El ojo del bisonte. Week 15: Buffalo Bills @ Detroit Lions.

Introducción. Damas y caballeros, el espectáculo de la NFL alza el telón esta noche, a las 22:25 horas (horario peninsular), con la “Batalla del Lago Erie”, un colosal enfrentamiento entre dos de los equipos más competitivos de sus respectivas conferencias, Buffalo Bills y Detroit Lions. La franquicia del oeste del gran estado de Nueva York visita su segunda casa, el Ford Field de la ciudad de Detroit, para medir sus fuerzas con el conjunto puntero de la Conferencia Nacional, Detroit Lions. El conjunto dirigido por el temperamental Dan Campbell afronta este difícil choque con la responsabilidad de seguir defendiendo su posición uno en la conferencia, ante las acometidas tanto de Minnesota Vikings como de Philadelphia Eagles. En la jornada 14, sufrieron para doblegar a unos Green Bay Packers que vendieron cara su derrota. Lo paradójico de todo esto es que, aún teniendo un casi inmaculado récord de 12-1, los Lions no tienen todavía asegurado el título de la NFC Norte, lo que habla del nivel competitivo de su división. Estos leones han sabido lamerse sus heridas, se han levantado ante la adversidad de sus continuas lesiones y son sinónimo de resiliencia. Por su parte, las huestes dirigidas por el controvertido Sean McDermott vienen de sufrir una derrota en el Pacífico ante Los Ángeles Rams. Un encuentro en el que se  vieron las costuras de una defensa que no carburó y, sobre todo, la pésima gestión, en los momentos clutch, por parte de su head coach, algo que no sorprende a la sufrida Bills Mafia. Josh Allen realizó un partido épico y mítico, erigiéndose en el primer quarterback, en la historia de la competición, en anotar 3 touchdowns aéreos y 3 anotaciones terrestres. Aún así, Buffalo perdió el partido por 2 puntos. El partido será de transcender relevancia para dilucidar el seed 1 de ambas conferencias. Si Detroit gana, tendrá a tiro de piedra un bye que es vital para ellos, teniendo en cuenta que su semana de descanso llegó en la jornada 5. Buffalo se sigue agarrando a un clavo ardiendo, puesto que ese deseado seed 1 llegaría si se ganase a Detroit y Kansas City Chiefs perdiese, al menos, dos partidos. Parece una empresa harto compleja, pero teniendo a ese extraterrestre llamado Josh Allen nada es imposible. Análisis de la ofensiva. La ruleta de la Fortuna sigue girando y la Bills Mafia arda en deseos de saber qué versión de nuestra ofensiva se verá sobre el emparrillado del Ford Field. La irregularidad de nuestro ataque ha sido patente a lo largo de este campaña. Joe Brady ha sido capaz de lo mejor y de lo peor. Lógicamente, teniendo a un unicornio como Josh Allen, que este ataque no carbure es algo prácticamente imposible. Hay ciertas incógnitas que nos siguen machacando, jornada tras jornada. ¿Por qué no se corre más por el exterior? ¿Cuál es el motivo por el que no se involucra más a los corredores en la parcela aérea? Lesiones aparte, ¿por qué Dalton Kincaid no ha dado ese paso adelante? Joe Brady tiene, quizá, el ataque de toda la NFL que más daño puede generar a las defensivas rivales y la sensación que dejan estas 14 jornadas es que no ha exprimido sus posibilidades al máximo. Frente a Detroit, las trincheras serán determinantes. Nuestra línea ofensiva tiene que cuajar un partido perfecto, protegiendo a Josh Allen, para que tenga el tiempo suficiente para radiografiar todas las posibilidades del emparrillado, y tratando de abrir huecos a nuestros corredores, de manera que se asiente el juego terrestre. Sus defensive tackles, teóricamente, titulares Ali McNeill, Levi Onwuzurike y DJ Reader están con ciertos problemas físicos y su concurso no estaría claro hasta minutos antes del inicio del partido. En principio, sus alas exteriores, Za’Darius Smith y Josh Paschal sí serán de la partida. Por tanto, teniendo en cuenta que su coordinador defensivo Aaron Glenn es un viejo zorro, capaz de sacar a flote las debilidades de nuestra vanguardia ofensiva, necesitamos el 200% de la guardia pretoriana de Josh Allen. El juego terrestre tiene que asentarse. Es cierto que la defensa de Detroit es de las mejores zagas contra la carrera, pero Joe Brady tiene que lograr ataques sostenidos, en los que nuestro backfield sea importante y sea capaz de generar yardas… por lo civil o por lo criminal. Es un partido para que James Cook, Ray Davis y Ty Johnson sean relevantes. Y sobre todo, es un encuentro para que no se olvide el juego de terrestre, aunque no se avance al principio. Allen ha de tener claro que, quizá, la mejor forma de desequilibrar a esta defensiva sea ejecutando cosas que no solemos hacer, es decir, tratar de buscar, por aire, a Cook, a Johnson o a Davis, en el primer nivel. Khalil Shakir volverá a ser la principal referencia en el juego terrestre. No obstante, hemos de tener mucho cuidado con ciertos pases al egresado de la Universidad del Boise State que son demasiado frecuentes, ya que si algo caracteriza a esta defensiva es su capacidad para generar turnovers. Amari Cooper, cada vez, está más centrado, más integrado en el equipo y tiene una gran sinergia con Josh Allen. Curtis Samuel empieza a ser ese receptor que esperábamos y anhelábamos en offseason. En los balones disputados, en la zona de los números y en profundo, en principio, dispondremos del regreso de Keon Coleman, junto con un Mack Hollins, que está jugando a gran nivel. En el apartado de tight ends, aún no tenemos claro que Dalton Kincaid sea de la partida. Si lo hiciera, se prevé que pueda ser un factor determinante, teniendo en cuenta los problemas que tiene Detroit para parar a los alas cerradas de los equipos rivales. Salvo Jack Campbell, el resto de sus linebackers proceden del Practice Squad, y su nickel, Amik Robertson, puede ser presa fácil para el tamaño y la velocidad de Dalton. Por último, Josh Allen tiene ante sí un marco incomparable para seguir reivindicándose como el mejor quarterback de… Continue reading El ojo del bisonte. Week 15: Buffalo Bills @ Detroit Lions.

