Introducción. La madrugada del próximo lunes, a las 2:20 hora española, viviremos un apasionante Sunday Night, con las cámaras de la NBC como testigo, que enfrentará a dos de los equipos más punteros de la AFC. Buffalo Bills y Cincinnati Bengals vuelven a reencontrarse en el marco de aquel partido que nunca terminó de disputarse. Los lazos de amistad entre ambas franquicias se unieron más aún, tras el fatídico acto de la lesión de Damar Hamlin. Sin embargo, la hostilidad sobre el emparrillado está más candente que nunca, pues ambos conjuntos se juegan más que una victoria sobre el verde del Paycor Stadium. Hay que recordar que estos dos equipos se batieron el cobre en la Ronda Divisional, sobre un nevado Highmark Stadium. Cincinnati fue muy superior aquella gélida noche, infringiendo, quizás, la derrota más dura que han sufrido las huestes aleccionadas por Sean McDermott en el último lustro. Ahora se volverán a ver las caras sobre un abarrotado Paycor Stadium, que lucirá de gala para la ocasión (se ha pedido expresamente a la fanaticada que vista de naranja o negro, según su localidad en el estadio, para formar un gran mosaico que semeje los colores de un gran tigre de Bengala). Cincinnati llega al partido, posiblemente, en el mejor momento de forma de esta temporada. Tras tres derrotas consecutivas, las manadas capitaneadas por Zac Taylor han entrado en velocidad de crucero. Para muestra, la exhibición ofensiva y defensiva que dieron, en Santa Clara, frente a los otrora invencibles 49ers. Burrow parece totalmente recuperado a nivel físico y su defensa está ofreciendo una agresividad enorme que se transmuta en múltiples turnovers forzados. Ahora se miden a uno de sus grandes rivales y un triunfo supondría un auténtico golpe sobre la mesa. Por su parte, Buffalo, tras una irregularidad patente en este inicio de curso, arriba al Paycor Stadium con mucho que ganar y poco que perder. El equipo parece estar ajustándose defensiva y ofensivamente. El partido pasado ante Buccanners así lo demuestra. Tras la sima que supuso el encuentro frente a Patriots, parece que el punto de inflexión de la temporada ha llegado. Dorsey estableció un plan de partido ante Tampa Bay, en el que consiguió que Allen involucrara a todos sus efectivos, teniendo más libertad fuera del pocket y estableciendo el juego terrestre. Del otro lado del ovoide, tras el desastre en Foxborough, la defensa volvió a ejercer mucha agresividad y a tener el nivel de jornadas pretéritas. No obstante, el partido casi se perdió por decisiones cobardes de Sean McDermott, por una desconexión ofensiva en los dos últimos cuartos y, sobre todo, por dos graves errores defensivos de Taron Johnson y Jordan Phillips. Cincinnati Bengals es favorito por 1’5 puntos, en un encuentro que se prevé que sea muy ofensivo y con una alta anotación. Todo hace prever que el partido será muy igualado y que, sin duda, se decidirá en el último cuarto. La climatología no será un impedimento, pues se esperan unos 8 grados a la hora del duelo. Solo esperamos que el hado que rige la NFL no nos vuelva a dar un susto como el de la pasada temporada y que disfrutemos de un Sunday Night a la altura de las expectativas. Chase volverá a ser un peligro para nuestra zaga – buffalorumblings.com Ataque. La receta para el funcionamiento de nuestra ofensiva la volvió a dar Ken Dorsey en los dos primeros cuartos y el primer drive del tercer cuarto ante Buccaneers: un ataque sostenido, sin prisa, que desgaste a la defensiva rival y que involucre a todos sus efectivos. Tan fácil y, a veces… tan complicado. Josh Allen volvió a sonreír el pasado Thursday Night, se le vio con otro semblante. Incluso, en el momento de su interceptación, abandonó el emparrillado del Highmark Stadium con un poso de serenidad y confianza. Precisamente, la confianza, que tanto hemos pedido la fanaticada, parece que este staff se la ha vuelto a dar al bueno de Josh Allen. Hablamos de confianza sobre el terreno de juego. #FreeJoshAllen, ese hashtag, que hemos abanderado desde La Estampida Podcast, se plasmó, en sensaciones, la pasada jornada. Allen volvió a ejercer de Josh Allen. No se le vio encorsetado en el pocket, pudo salir en scramble cuando quiso y, sobre todo, se le trazó un playbook lógico, en el que pudo involucrar a todos sus efectivos, en todos los niveles del emparrillado. Además, se pudo asentar el juego terrestre. No obstante, la preocupación llegaría en el tercer y último cuarto, donde se vio a una ofensiva timorata y que repitió errores pretéritos. Quizá, pudo deberse a un exceso de confianza, debido al marcador, pero las sensaciones finales no fueron nada buenas. Ahora nos medimos a una de las zagas más productivas en cuanto a turnovers forzados. Por tanto, Allen deberá tener una premisa clara: no sortear el ovoide. Josh ha de volver a ejercer de líder ofensivo, leyendo una defensa -en la que Anarumo tejerá una auténtica tela de araña- y, sobre todo, siendo paciente. Tiene que volver a tratar de involucrar todas sus armas, sosteniendo el ataque, con pases en el primer y segundo nivel, masacrando su zona underneath -a la espalda de los linebackers., quizá, una de sus zonas defensivas menos poderosas. Para ello, será necesario que nuestra línea ofensiva vuelva a tener una gran actuación. Necesitamos el máximo rendimiento de Morse, Torrence -tiene que volver al nivel de las primeras jornadas-, McGovern, Brown y Dawkins -sus habituales holdings han de pasar a la historia-. Se presupone que Reader ejercerá de auténtica masa humana, capaz de parar nuestro juego terrestre y llevarse dobles bloqueos. Esto debería ser aprovechado por Hill, por el interior, y por Hubbard y Hendrickson, por el exterior, para ejercer mucha presión sobre Allen. Josh ha de ser inteligente y buscar siempre esa válvula de escape que puede quedar establecida en las figuras de Kincaid y Shakir, junto con las aportaciones aéreas de Cook y el recién llegado Fournette. Por tanto, Allen tiene que… Continue reading Buffalo Bills Vs. Cincinnati Bengals – Week 9.