Sean McDermott, el “Licurgo” de Buffalo Bills.

Licurgo fue el gran legislador espartano que aplicó una serie de reformas y medidas, las cuales transformarían a la polis lacedemonia en la gran potencia mundial de la segunda mitad del siglo VII a.C. Su figura es tan mítica que muchas fuentes recogen ese fabuloso pasaje en el que aseveró, ante la oligarquía espartiata, que las reformas -que él mismo implantó y promulgó- serían aplicadas hasta que él regresara nuevamente a Esparta. Nada más salir de la ciudad lacónica, se quitó su propia vida para asegurar la aplicación perpetua de esas medidas. 

Esparta es Licurgo, ambos términos van indisolublemente asociados, crean una perfecta simbiosis. La irrupción y ascenso de la mítica polis espartana no se concibe sin su legendario legislador. Las bases sobre la que Licurgo asentó la génesis misma de este fastuoso territorio se ciernen en torno a tres grandes aspectos: una excelsa educación, el menosprecio de la riqueza (es decir, la supeditación de cualquier aspecto individual al propio bien de la sociedad global) y el profundo amor a la patria. 

Son lapidarias sus famosas reflexiones, pues creía firmemente que “lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, sino que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito”. 

Coherencia, esfuerzo, trabajo, empeño máximo en lo que se hace, férrea disciplina, lucha por mejorar, elogio del conjunto sobre las individualidades, el profundo amor a los colores de una franquicia y, por encima de todo, pasión. 

Todas estas características resumen a la perfección al hombre que ha cambiado el devenir de Buffalo Bills. Una persona íntegra, a la que nadie ha regalado nada en su vida. Un entrenador que está llamado a transformar una franquicia acostumbrada a perder -y a resignarse a asumir ese rol- en un equipo arrollador. Un conjunto que tiene un plan preestablecido, que sale a morir en cada partido, y no da por perdida una sola yarda en el emparrillado. 

Nuestro líder, la luz que ilumina una pretérita senda llena de vesánicos finales y de tortuosos obstáculos, el eje que vertebra todo y da pleno sentido, nuestro “sargento”, nuestro legislador… Sean McDermott, el “Licurgo” de Buffalo. 

Sean McDermott, un hombre hecho a sí mismo – dailycaller.com

INICIOS Y PRIMEROS PASOS DEL MITO

Sean McDermott nació el 21 de marzo de 1974 en la famosa localidad de Omaha (Nebraska). Estudió en La Salle College High School, donde destacó desde muy pronto en la práctica del football. De hecho, fue elegido All-Southeastern Pennsylvannia como defensive back en 1992. Pero era un atleta multidisciplinar, pues compaginaba la práctica del deporte del ovoide con otra de sus grandes pasiones: la lucha. Incluso llegó a ser campeón nacional de wrestling en 1992 y 1993. 

Recibió una beca para cursar los estudios de Economía y Finanzas en el célebre College of William and Mary. Su amor por el football se incrementaría y obtendría pingües reconocimientos: su elección como All-Conference Safety, en 1997, sería su mayor hito. Entre sus compañeros en el equipo del Tribe estaba Mike Tomlin (actual entrenador de Pittsburgh Steelers), que jugaba de receptor y con el que se mediría Sean en más de una ocasión durante los entrenamientos. Conseguiría graduarse con honores, en 1997. 

McDermott, un agresivo safety en el Tribe – wm.edu

VUELO HACIA LA CIUDAD DEL AMOR FRATERNAL

La primera oportunidad en el terreno del profesionalismo se la daban los Eagles. McDermott, pleno de optimismo e ilusión, emprendía el vuelo hacia Philadelphia. La labor que se le encomendó fue la de miembro del staff de scouting. Su desempeño fue tal que, el año siguiente, fue promocionado al cargo de asistente del Head Coach. Un ascenso meteórico. 

Su magistral labor no pasaba desapercibida y cada vez era puesto en lugares de mayor responsabilidad. Así, en primer lugar, sería el encargado del control de calidad defensiva y, más tarde, se le encomendaría la misión de ayudar al entrenador de defensive backs. Su primer gran cargo le llegaría en 2003, sustituyendo a Steve Spagnuolo como entrenador de la secundaria eagle. Bajo su mando, sus dos safeties titulares (Brian Dawkins y Michael Lewis) obtendrían honores de Pro Bowl, por vez primera en la historia de la franquicia de Pennsylvania. Dawkins, con McDermott a la cabeza, obtendría dos viajes al Pro Bowl más -2005 y 2006-. 

La temporada 2004 tuvo un sabor amargo para el bueno de Sean, pues los Eagles llegarían a la Super Bowl XXXIX, pero perderían 24-21 ante New England Patriots. Su rivalidad con las huestes aleccionadas por el ínclito Bill Belichik comenzaba a forjarse. 

Tras la firma de Spagnuolo como Defensive Coordinator de New York Giants, McDermott era designado como preparador del cuerpo de linebackers, aunque el cargo le duró poco, pues Andy Reid confiaba más en él como preparador de la secundaria. 