El ojo del bisonte. Week 14: Buffalo Bills @ Los Ángeles Rams.

Introducción. Este domingo, a las 22:25 horas (horario peninsular), asistiremos, en el SoFi Stadium de la localidad californiana de Inglewood, a un magnífico duelo entre dos equipos que se juegan mucho en este envite: Los Ángeles Rams y Buffalo Bills. El conjunto dirigido por Sean McVay arriba a este encuentro con la necesidad imperiosa de ganar, si quiere seguir teniendo opciones de campeonar en la NFC Oeste. La victoria de la semana pasada ante Saints, unida a las derrotas de San Francisco 49ers y Arizona Cardinals, deja una división súper competida, en la que, de momento, lidera Seattle Seahawks. Los californianos necesitan triunfar sobre Buffalo Bills, para mantener intactas sus posibilidades y encarar el tramo final de campaña, en el que tendrán que afrontar varios duelos directos con rivales de división. Por su parte, Buffalo Bills, tras su exhibición boreal ante San Francisco 49ers, encara este partido con el firme propósito de sumar un triunfo más que le haga seguir en la lucha por el importantísimo seed 1. Teniendo en cuenta que Kansas City Chiefs tendrá un complicadísimo duelo frente a Los Ángeles Chargers, las huestes aleccionadas por Sean McDermott han de ganar y esperar una derrota de la franquicia de Missouri, que supondría el anhelado bye en Playoffs. Josh Allen vuelve a su California natal y seguro que desea realizar un gran partido, teniendo en cuenta lo especial del escenario y lo sublime que ha sido la semana para él (pedida de mano, inercia positiva del equipo, récords individuales de la franquicia y firme candidatura al MVP). Análisis de la ofensiva. Las últimas semanas hemos asistido a una consolidación y regularidad de la ofensiva de Buffalo Bills. Lejos de los picos y los valles, de la irregularidad, del inicio y mitad de temporada, Joe Brady parece haber encontrado la constancia en el desempeño del ataque. Lógicamente, esta regularización de la ofensiva tiene un responsable fundamental… y ese protagonista no es el que la gran mayoría de los analistas señala. Desde mi modesto punto de vista, el salto de calidad de este ataque va indisolublemente unido a la estabilidad de la línea ofensiva. De una OL como conjunto, por encima, incluso, de las individualidades. Aunque han faltado agentes individuales como Spencer Brown, el conjunto nunca ha fallado. Aspecto que habla muy bien del sensacional trabajo de Aaron Kromer. Un Kromer que, por cierto, regresa a casa, ya que en LA estuvo desde 2017 hasta 2020, donde ganó un anillo. El desempeño de Connor McGovern, Spencer Brown, Dion Dawkins, Ryan Van Demark (como tackle reserva), O’Cyrus Torrence y David Edwards está siendo, sencillamente, sensacional. El grupo ha dejado atrás las penalizaciones absurdas, centrándose en su labor de protección a Josh Allen y en la apertura de autopistas para la circulación de los running backs. No quería desaprovechar estas líneas para realzar la labor de esta guardia pretoriana. Sin duda, el jugador que está sacando mayor provecho de la sinergia positiva de la OL es Josh Allen. Quizá, las estadísticas no sean brutales, pero Josh Allen está haciendo lo necesario para que la ofensiva carbure y su equipo gane, sin alardes, sin exhibiciones de héroe de Marvel. El hecho de que Josh no se tenga que poner la capa en cada partido, habla de lo bien que está funcionando la línea y de la labor del ataque terrestre. Frente a Rams, Josh tendrá que batirse el cobre con uno de los fronts con más potencial de la NFL. Jared Verse, Kobie Turner y Braden Fiske ya generan pánico en las líneas ofensivas rivales… y lo mejor de su football aún está por llegar. Parece ser que Verse llegará entre algodones a este duelo. No obstante, Josh y su línea tendrán un test muy complejo por delante. En principio, la mayor amenaza de esta defensiva es su línea, siendo su mayor debilidad el cuerpo de linebackers. Por tanto, el plan de partido parece claro: proteger el ovoide, tratar de sortear la presión, asentar el juego terrestre y buscar el primer y segundo nivel aéreo. Ni Rozeboom ni Speights ni Young son los mejores linebackers en cobertura, así que parece un encuentro para que Josh busque, de forma incansable, objetivos de corto yardaje: Khalil Shakir, Curtis Samuel, Dawson Knox, Amari Cooper y los running backs. Todo parece indicar que Dalton Kincaid no será de la partida, aunque Keon Coleman, al contrario, se prevé que pueda jugar. Si asentamos el ataque, con carreras y pases en las zonas underneath, flat y rutas slant, será la mejor forma de llevarnos este encuentro, buscando el “home run”, cuando la defensiva menos lo espere. Las yardas tras recepción  de Shakir pueden ser un factor desequilibrante, en este partido. El juego terrestre ha de seguir en la línea de las últimas jornadas. Joe Brady dispone de uno de los mejores tríos de corredores de la competición, y está sabiendo dando de comer a los tres. James Cook es, sin duda, el gran baluarte, pero Ray Davis (que también vuelve a su California natal) y Ty Johnson lo secundan muy bien. Ya sabemos que, cuando hablamos de correr, lo hacemos de forma heterodoxa. Se trata de acumular yardas con los running backs, ya sea corriendo o aprovechando las portentosas manos de los tres. Análisis de la defensiva. Si algo caracteriza a la defensiva de Bobby Babich es que ejemplifica a la perfección la teoría darwiniana de la adaptación al medio. Hacía mucho tiempo que no veía una defensiva tan versátil y adaptativa a aquello que ofrece el equipo rival. Si bien los planteamientos de Babich no suelen ser los mejores, sus contralecturas son, simplemente, brillantes. Aspecto que adolecían las defensivas de antaño, ya fuera con Leslie Frazier o el propio Sean McDermott. El primer gran “hot topic” que ha sido estrella en todas las tertulias Bills Mafia, sin duda, es el regreso a la titularidad de Matt Milano. Cuesta entender que un staff que le otorga tanta importancia a lo que pasa sobre el emparrillado, haya sentado a Dorian… Continue reading El ojo del bisonte. Week 14: Buffalo Bills @ Los Ángeles Rams.

