Introducción.
Esta madrugada, a las 2:20, en horario de máxima audiencia para territorio norteamericano y con las cámaras del Sunday Night Football de NBC como convidados de piedra, todos los ojos de la NFL mirarán hacia el Hard Rock Stadium de Miami Gardens, donde se librará la batalla total por el título divisional de la AFC East y por la consecución del seed #2 de la Conferencia Americana. Buffalo Bills y Miami Dolphins pugnarán por el cetro de la división, en un partido que, para los de Orchard Park, será cuestión -previsiblemente- de todo o nada.
Tras las victorias de Pîttsburgh Steelers y Houston Texans de ayer, existen cuatro posibles escenarios para las huestes comandadas por el ínclito Sean McDermott:
- Si pierde Buffalo y gana Jacksonville, Bills estará eliminado.
- Si pierde Buffalo y pierde Jacksonville, Bills volverán a rendir visita a Miami en Wild Card.
- Si gana Buffalo y pierde Jacksonville, Bills asegura el seed #2 y recibirá a Pittsburgh.
- Si gana Buffalo y gana Jacksonville, Bills será sembrado #2 y recibirá la visita de Houston.
Buffalo saltará al emparrillado del Hard Rock Stadium sabiendo qué tiene obligación de hacer, aunque, en este tipo de encuentros, en lo único que deben pensar Allen y compañía es en obtener un triunfo, pues esta hipotética victoria no solo supondría la clasificación para playoffs y asegurar el factor como local en la siguiente ronda, sino que significaría el cuarto título de la AFC East, de forma consecutiva, y hundir al máximo rival de la división, quitándole las mieles de una división que no ganan desde 2008 y resignándolos al seed #6 de la conferencia.
Miami, junto a las bajas seguras de Xavien Howard y Bradley Chubb, parece que tampoco podrá disponer de efectivos tan importantes como Jaylen Waddle y Raheem Mostert. Los pupilos de Mike McDaniel vienen de recibir una soberana paliza ante Baltimore Ravens, en un encuentro en el que tenían opción por competir por el seed #1 de la AFC. Por tanto, tendrán ese deseo de satisfacer a su fanaticada, resarcirse deportivamente ante su máximo rival y obtener el título de la AFC East, por segunda vez en este siglo.
Por su parte, Buffalo, tras un año muy convulso en lo deportivo y extradeportivo, tiene la opción de volver a triunfar en su división y asaltar el puesto 2 de la conferencia, aunque es un encuentro en el que una derrota podría suponer el adiós a la competición. Será el quinto partido de playoffs para Josh y compañía, tras las victorias sobre Chiefs, Cowboys, Chargers y Patriots.
Tua ante el partido más importante de su carrera – bvmsports.com
Análisis de la ofensiva.
Dicen que los vaticinios y respuestas a las preguntas del futuro siempre residen en el pasado, pues todo es cíclico. Así que, sin duda, el planteamiento ofensivo de Buffalo Bills pasa por una revisión de lo que ya se hizo en nuestro triunfo sobre Dolphins de la Week 4, que, precisamente, es análogo al plan dispuesto por Ravens la pasada jornada. El gran déficit de la defensa de Fangio recae en la zona media, justo en la unidad de linebackers, muy mermada por las lesiones. Por tanto, Joe Brady deberá abrir mucho el campo, ensanchando la zona de pase y dándole especial importancia a la zona underneath y, especialmente, a la zona flat. Es un partido, sin duda, para que Dalton Kincaid, Khalil Shakir, Stefon Diggs y James Cook, en su faceta de receptor, se erijan en indiscutibles protagonistas. Bien es cierto que parece que Fangio puede recuperar a Jerome Baker, pero ni él ni David Long Jr. pudieron contener la ofensiva aérea de Bills hace unos meses, y el estado físico y el ritmo de competición del egresado de Ohio State no será el óptimo.
