Introducción.
El domingo, a las 22:25 horas, con las cámaras de la cadena norteamericana FOX como testigos, asistiremos a un vibrante duelo intraconferencial que medirá a Dallas Cowboys contra Buffalo Bills.
El equipo texano viene con la moral por las nubes, tras vencer con solvencia a Philadelphia Eagles y establecerse como líder de la NFC Este. Las huestes comandadas por Mike McCarthy necesitan una victoria en el Highmark Stadium, para seguir en la lucha, con San Francisco 49ers, por el seed1 de la Conferencia Nacional. Quizá, sea la temporada en la que asistimos a una mejor versión de Dallas Cowboys, consolidando un ataque y una defensa colosales.
Por su parte, Buffalo Bills salvó, en Arrowhead, su primer match ball de cara a sus aspiraciones por clasificar en postemporada. Tras un gran desempeño -ofensivo y defensivo- en la primera mitad, el equipo ofreció una nefasta versión en el segundo tiempo. No obstante, esta vez la Diosa Fortuna recayó del lado de la Bills Mafia, merced a un clarísimo offside protagonizado por Kadarius Toney. El equipo luchó hasta el final y se llevó una sufrida victoria ante Kansas City Chiefs.
El encuentro anterior entre estos dos equipos tuvo lugar en Thanksgiving, el 28 de noviembre de 2019, y fue una statement victory (26-15) para Buffalo Bills, en una de las primeras grandes actuaciones de Josh Allen.
Dak está en uno de los mejores momentos de su carrera – marca.com
Análisis de la ofensiva.
Joe Brady mostró su peor cara en la segunda mitad del partido ante Kansas City, olvidando -casi- por completo el juego terrestre (Cook se erigió en protagonista en los dos primeros cuartos), obcecándose en jugadas que no salían y no sabiendo ajustar la contralectura realizada por Steve Spagnuolo. Como resultado, la ofensiva de Buffalo Bills se atascó por completo, ofreciendo una versión muy parecida a los ataques pretéritos de Ken Dorsey.
Ahora, llega una de las defensas con más pegada de la liga, a la que no se le puede conceder ningún error, so pena de recibir un castigo en forma de puntos. Joe Brady tendrá un enemigo feroz en la figura de Dan Quinn.
Josh Allen, tal y como ocurriera en aquel triunfo en Acción de Gracias, ha de ofrecer su mejor versión. Si Buffalo quiere vencer en este envite, es necesario que Josh se transmute en Diosh Allen. Por tanto, todo pasa porque Josh asegure el ovoide, tomando las decisiones correctas y sabiendo leer la defensa de Dallas. En este sentido, cobrará mucha importancia el uso del primer nivel, tanto de la zona flat como underneath. Hay que seguir involucrando a James Cook en el juego aéreo, y esos pases, en el primer nivel, a Khalil Shakir, Stefon Diggs, Dawson Knox y Dalton Kincaid (si supera sus problemas físicos) serán perentorios. Junto con este uso del primer nivel, Allen ha de descifrar la zaga rival, corriendo cuando sea necesario. Solo con ese toma y daca, pase y carrera, esta defensa puede ser superada.
Lógicamente, es evidente la necesidad de asentar y establecer el juego terrestre. James Cook, Ty Johnson y Latavius Murray han de continuar su buena estela y, sobre todo, Joe Brady no debe olvidarse de la carrera. El defensive tackle Johnathan Hankins será baja y su puesto será ocupado por el rookie Mazi Smith, así que este gap tiene que ser aprovechado por nuestros running backs. Junto con el establecimiento de la carrera, Brady debería diseñar jugadas de engaño, en las que pueda involucrar a Deonte Harty o Stefon Diggs: jugadas screen o jet sweeps pueden ayudar a ir mermando la moral de la zaga cowboy.
La línea ofensiva se vio muy superada, en la segunda parte, ante Chiefs. Ahora, le viene un transatlántico llamado Micah Parsons. Así que Morse, McGovern, Torrence, Dawkins y Brown han de dar su mejor versión, otorgando ese tiempo necesario para que Josh pueda leer a la zaga rival y pueda luchar por su propia vida, ante la presión rival.
Pero arrancábamos con esa llamada a Diosh Allen… Si el ataque establece el juego terrestre, se va avanzando sistemáticamente, utilizando el primer y segundo nivel, será el momento idóneo para que Josh pueda romper el partido con alguna carrera magistral o alguna bomba en el tercer nivel. Esperemos que este sea un partido en el que Gabriel Davis pueda reivindicarse. No obstante, hay que recordar que Josh se medirá a DaRon Bland y Stephon Gilmore, dos cornerbacks que llevan la palabra “interceptación” grabada en su frente.
James Cook rayó a gran altura ante Chiefs – buffalowdown.com
Análisis de la defensiva.
Si algo caracteriza el ataque de Dallas Cowboys es su sobriedad y practicidad. Kellen Moore se fue y McCarty ha logrado establecer una ofensiva que, partiendo de una línea alucinante, sabe desgastar a las defensivas rivales. El resultado de todo ello es un Dak Prescott que, quizá, esté jugando el mejor football de su carrera. Por tanto, Sean McDermott tendrá mucho trabajo para tratar de parar el caudal ofensivo de los Cowboys. Los planteamientos de Sean nunca son malos, de partida, sin embargo, la carencia de ajustes hace zozobrar nuestra defensiva en las segundas partes.
La defensa contará con las bajas importantísimas de AJ Epenesa y Micah Hyde. Quizá, Hyde no está ofreciendo su mejor versión y su ausencia no sea tan grave. Sin embargo, Epenesa es un baluarte en la presión y su baja se notará mucho en nuestro pass rush.
Como ya he dicho en el análisis ofensivo, es un partido para que las grandes individualidades hagan su irrupción estelar, así que espero y deseo que Von Miller se erija en gran protagonista de este duelo. El camino a la victoria pasa por volver a establecer una presión contenida, pero continua, tratando de llegar a Prescott. En este sentido, será fundamental el trabajo de Rousseau y Miller, por el exterior, y de Oliver, por el interior, junto a los paquetes de blitzes protagonizados por Terrel Bernard.
La defensa ha de tratar de minimizar el peligro de su juego terrestre, no solo vía tierra, sino también la aportación de sus corredores (Pollard, Dowdle, Turpin, Vaughn) en el apartado aéreo. Terrell Bernard tendrá que volver a ser el líder de nuestra defensiva y le tocará medirse continuamente a Jake Ferguson, que se está erigiendo en esa válvula de escape a la que Prescott siempre recurre. Dodson y Williams tendrán que dar su mejor nivel.
En la secundaria, Taylor Rapp asumirá la vacante dejada por Hyde. Tanto él como Poyer, han de ayudar en el juego aéreo y terrestre. Rasul Douglas, a priori, tendrá un matchup muy duro con CeeDee Lamb, quizá, el wide receiver más en forma de la liga, mientras que Christian Benford, Dane Jackson y los safeties han de frenar tanto a Ferguson como a Brandon Books, Michael Gallup o Jalen Tolbert.
Ed Oliver, el ancla de estos Bills – billswire.usatoday.com
@EduBillsMafia
#EstampidaBills🦬💨