El ojo del bisonte. Week 13: San Francisco 49ers @ Buffalo Bills.

Introducción. La madrugada del domingo al lunes, a las 2:20 horas (horario peninsular), con las cámaras de la NBC, para el tradicional Sunday Night Football, asistiremos, en el Highmark Stadium de la localidad de Orchard Park, a un espectacular duelo que medirá a dos conjuntos que llevan trayectorias muy diferentes: San Francisco 49ers y Buffalo Bills. Un enfrentamiento entre, a priori, dos equipos, con los mimbres suficientes para aspirar a todo, pero que llegan a este partido en un punto diametralmente opuesto. San Francisco 49ers arriba al oeste del gran estado de Nueva York sumido en una crisis de juego y resultados, plagados por las lesiones y tras encajar una dolorosísima derrota, en Lambeu Field, ante Green Bay Packers. Las huestes aleccionadas por el díscolo Kyle Shanahan llevan un año muy irregular, aunque aún tienen opciones de ganar su división, una NFC Oeste en la que puede pasar de todo. No obstante, este es el escenario perfecto para que los mineros consigan una “statement victory” que suponga un cambio de rumbo en una campaña incierta. Por su parte, las mesnadas dirigidas por el ínclito Sean McDermott asoman a este encuentro con la posibilidad de asegurar el título de la AFC Este por quinta temporada consecutiva, tras la derrota de Miami Dolphins la noche de Thanksgiving. Además, Buffalo Bills anhela seguir luchando por un seed 1, que se antoja harto complicado tras las dos últimas victorias de Kansas City Chiefs. El partido se disputará con unas condiciones climáticas extremas. Se espera una temperatura que oscilará entre los -5 y los -1 grados centígrados, aunque la sensación térmica llegará a los -11 grados centígrados, en medio de una ligera nevada y con rachas de viento que pueden alcanzar los 39 kilómetros/hora. Por tanto, el tiempo sí será un factor y se prevé que el juego físico y terrestre tenga suma importancia. Análisis de la ofensiva. La climatología será un factor determinante en este partido. Teniendo en cuenta que se esperan rachas de viento de 39 kilómetros/hora, nieve y mucho frío, Joe Brady debería seguir apostando por el juego terrestre, planteando un partido muy físico. En primer lugar, la línea ofensiva ha de seguir en ese estado superlativo que demostró ante Kansas City Chiefs. Spencer Brown se recuperará para este envite, aunque hay que decir que Ryan Van Demark no desentonó en ningún momento. Dion Dawkins tendrá un respiro, ya que Nick Bosa no será de la partida, aunque mal haría en minusvalorar las potenciales acometidas de Leonard Floyd, Yetur Gross-Matos o Robert Beal Jr., por el exterior. El interior de nuestra offensive line dio unas exhibición, minimizando a Chris Jones. Así que esperamos un desempeño análogo de figuras al alza como O’Cyrus Torrence, David Edwards y Connor McGovern. En un partido marcado por la climatología, la guardia pretoriana debe ser el mejor candado para tratar de que Josh asegure el ovoide, en todo momento. Allen tendría ante sí el reto de dominar una defensiva que, aunque las lesiones la han debilitado, tiene muchísimo peligro. Insistiendo en la importancia del clima, Josh ha de aunar seguridad y productividad, tratando de dominar los dos niveles del juego aéreo y buscando la debilidad de su zona underneath. Teniendo en cuenta de que Dalton Kincaid es baja y que Keon Coleman será duda hasta minutos antes del kick off, Josh ha de buscar la seguridad que le ofrecen tanto Khalil Shakir como Amari Cooper, buscando también, cuando las condiciones sean propicias, a Mack Hollins y Curtis Samuel, ya sea en corto o largo. Además, es un partido para que los targets a Dawson Knox suban exponencialmente. Lógicamente, leyendo lo que permita la zaga minera, aprovechando, si las condiciones son propicias, para salir en scramble. Josh tiene que alimentar a sus estiletes ofensivos. Si lo consigue, el camino a la victoria estará más cerca. El juego terrestre va a ser capital. Pero vuelvo a insistir hay que correr… de la manera más ortodoxa o más heterodoxa. Necesitamos que nuestros tres corredores -James Cook, Ray Davis y Ty Johnson- estén involucrados, tanto en carreras por el interior (apuesta que no se paga en Las Vegas) como por el exterior. Pero, además, Brady y Josh han de involucrar a nuestros running backs en el juego aéreo. Sin duda, esta es la clave para destrozar a la defensiva de 49ers. Esa capacidad de recibir de Cook, Davis y Johnson puede ser el arma decisiva que colapse su zaga. Análisis de la defensiva. Las bajas de Trent Williams y Aaron Banks debilitan profundamente su línea ofensiva. Si sumamos este infortunio a la incógnita del estado del hombro de Brock Purdy (que desconocemos si será de la partida), parece claro cuál debe ser el plan de juego de Bobby Babich. Sin duda, la consigna de Bobby será tratar de minimizar los acarreos de Christian McCaffrey y asolar una línea ofensiva que parece muy porosa por el lado izquierdo, teniendo en cuenta las bajas de Banks y Williams. Ante estas circunstancias, es un partido para que veamos la mejor versión de Von Miller, que puede colapsar el pocket con sus movimientos de engaño. La superioridad que pueden generar Von, Rousseau o Epenesa, ha de ser aprovechada por Ed Oliver, DaQan Jones o Austin Johnson para percutir por el interior y tratar de cazar a Purdy. Matt Milano puede tener sus snaps en este partido, así que junto a Terrel Bernard, Dorian Williams y Taron Johnson, han de frenar las yardas terrestres de McCaffrey, prestando especial atención a esa válvula de escape que es George Kittle, y a las puntuales salidas fuera del pocket de Purdy. Habrá que tener mucho cuidado con Kyle Juszcyk que, teniendo en cuenta las condiciones climatológicas, puede ser el factor X que se saque de la chistera Shanahan. La pareja de cornerbacks formada por Christian Benford y Rasul Douglas, junto con los safeties Taylor Rapp y Damar Hamlin, han de estar muy pendientes de las yardas tras contacto que pueden generar Deebo Samuel y Ricky Pearsall. Además, en… Continue reading El ojo del bisonte. Week 13: San Francisco 49ers @ Buffalo Bills.