La línea ofensiva tiene que dejar atrás el pésimo partido frente a Patriots, recuperar sensaciones y parecerse a esa excelsa unidad que lleva compitiendo jornada tras jornada, dándole tiempo a Allen para escanear a la defensiva rival. Josh tiene que asegurar el ovoide y no rifar la posesión, tratando de ir consolidando los drives, snap tras snap. Será un encuentro en el que Josh tiene que correr, bien en jugadas diseñadas o rompiendo a la zaga dolphin en scramble. Junto a ello, los drives han de ser sostenidos, ganando yarda a yarda, consumiendo reloj (para tener lejos del emparrillado a la ofensiva de Miami) y masacrando a su secundaria, con pases en el segundo y tercer nivel, cuando la ocasión lo requiera. Como ya he indicado anteriormente, es un encuentro para realzar el papel de Shakir y Kincaid, en esa zona intermedia, aprovechando la debilidad de Dolphins. Además, será necesario mejorar nuestra efectividad en zona roja. No hay que dejar vivos a unos Dolphins, que pueden ser muy peligrosos. Un equipo tan sistemático como el de McDaniel tiene muchas dificultades para recuperarse, cuando va dos posesiones atrás en el marcador.
El juego terrestre se tiene que asentar desde el primer minuto, percutiendo por el interior y sorprendiendo a su defensiva en carreras por el exterior. James Cook volverá a ser nuestro caballo de batalla, por tierra… y aire. Pero no debemos olvidar a Ty Johnson, que puede convertirse en ese factor sorpresa que ponga patas arriba la defensiva de Vic Fangio.
Por último, Josh tiene que estar tranquilo y no entrar en el juego de provocación que, a buen seguro, le ofrece su querido Christian Wilkins. El factor mental será importantísimo en esta batalla por la AFC East.
Las carreras de Allen serán decisivas en esta batalla final – si.com
Análisis de la defensiva.
Desde el punto defensivo, la clave del partido será en hacer sentir pánico a Tua Tagovailoa, tal como ya ocurriera la pasada semana en Baltimore. Nuestro pass rush interior y exterior está funcionando muy bien y está sabiendo generar muchísima presión. Por tanto, el camino más recto a la victoria reside en que Tua sienta la presión constantemente. El lenguaje no verbal de Tagovailoa no fue el mejor ante la defensiva de Ravens y considero que ahí Buffalo tiene mucho que ganar. Lógicamente, Mike McDaniel, gracias a la recuperación de Robert Hunt -un baluarte en la protección por el interior del lado ciego de Tua-, diseñará jugadas para que Tagovailoa siga soltando rápido el ovoide. Ese matchup entre nuestra línea defensiva y la guardia pretoriana de Tua puede decidir el partido.
Ed Oliver está en el mejor momento de su carrera, DaQuan Jones ya está recuperado para la causa, Tim Settle está rindiendo a un gran nivel, A.J. Epenesa luce brillantemente, Leonard Floyd es el jefe de esta unidad, mientras que Greg Rousseau crece snap tras snap. La única duda es Von Miller, pero el tejano ha de volver a recuperar su estrella y este es un escenario propicio para su redención. Sin duda, Liam Eichenberg y Austin Jackson serán las vías más accesibles, a la hora de meter presión a Tagovailoa. El center ya cuajó un desastroso partido en Buffalo y, sin duda, Oliver lo sabe.
Parar a Tyreek Hill es, simplemente, imposible. Se trata de minimizar la peligrosidad de cada recepción que realice. En principio, Jaylen Waddle no será de la partida y, si lo hiciera, estaría muy mermado físicamente. Raheem Mostert también parece descartado, así que el protagonista del juego terrestre será el magnífico rookie De’Von Achane, que es un peligro constante, no solo por agilidad y capacidad de aceleración, sino también por su excelencia en la recepción. Será un factor para que Bernard, Dodson, Douglas, Benford, Hyde y Poyer tengan muy en cuenta. La baja de Waddle hace que Cedrick Wilson Jr., Durham Smythe y Braxton Berrios tengan más targets. Haríamos mal en minusvalorar su poder de acción.
En definitiva, se trata de presionar a Tua, hacerle correr por su vida, tras cada snap, tratando de minimizar la peligrosidad de Tyreek Hill y De’Von Achane. Aunque habrá que prestar mucho cuidado a la irrupción de protagonistas inesperados como Jeff Wilson Jr. o Cedrick Wilson Jr.
Oliver está on fire – buffalorumblings.com
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