe Brady. En el pick 60, elegimos a Cole Bishop, safety de Utah. En este pick, quiero detenerme en el momento en el que Beane, Gray y Gaine se están moviendo para subir y elegir al jugador deseado, pero no lo consiguen y hay que esperar. Cuando Houston hace su elección, la alegría invade la draft room. En un momento de la tarde, Gray le dice a McDermott “we’re just looking at potencial trade partners right now”. (“ Solo estamos buscando socios comerciales potenciales, en este momento”). Llama la atención que, en esta secuencia, Beane no está en la sala. Yo me pregunto, ¿McDermott no sabía lo que estaba sucediendo en la sala? En el momento de la selección de Houston Texans, Beane nos deleita con un: “YES!!!” McDermott sigue con esa cara de póker, a pesar de la alegría que hay en la sala, Beane saluda a Terry Pegula y, después, habla con Gaine con la satisfacción del trabajo bien hecho. Ahora, quiero irme al tercer día del NFL Draft, donde Brandon Beane mantiene mucha comunicación con Brady y Babich, consultando movimientos y hablando de los futuros jugadores potenciales. Hay un momento, que es difícil descifrar, en el que McDermott está girado, dando la espalda a Beane y hace el comentario de “necesitamos a Van-Pran”. Seguidamente, Beane le dice a Gaine, primero, Ray Davis; luego, Van-Pran. No sabemos más de la conversación, pero me parece llamativo que, en todo el reportaje, se les ve distantes y poco comunicativos. Siempre hemos creído que McDermott era intocable, por su relación con Beane. Recordemos que es McDermott quien recomienda a Terry Pegula la contratación de Beane. No obstante, esa situación puede cambiar, puesto que las ventanas de Super Bowl van pasando año tras año, y las decepciones cada vez hacen más mella en la franquicia. Asimismo, los medios de comunicación son más críticos con las gestiones de partido de McDermott. Este año, Terry Pegula ha reestructurado la franquicia NHL de Buffalo Sabres (de la cual también es propietario), destituyendo a Don Granato y firmando a una leyenda, del equipo, Lindy Ruff. El desgaste sufrido por Sean es evidente, así que veremos si, en 2025, Terry Pegula da el paso y el año que viene asistimos al final de la era McDermott.
Una nueva Zama: Draft Buffalo Bills 2024
El 19 de octubre del año 202 a.C. tuvo lugar la batalla de Zama, que significó el final de la segunda guerra púnica, y que enfrentaría a romanos y cartagineses. Esta batalla supuso el choque entre los dos grandes gerifaltes de ambos ejércitos: el general cartaginés Aníbal Barca, y el joven Publio Cornelio Escipión “El Africano”, líder de las legiones romanas. A pesar de que el ejército cartaginés estaba en clara superioridad y que Aníbal era un strategos militar mucho más experimentado, Escipión urdió una estrategia brillante, que, al principio, pocos entendieron, que confundió por completo a Aníbal y su numeroso ejército de elefantes, y que fue, sin duda, la responsable de una espectacular victoria. Por rencillas internas y miedo al poder omnímodo de Barca, el Senado de Cartago no brindó a Aníbal la caballería necesaria, que se quedó en Italia (Aníbal se desplazó desde allí, en barco, y se vio forzado a dejar gran parte de su contingente militar, especialmente, la caballería) y en la propia ciudad de Cartago. Conocedor de esta circunstancia, Escipión no la desaprovecharía. El ejército romano aguantó la envestida de los elefantes cartagineses, deslumbrando a las bestias, con cualquier objeto metálico, que reflejaba el sol del desierto. Además, Escipión se hizo acompañar de múltiples músicos, que tocaron, al unísono, sus instrumentos, desconcertando a los asustados paquidermos. Solventado este primer obstáculo militar, venía el gran ardid de Publio Cornelio Escipión. Las caballerías de Masinisa (líder númida y aliado de Escipión) y Lelio (lugarteniente y gran amigo del Africano) atacaron y provocaron la huida de la caballería númida de Tiqueo (aliado de Aníbal). Esta fue la gran estratagema de Escipión, ya que, tras hacer huir a las huestes de Tiqueo, la caballería liderada por Lelio y Masinisa regresó al campo de batalla, atacando por la retaguardia a los experimentados veteranos de Aníbal. Esta circunstancia destrozó el