Dalton Kincaid, un torero para los Bills

Buffalo Bills first-round draft pick Dalton Kincaid holds up a jersey during an NFL football news conference in Orchard Park, N.Y., Friday, April 28, 2023. (AP/ Photo Jeffrey T. Barnes)

El 10 de junio de 1992 comenzaba, en el Rasundastadion de Estocolmo, la Eurocopa de fútbol, que se disputaba en Suecia. A ese torneo llegaban 7 selecciones, que habían luchado en los céspedes de toda Europa por un puesto, más el equipo anfitrión. En un principio, la selección yugoslava había conseguido su pasaporte para el torneo, pero la execrable Guerra de los Balcanes hizo que el conjunto plavi fuera excluido de la competición. Dinamarca no había conseguido la clasificación, pero -tras la obligada salida del equipo balcánico- la UEFA le ofreció la participación en el torneo. Algunas de las estrellas danesas como Brian Laudrup, Peter Schmeichel, Henrik Larsen, o Flemming Povlsen estaban de vacaciones. El seleccionador danés, Richard Moller-Nielsen, convocaba de urgencia a sus jugadores a una reunión en Copenhague, donde les comunicaba que se iban a Suecia a disputar la Eurocopa. Absolutamente nadie daba crédito por las huestes vikingas como equipo favorito a llevarse la competición, más si cabe después del empate contra Inglaterra (0-0) y la derrota ante Suecia (1-0), en las dos primeras jornadas. Sin embargo, un gol de Lars Elstrup contra Francia, en la última jornada de la primera fase, otorgó a los daneses el pase para semifinales. En ese primer partido de la fase final del torneo, se veían las caras contra el vigente campeón, la demoledora Holanda, con jugadores de la talla de Marco Van Basten, Ruud Gullit o Frank Rijkaard. El conjunto de Moller-Nielsen conseguiría su pase a la final, tras una taquicárdica tanda de penaltis. La final se antojaba más complicada aún, pues los daneses se enfrentarían al rodillo alemán, el campeón mundial. El Ullevi Stadium de Goteborg era testigo de una de las mayores gestas del deporte mundial, gracias a una victoria majestuosa (2-0) de un equipo que jugaba sin presión, sin nada que perder y que había acudido al torneo de forma inesperada. _____________   Tengo que reconocer que mi vida siempre estuvo dominada por una máxima de ese genial todoterreno literario que es Paulo Coelho: “Cuando realmente quieres una cosa, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla”. Muchas veces pensamos que algo es lo que nos conviene y luchamos con esfuerzo, tesón y entrega por ello… o eso creemos. Es alucinante las lágrimas que se han vertido en el mundo por deseos concedidos. Y es que, como también dice Coelho, “debemos correr riesgos, pues solamente entenderemos el milagro de la vida cuando permitamos que ocurra lo inesperado”. Los deseos, a veces, se cumplen y nos decepcionan… Así que mejor lo inesperado. Ya que lo inesperado puede que forme parte de ese hilo rojo que rige nuestra vida… Hoy, en Crónicas Lombardi, tengo la suerte de hablar de una historia regida por lo inesperado, por las decisiones incomprensibles e, incluso, difíciles, pero donde la determinación, la obstinación, el esfuerzo, el sacrificio, el tesón y el trabajo se erigen en pilares fundamentales. Como la selección danesa, Dalton Kincaid -inesperadamente- se coló en una “fiesta” en la que, sobre el papel, nunca debería haber estado invitado. PRIMEROS PASOS: MUCHO BALONCESTO… POCO FOOTBALL. Dalton Mosser Kincaid nació el 18 de octubre de 1999, en Las Vegas (Nevada). Estudió en el Faith Lutheran High School en Summerlin (Nevada). Teniendo en cuenta sus cualidades físicas (1’93 metros y 112 kilogramos), decidió enrolarse en el equipo de baloncesto, donde consiguió el campeonato de la AAU (Amateur Athletic Union), en su temporada sénior. No obstante, el destino le tenía reservada una sorpresa… Sus amigos, considerando su portentoso físico, le aconsejaron que probara en football. Dalton era muy reacio a cambiar de deporte y hacía caso omiso a estas peticiones. No obstante, la insistencia fue tal que el propio Kincaid aceptó y probó, durante una única temporada, el deporte del ovoide. Esa campaña Dalton sorprendió a propios y extraños, alcanzando honores “all state”  y totalizando la nada desdeñable cifra de 745 yardas de recepción y 9 touchdowns. Esta temporada hizo cambiar la perspectiva deportiva del propio Kincaid, decidiendo convertirse en un walk-on, aceptando la oferta que le ofrecía el equipo de football de San Diego Toreros. Hay que recordar que, en el deporte estadounidense y canadiense, un atleta walk-on es aquel deportista que no ha sido reclutado oficialmente por una institución ni ha recibido beca de ella. Normalmente, son jugadores abocados a un segundo o tercer plano dentro del equipo deportivo de la disciplina pertinente. No obstante, existen gratas sorpresas que rompen los esquemas, se hacen grandes en el depth chart y se erigen en auténticas figuras de estos equipos. Basta citar nombres de la talla de J.J. Watt (Wisconsin), Baker Mayfield (Texas Tech, Oklahoma), Hunter Renfrow (Clemson), Sean Bedford (Georgia Tech), Stephen Gostkowski (Memphis), Jared Abbrederis (Wisconsin), Jim Leonhard (Wisconsin), Jimmy Morrissey (Pitt) o, más recientemente, Stetson Bennett (Georgia) o el propio Dalton para darnos realmente cuenta de la importancia de los walk-on. Este aspecto vuelve a resaltar la tesis que vengo defendiendo desde el inicio de este artículo: lo inesperado, a veces, se convierte en algo sublime. UN TORERO EN SAN DIEGO Los equipos deportivos de la Universidad de San Diego reciben el nombre de “Toreros”. Es indudable que este apodo tiene una clara reminiscencia hispánica, teniendo en cuenta el área de influencia de la universidad y su proximidad con la frontera mexicana. El nickname de “Toreros” fue seleccionado por los estudiantes de la USD, ya que pone de manifiesto valores -totalmente acordes con la universidad-, tales como “el coraje, el honor y la fidelidad a unos colores, junto con la soledad en el ruedo y el desafío ante la empresa de enfrentarse a un toro”. La justificación del apodo quedaba completamente argumentada por parte de este comité de estudiantes. No obstante, hay que recordar que, con anterioridad al apodo de “Toreros”, los equipos atléticos de la USD recibían el nombre de “Pioneers”. Los Toreros participan en la PFL (Pioneer Football League), una conferencia que compite en la Football Championship Subdivision (FCS), la mal llamada “segunda división” de la NCAA. Allí, se verían los… Continue reading Dalton Kincaid, un torero para los Bills

