Introducción. La madrugada del domingo al lunes, a las 2:20 horas (horario peninsular), con las cámaras de la NBC, para el tradicional Sunday Night Football, asistiremos, en el Highmark Stadium de la localidad de Orchard Park, a un espectacular duelo que medirá a dos conjuntos que llevan trayectorias muy diferentes: San Francisco 49ers y Buffalo Bills. Un enfrentamiento entre, a priori, dos equipos, con los mimbres suficientes para aspirar a todo, pero que llegan a este partido en un punto diametralmente opuesto. San Francisco 49ers arriba al oeste del gran estado de Nueva York sumido en una crisis de juego y resultados, plagados por las lesiones y tras encajar una dolorosísima derrota, en Lambeu Field, ante Green Bay Packers. Las huestes aleccionadas por el díscolo Kyle Shanahan llevan un año muy irregular, aunque aún tienen opciones de ganar su división, una NFC Oeste en la que puede pasar de todo. No obstante, este es el escenario perfecto para que los mineros consigan una “statement victory” que suponga un cambio de rumbo en una campaña incierta. Por su parte, las mesnadas dirigidas por el ínclito Sean McDermott asoman a este encuentro con la posibilidad de asegurar el título de la AFC Este por quinta temporada consecutiva, tras la derrota de Miami Dolphins la noche de Thanksgiving. Además, Buffalo Bills anhela seguir luchando por un seed 1, que se antoja harto complicado tras las dos últimas victorias de Kansas City Chiefs. El partido se disputará con unas condiciones climáticas extremas. Se espera una temperatura que oscilará entre los -5 y los -1 grados centígrados, aunque la sensación térmica llegará a los -11 grados centígrados, en medio de una ligera nevada y con rachas de viento que pueden alcanzar los 39 kilómetros/hora. Por tanto, el tiempo sí será un factor y se prevé que el juego físico y terrestre tenga suma importancia. Análisis de la ofensiva. La climatología será un factor determinante en este partido. Teniendo en cuenta que se esperan rachas de viento de 39 kilómetros/hora, nieve y mucho frío, Joe Brady debería seguir apostando por el juego terrestre, planteando un partido muy físico. En primer lugar, la línea ofensiva ha de seguir en ese estado superlativo que demostró ante Kansas City Chiefs. Spencer Brown se recuperará para este envite, aunque hay que decir que Ryan Van Demark no desentonó en ningún momento. Dion Dawkins tendrá un respiro, ya que Nick Bosa no será de la partida, aunque mal haría en minusvalorar las potenciales acometidas de Leonard Floyd, Yetur Gross-Matos o Robert Beal Jr., por el exterior. El interior de nuestra offensive line dio unas exhibición, minimizando a Chris Jones. Así que esperamos un desempeño análogo de figuras al alza como O’Cyrus Torrence, David Edwards y Connor McGovern. En un partido marcado por la climatología, la guardia pretoriana debe ser el mejor candado para tratar de que Josh asegure el ovoide, en todo momento. Allen tendría ante sí el reto de dominar una defensiva que, aunque las lesiones la han debilitado, tiene muchísimo peligro. Insistiendo en la importancia del clima, Josh ha de aunar seguridad y productividad, tratando de dominar los dos niveles del juego aéreo y buscando la debilidad de su zona underneath. Teniendo en cuenta de que Dalton Kincaid es baja y que Keon Coleman será duda hasta minutos antes del kick off, Josh ha de buscar la seguridad que le ofrecen tanto Khalil Shakir como Amari Cooper, buscando también, cuando las condiciones sean propicias, a Mack Hollins y Curtis Samuel, ya sea en corto o largo. Además, es un partido para que los targets a Dawson Knox suban exponencialmente. Lógicamente, leyendo lo que permita la zaga minera, aprovechando, si las condiciones son propicias, para salir en scramble. Josh tiene que alimentar a sus estiletes ofensivos. Si lo consigue, el camino a la victoria estará más cerca. El juego terrestre va a ser capital. Pero vuelvo a insistir hay que correr… de la manera más ortodoxa o más heterodoxa. Necesitamos que nuestros tres corredores -James Cook, Ray Davis y Ty Johnson- estén involucrados, tanto en carreras por el interior (apuesta que no se paga en Las Vegas) como por el exterior. Pero, además, Brady y Josh han de involucrar a nuestros running backs en el juego aéreo. Sin duda, esta es la clave para destrozar a la defensiva de 49ers. Esa capacidad de recibir de Cook, Davis y Johnson puede ser el arma decisiva que colapse su zaga. Análisis de la defensiva. Las bajas de Trent Williams y Aaron Banks debilitan profundamente su línea ofensiva. Si sumamos este infortunio a la incógnita del estado del hombro de Brock Purdy (que desconocemos si será de la partida), parece claro cuál debe ser el plan de juego de Bobby Babich. Sin duda, la consigna de Bobby será tratar de minimizar los acarreos de Christian McCaffrey y asolar una línea ofensiva que parece muy porosa por el lado izquierdo, teniendo en cuenta las bajas de Banks y Williams. Ante estas circunstancias, es un partido para que veamos la mejor versión de Von Miller, que puede colapsar el pocket con sus movimientos de engaño. La superioridad que pueden generar Von, Rousseau o Epenesa, ha de ser aprovechada por Ed Oliver, DaQan Jones o Austin Johnson para percutir por el interior y tratar de cazar a Purdy. Matt Milano puede tener sus snaps en este partido, así que junto a Terrel Bernard, Dorian Williams y Taron Johnson, han de frenar las yardas terrestres de McCaffrey, prestando especial atención a esa válvula de escape que es George Kittle, y a las puntuales salidas fuera del pocket de Purdy. Habrá que tener mucho cuidado con Kyle Juszcyk que, teniendo en cuenta las condiciones climatológicas, puede ser el factor X que se saque de la chistera Shanahan. La pareja de cornerbacks formada por Christian Benford y Rasul Douglas, junto con los safeties Taylor Rapp y Damar Hamlin, han de estar muy pendientes de las yardas tras contacto que pueden generar Deebo Samuel y Ricky Pearsall. Además, en… Continue reading El ojo del bisonte. Week 13: San Francisco 49ers @ Buffalo Bills.