Debido a la grave enfermedad de Jim Johnson -que ocasionaría su fallecimiento poco después-, Sean fue nombrado Coordinador Defensivo Interino. Puesto en el que sería refrendado la temporada siguiente de 2009. Lamentablemente, las aportaciones defensivas esbozadas por McDermott no cuajaron en un equipo en plena decadencia, y sería cesado el 15 de enero de 2011. 

Vuelo y descenso a los infiernos con los Eagles – inquirer.com

UN RUGIDO EN CHARLOTTE

Poco tardaría en encontrar una oportunidad y, el 17 de enero de ese mismo 2011, McDermottt rugía como Coordinador Defensivo de Carolina Panthers. Entre 2012 y 2015, consiguió que su defensa fuera agresiva, férrea y correosa, finalizando durante este trienio en el top 10 de mejores zagas de toda la NFL. Incluso Pro Football Focus lo designó con el galardón de Defensive Coordinator of the Year la temporada 2015. 

La perfección defensiva llegó esa inolvidable campaña de 2015 con un nuevo viaje a la Super Bowl. En esta ocasión, la edición 50 frente a Peyton Manning y sus Denver Broncos. El cuerpo defensivo comandado por el natural de Omaha rindió a la perfección, solo concediendo un touchdown ofensivo, pero el ataque colapsó y concedió muchos turnovers. McDermott sufría su segunda caída en el Súper Tazón y Carolina perdía 24-10. Los paralelismos y analogías con Buffalo Bills cada vez eran más evidentes. 

Sean en su etapa como DC de Carolina Panthers – espn.com

UN SARGENTO DE ACERO EN ORCHARD PARK

El 11 de enero de 2017, Sean McDermott era nombrado como el vigésimo segundo entrenador en jefe en la historia de Buffalo Bills. Tanto dirigentes como jugadores y aficionados alucinaron, desde el primer momento, con la ética de trabajo de McDermott y su staff técnico. Su primera decisión fue controvertida, pero terminaría por ser el inicio del llamado “Proceso” y el arranque de una ilusionante etapa, cuyo final puede ser brillante. McDermott exigió como General Manager a un amigo personal y antiguo compañero en Carolina, Brandon Beane. 

El 10 de septiembre de 2017, McDermott se convertía en el tercer entrenador de Buffalo Bills con una victoria en su debut, tras el inmortal Marv Levy y el ominoso Rex Ryan. A pesar de la herencia recibida de Ryan y de un General Manager llamado Doug Whaley (en los mentideros #BillsMafia conocido como “Mister Regalo el Dinero” y “Señor Draft D Negativo”), así como las dudosas acciones de un Quarterback que tenía pánico a lanzar -el singular Tyrod Taylor-, el equipo consiguió su pase a postemporada, por primera vez en 18 años (milagro de Andy Dalton en Baltimore incluido). El viaje fue corto: una ajustada derrota 10-3 frente a la sensación de aquella temporada, Jacksonville Jaguars. 

2018 fue una campaña de transición. Buffalo había conseguido a su QB franquicia, Josh Allen, y McDermott supo dosificarlo y no meterle presión. El récord fue de 6-10, pero el final de temporada fue bastante esperanzador, tras un patético inicio de 2-7. Allen empezó a asumir su liderazgo y a   mostrar algunas pinceladas de sus cualidades como mariscal de campo. Pero lo más importante es que McDermott conseguía armar una defensa que empezaba a causar respeto en los ataques rivales. 

“Aquí, mi fusil; aquí, mi pistola”… Sean McDermott, el Sargento Hartman de Buffalo Bills – bolsamania.com

El año 2019 ha sido el de la consagración del proyecto. Se ha conseguido una estabilidad en equipo técnico y roster. Josh Allen ha dado pasos positivos en su evolución deportiva y ha sorprendido a propios y extraños con una mejora en todos los aspectos técnicos sobre el emparrillado. La zaga ha sido demoledora y se ha consolidado como un top 3 de la competición. Y se ha vuelto a la senda de la victoria, con un récord positivo de 10-6. De los errores se aprende y McDermott entonó el “mea culpa” por los errores cometidos en el AFC Wild Card Game frente a Houston Texans. 

“El Proceso” continúa… Una Free Agency magistral, mejorando libra por libra los jugadores que han causado baja. Stefon I, el DIGGSeado –la guinda del pastel-, que está demostrando -en declaraciones y entrenamientos “virtuales”- que llega a Buffalo como un militar más al servicio del “Sargento” y lejos del rol de diva del que tanto se le acusó en las Twin Cities. Y algo muy importante hay confianza plena -de McDermott y su staff, de dirigentes y aficionados- en el desempeño de Brandon Beane de cara al próximo y singular NFL Draft del 23 de abril. 

Entrenamiento, respeto, ética de trabajo, esfuerzo y equipo. Estas son las señas de identidad y las leyes que impone en el vestuario Sean McDermott, el “Licurgo” de Buffalo. 

Un digno sucesor de Marv Levy – buffalorumblings.com

18 de abril de 2020

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