Un Patriota en la corte de Josh Allen

¿Y qué carajo pinta este tío aquí? Diría cualquier bisonte que se precie y que lea el título de mi carta. Muy sencillo, voy a pasar a presentarme. Mi nombre es Chusy, sí, ese que todos los martes, religiosamente, entra en ¨Estampida Bills¨ a saludar, suelta alguna perlita y, después, cae rendido en las garras de Morfeo. Eso sí, doy fe de que el miércoles, a primera hora, me pongo al día… y tengo testigos. Caí en este mundo de la NFL, fruto de la saturación de mi otra gran pasión, que es el basket. En una de mis mejores etapas como entrenador, en la que me encontraba con más sintonía con mis jugadores y disfrutaba de verdad en una cancha y un banquillo, apareció, en el entreno, un chaval al que yo había entrenado desde sus inicios, con una camiseta azul, con el 12 en la espalda y que ponía Brady. ¿Quién es ese señor, Gonzalo? Coach, de verdad me estás preguntando esto? Este señor es Tom Brady. Es Dios, me dijo. Y el domingo juega la Super Bowl contra Atlanta. “Como flipa esta juventud”, pensé. Años después, sí, años después, descubrí el secreto y la gran intrahistoria de aquella noche y aquel partido. Tengo que reconocer que después del Half Time Show y ver a ¨la rubia¨ aquella que caía del cielo, me fui a dormir pensando que aquello no iba a ninguna parte. Al día siguiente, pregunté por preguntar y vacilar un poco a mi pupilo, ¨ ¿Qué tal anoche, chaval? Tienes cara de sueño, creo que no os fue muy bien.¨ Cuál fue mi sorpresa cuando el muy capullo sonrió y me dijo ¨Coach ya me imaginaba que no tenías mucha idea de qué va esto¨ Valiente mamón. Menos mal que hizo un temporadón de escándalo que nos ayudó a ser campeones ese año. Por supuesto, a la celebración llegó con su flamante camiseta y el 12 a la espalda. Ahí empezó todo. Luego llegaron los escarceos por redes buscando información sobre New England, Y descubrí al que, para mí, sí que es Dios y es el Coach Bill Bellichick. Pero eso ya es otra historia que algún día si queréis os contaré… Como anécdota os diré que la primera noticia que leí el día que dije ¨hoy empiezo a ser de los Patriots¨ fue el traspaso de Tom Brady a Tampa, así como el fichaje de Cam Newton. Ahora decidme si eso no es tener huevos… Jajajajaja. Después llegaron los chicos de Patriots España, que fueron los que me metieron en vena el amor por New England Patriots. Un día me invitaron a su podcast. Y hasta ahora, sigo disfrutando con ellos.   Y entonces apareció Él… Un día despierto, miro el móvil y veo un mensaje en Telegram de un tal ¨EduBills¨, que me propone entrar una noche en Estampida Bills, para hablar de New England y del partido que jugábamos ese fin de semana. Y allá que fui, siempre con el beneplácito de mi gente, ya que iba en su representación. Y ahí fue cuando encontré otra de las grandes cosas de este mundillo, lo grande que es conocer a un rival desde dentro, para valorar y apreciar el trabajo que se hace y cómo se ven las cosas desde la otra banda. Además, si das con colegas como los que por aquí andan, todo es mucho más sencillo. Para mí, fue un placer pasar a formar parte de Estampida Bills, como ese Patriota de pro que todos los martes por la noche se une a los bisontes de La Estampida. Lugar de encuentro para toda la Bills Mafia, con ese código deontológico que os reconoce: devoción, pasión, respeto y mucho amor por esos colores rojo azul y blanco de la franquicia sita en el oeste del  gran estado de Nueva York. Y yo que mis primeros recuerdos del fútbol americano son eso duelos entre los Niners y los Cowboys, entre Troy Aikman y Steve Young. Sin embargo, lo que a mí más me llamaba la atención era un equipo dirigido por un tal Jim Kelly, que siempre jugaba bajo la nieve con el 12 a la espalda y que moría en la orilla contra  los grandes colosos del oeste de aquella época. Será que es que yo soy del Madrid, qué le vamos a hacer… Un enorme saludo y muchas gracias por hacerme un huequecito entre vosotros. Prometo portarme bien.   Jesús García del Álamo, ¨Chusy¨ @Chusy74