ejército cartaginés y significó el final de la batalla y de la segunda guerra púnica, convirtiéndose en una de las mejores estrategias en la historia militar. Del mismo modo que Publio Cornelio Escipión, la estrategia trazada por Brandon Beane, en el NFL Draft, ha sido objeto de numerosas burlas, siendo cuestionada y no entendida. Una gran mayoría de sesudos analistas y (pseudo) expertos se centran, en el aspecto coyuntural, de haber vendido su selección de primera ronda al archirrival de Buffalo Bills, Kansas City Chiefs, con la que los de Missouri seleccionaron al veloz receptor Xavier Worthy, olvidando cualquier aspecto estructural. Además, aluden a un desempeño, propio de equipo pequeño, al bajar varias veces y no ser mucho más agresivo, buscando jugadores, en teoría, más importantes. Obvian, sin duda, que este era el plan primigenio, que fue urdido, en las semanas previas, por el natural de Norwood (North Carolina). Un plan que salió a la perfección. La primera opción como receptor siempre fue Keon Coleman. El hecho de haber corrido las 40 yardas, en el NFL Combine, en 4.61, hizo bajar su stock, siendo calificado, injustamente, como wide receiver lento. Circunstancia aprovechada por Brandon Beane, al seleccionarlo con el pick 1 de segunda ronda. Gracias al “mal” trade con Kansas City Chiefs, Buffalo Bills ganaba casi 40 puestos, conseguía una tercera ronda y se iba de la segunda jornada del NFL Draft, con dos jugadores que eran una auténtica necesidad para la zaga y petición expresa de Bobby Babich: el safety Cole Bishop y el defensive tackle DeWayne Carter. En el tercer día, Beane conseguía dos nuevos jugadores de impacto inmediato (el running back Ray Davis y el center Sedrick Van Pran), añadiendo otros prospectos más que interesantes, como Javon Solomon, Edefuan Ulofoshio o Daequan Hardy. Solo el tiempo da y quita razones. El dios Chronos blandirá su guadaña determinando si la estrategia de Brandon Beane, en el NFL Draft, se parece a la urdida por Publio Cornelio Escipión en la mítica Zama, significando la selección de unos jugadores que contribuyan a seguir haciendo competitiva a la franquicia NFL sita en el oeste del gran estado de Nueva York. A continuación realizo el análisis de los jugadores seleccionados por Buffalo Bills, así como aquellos agentes libres no drafteados, que han conseguido una oportunidad con la #BillsMafia. Keon Coleman. (Round 2 Pick 33) 6’3” (192 cm) – 213 libras (96,6 kg) – 20 años – Junior – Florida State Seminoles – Wide Receiver. Positivo: Tras jugar con Michigan State, decidió pedir el transfer a Florida State, donde ha cuajado un año simplemente maravilloso, mostrando una conexión brutal con Jordan Travis. Es un auténtico atleta, con una capacidad de salto y cambios de dirección alucinantes. A pesar de su tamaño y de que se pudiera pensar que es un receptor de posesión, tiene una agilidad y explosividad dignas de destacar. Sus tres grandes virtudes son sus excelentes manos, sus instintos naturales a la hora de localizar el ovoide y su gran capacidad en balones disputados. Es un auténtico baluarte en zona roja. Puede recibir en corto y generar muchísimas yardas. Es bastante difícil de placar. Es muy bueno retornando punts. Negativo: Quizá, le falte un punto de velocidad en vertical y ha de mejorar su árbol de rutas, ya que tira mucho de improvisación. Cole Bishop. (Round 2 Pick 60) 6’2” (188 cm) – 206 libras (93,4 kg) – Junior – Utah Utes – Safety. Positivo: En Utah, jugó fundamentalmente como strong safety, situándose, en muchas ocasiones, en la caja, como un defensor extra. Tiene unos instintos muy naturales y una capacidad enorme para leer las jugadas del rival. Su mayor plus es como defensor contra la carrera. Sabe muy bien reaccionar e identificar este tipo de jugadas. Su técnica de placaje es sobresaliente. Su motor es alucinante y suple su falta de una condición atlética élite con unos instintos muy buenos, que le hacen estar siempre en el lugar correcto. Es un auténtico líder defensivo. Otra de sus grandes capacidades es ir muy bien al blitz. Negativo: Su velocidad y explosividad en vertical no es la mejor. Pierde mucho cuando está… Continue reading Una nueva Zama: Draft Buffalo Bills 2024