¿Bye, Bye, McDermott?

La madrugada del pasado miércoles los Buffalo Bills presentaron, como cada año, el “Buffalo Bills Embedded”. Este es un reportaje de unos 29 minutos, donde nos enseñan cómo se trabaja en la draft room, buscando trades, las llamadas a los futuros rookies… El departamento de comunicación nos muestra, en menos de 29 minutos, las emociones de la noche del NFL Draft y cómo trabaja la franquicia, desde meses atrás, para elegir a las futuras estrellas. No más lejos de la realidad, nos enseñan lo que quieren que veamos, pero, en el reportaje de este año, se dejan entrever varias cosas, que me han llamado mucho la atención. Quiero enfocarme en Brandon Beane y Sean Mcdermott. Me ha gustado mucho la proactividad de Brandon Beane, con el coordinador ofensivo, Joe Brady, y con Bobby Babich, coordinador defensivo. Desde el primer momento que lo vi, me llamó la atención: dentro de la draft room estaba todo el staff técnico. En el pick 33, elegimos a Keon Coleman y se demuestra que era el jugador deseado. Lo certifica la cara de satisfacción de Joe Brady. En el pick 60, elegimos a Cole Bishop, safety de Utah. En este pick, quiero detenerme en el momento en el que Beane, Gray y Gaine se están moviendo para subir y elegir al jugador deseado, pero no lo consiguen y hay que esperar. Cuando Houston hace su elección, la alegría invade la draft room. En un momento de la tarde, Gray le dice a McDermott “we’re just looking at potencial trade partners right now”. (“ Solo estamos buscando socios comerciales potenciales, en este momento”). Llama la atención que, en esta secuencia, Beane no está en la sala. Yo me pregunto, ¿McDermott no sabía lo que estaba sucediendo en la sala? En el momento de la selección de Houston Texans, Beane nos deleita con un: “YES!!!” McDermott sigue con esa cara de póker, a pesar de la alegría que hay en la sala, Beane saluda a Terry Pegula y, después, habla con Gaine con la satisfacción del trabajo bien hecho. Ahora, quiero irme al tercer día del NFL Draft, donde Brandon Beane mantiene mucha comunicación con Brady y Babich, consultando movimientos y hablando de los futuros jugadores potenciales. Hay un momento, que es difícil descifrar, en el que McDermott está girado, dando la espalda a Beane y hace el comentario de “necesitamos a Van-Pran”. Seguidamente, Beane le dice a Gaine, primero, Ray Davis; luego, Van-Pran. No sabemos más de la conversación, pero me parece llamativo que, en todo el reportaje, se les ve distantes y poco comunicativos. Siempre hemos creído que McDermott era intocable, por su relación con Beane. Recordemos que es McDermott quien recomienda a Terry Pegula la contratación de Beane. No obstante, esa situación puede cambiar, puesto que las ventanas de Super Bowl van pasando año tras año, y las decepciones cada vez hacen más mella en la franquicia. Asimismo, los medios de comunicación son más críticos con las gestiones de partido de McDermott. Este año, Terry Pegula ha reestructurado la franquicia NHL de Buffalo Sabres (de la cual también es propietario), destituyendo a Don Granato y firmando a una leyenda, del equipo, Lindy Ruff. El desgaste sufrido por Sean es evidente, así que veremos si, en 2025, Terry Pegula da el paso y el año que viene asistimos al final de la era McDermott.

Una nueva Zama: Draft Buffalo Bills 2024

El 19 de octubre del año 202 a.C. tuvo lugar la batalla de Zama, que significó el final de la segunda guerra púnica, y que enfrentaría a romanos y cartagineses. Esta batalla supuso el choque entre los dos grandes gerifaltes de ambos ejércitos: el general cartaginés Aníbal Barca, y el joven Publio Cornelio Escipión “El Africano”, líder de las legiones romanas. A pesar de que el ejército cartaginés estaba en clara superioridad y que Aníbal era un strategos militar mucho más experimentado, Escipión urdió una estrategia brillante, que, al principio, pocos entendieron, que confundió por completo a Aníbal y su numeroso ejército de elefantes, y que fue, sin duda, la responsable de una espectacular victoria. Por rencillas internas y miedo al poder omnímodo de Barca, el Senado de Cartago no brindó a Aníbal la caballería necesaria, que se quedó en Italia (Aníbal se desplazó desde allí, en barco, y se vio forzado a dejar gran parte de su contingente militar, especialmente, la caballería) y en la propia ciudad de Cartago. Conocedor de esta circunstancia, Escipión no la desaprovecharía. El ejército romano aguantó la envestida de los elefantes cartagineses, deslumbrando a las bestias, con cualquier objeto metálico, que reflejaba el sol del desierto. Además, Escipión se hizo acompañar de múltiples músicos, que tocaron, al unísono, sus instrumentos, desconcertando a los asustados paquidermos. Solventado este primer obstáculo militar, venía el gran ardid de Publio Cornelio Escipión. Las caballerías de Masinisa (líder númida y aliado de Escipión) y Lelio (lugarteniente y gran amigo del Africano) atacaron y provocaron la huida de la caballería númida de Tiqueo (aliado de Aníbal). Esta fue la gran estratagema de Escipión, ya que, tras hacer huir a las huestes de Tiqueo, la caballería liderada por Lelio y Masinisa regresó al campo de batalla, atacando por la retaguardia a los experimentados veteranos de Aníbal. Esta circunstancia destrozó el ejército cartaginés y significó el final de la batalla y de la segunda guerra púnica, convirtiéndose en una de las mejores estrategias en la historia militar. Del mismo modo que Publio Cornelio Escipión, la estrategia trazada por Brandon Beane, en el NFL Draft, ha sido objeto de numerosas burlas, siendo cuestionada y no entendida. Una gran mayoría de sesudos analistas y (pseudo) expertos se centran, en el aspecto coyuntural, de haber vendido su selección de primera ronda al archirrival de Buffalo Bills, Kansas City Chiefs, con la que los de Missouri seleccionaron al veloz receptor Xavier Worthy, olvidando cualquier aspecto estructural. Además, aluden a un desempeño, propio de equipo pequeño, al bajar varias veces y no ser mucho más agresivo, buscando jugadores, en teoría, más importantes. Obvian, sin duda, que este era el plan primigenio, que fue urdido, en las semanas previas, por el natural de Norwood (North Carolina). Un plan que salió a la perfección. La primera opción como receptor siempre fue Keon Coleman. El hecho de haber corrido las 40 yardas, en el NFL Combine, en 4.61, hizo bajar su stock, siendo calificado, injustamente, como wide receiver lento. Circunstancia aprovechada por Brandon Beane, al seleccionarlo con el pick 1 de segunda ronda. Gracias al “mal” trade con Kansas City Chiefs, Buffalo Bills ganaba casi 40 puestos, conseguía una tercera ronda y se iba de la segunda jornada del NFL Draft, con dos jugadores que eran una auténtica necesidad para la zaga y petición expresa de Bobby Babich: el safety Cole Bishop y el defensive tackle DeWayne Carter. En el tercer día, Beane conseguía dos nuevos jugadores de impacto inmediato (el running back Ray Davis y el center Sedrick Van Pran), añadiendo otros prospectos más que interesantes, como Javon Solomon, Edefuan Ulofoshio o Daequan Hardy. Solo el tiempo da y quita razones. El dios Chronos blandirá su guadaña determinando si la estrategia de Brandon Beane, en el NFL Draft, se parece a la urdida por Publio Cornelio Escipión en la mítica Zama, significando la selección de unos jugadores que contribuyan a seguir haciendo competitiva a la franquicia NFL sita en el oeste del gran estado de Nueva York. A continuación realizo el análisis de los jugadores seleccionados por Buffalo Bills, así como aquellos agentes libres no drafteados, que han conseguido una oportunidad con la #BillsMafia. Keon Coleman. (Round 2 Pick 33) 6’3” (192 cm) – 213 libras (96,6 kg) – 20 años – Junior – Florida State Seminoles – Wide Receiver. Positivo: Tras jugar con Michigan State, decidió pedir el transfer a Florida State, donde ha cuajado un año simplemente maravilloso, mostrando una conexión brutal con Jordan Travis. Es un auténtico atleta, con una capacidad de salto y cambios de dirección alucinantes. A pesar de su tamaño y de que se pudiera pensar que es un receptor de posesión, tiene una agilidad y explosividad dignas de destacar. Sus tres grandes virtudes son sus excelentes manos, sus instintos naturales a la hora de localizar el ovoide y su gran capacidad en balones disputados. Es un auténtico baluarte en zona roja. Puede recibir en corto y generar muchísimas yardas. Es bastante difícil de placar. Es muy bueno retornando punts. Negativo: Quizá, le falte un punto de velocidad en vertical y ha de mejorar su árbol de rutas, ya que tira mucho de improvisación. Cole Bishop. (Round 2 Pick 60) 6’2” (188 cm) – 206 libras (93,4 kg) – Junior – Utah Utes – Safety. Positivo: En Utah, jugó fundamentalmente como strong safety, situándose, en muchas ocasiones, en la caja, como un defensor extra. Tiene unos instintos muy naturales y una capacidad enorme para leer las jugadas del rival. Su mayor plus es como defensor contra la carrera. Sabe muy bien reaccionar e identificar este tipo de jugadas. Su técnica de placaje es sobresaliente. Su motor es alucinante y suple su falta de una condición atlética élite con unos instintos muy buenos, que le hacen estar siempre en el lugar correcto. Es un auténtico líder defensivo. Otra de sus grandes capacidades es ir muy bien al blitz. Negativo: Su velocidad y explosividad en vertical no es la mejor. Pierde mucho cuando está… Continue reading Una nueva Zama: Draft Buffalo Bills 2024

Conociendo a Joe Brady.

Luego de una dura derrota contra Denver Broncos, en Orchard Park, y la consecuente -y hasta sorpresiva (entre muchas comillas)- salida de Ken Dorsey, Joe Brady fue nombrado nuevo offensive coordinator interino de Buffalo Bills. El ahora ex-entrenador de QBs, ya fomaba parte del staff técnico, desde 2022, cuando el mismo Dorsey dejaba el puesto, al ser promovido como OC. Vamos a repasar un poco su historia: Tras retirarse como jugador de William & Mary -donde jugó como wide receiver-, en 2012, Brady dedicó sus esfuerzos para perfeccionarse como entrenador. En 2013, volvió a su alma mater, William & Mary, como entrenador de linebackers. Allí, desempeñó su labor durante un año, hasta que la oportunidad de formar parte de una universidad Power Five tocó su puerta.  Brady se incorporó, en 2014, a Penn State, como asistente graduado a las órdenes de James Franklin. La temporada 2015 de Penn State terminó con un  récord de 7-6 y la temporada 2016, con un balance de 11-3. La figura de los Nittany Lions, en ese tiempo, era Saquon Barkley y su juego terrestre, algo que siempre ha caracterizado a Penn State.  En 2017, le llegó una oportunidad, en el más alto nivel. New Orleans Saints, bajo las órdenes de Sean Payton y Pete Carmichael, lo nombraron asistente ofensivo, cumpliendo diferentes roles dentro del staff técnico, siempre relacionado con la ofensiva. Durante sus dos años de estancia en la franquicia, New Orleans Saints disputó playoffs. En su primer año con Nueva Orleans, en 2017, los Saints terminaron en el puesto #2, en estadísticas de la NFL en ofensiva total, siendo el único equipo de la liga que terminó el año clasificado entre los cinco primeros tanto en pases como en juego terrestre.  Los Saints también fueron el #4 de la NFL en puntos anotados. En 2018, New Orleans se colocó entre los 10 mejores equipos de la NFL tanto en ofensiva total (#8) como en ofensiva terrestre (#6) y la organización terminó tercera en puntos anotados. En 2019, le llegó una oportunidad única: ser parte del staff técnico de LSU Tigers. Tomó el cargo de coordinador de juego de pase y receptores, a las órdenes del offensive coordinator Steve Ensminger. LSU contaba con jugadores del más alto nivel como Burrow -que esa temporada lograría 5671 yardas y 60 TDs-, Ja’Marr Chase -con 1780 yardas y 20 TDs- y Justin Jefferson -1540 yardas, 18 TDs-. Un tridente explosivo que llevó a los Tigers a una temporada perfecta (15-0) y al título nacional. Quedan para el recuerdo la victoria en Tuscaloosa, ante Alabama, o el inolvidable partido contra Georgia, en la final de la SEC.  Rozando el cielo con LSU – billswire.usatoday.com Este desempeño con LSU puso a Brady en el radar de varias franquicias NFL y Carolina  Panthers le dio una segunda oportunidad como OC, dentro del staff técnico de Matt Rhule, en el circo del fútbol americano, en 2020. Su paso por el equipo de Charlotte no fue ni de cerca el cuento de hadas que vivió en LSU.  La ofensiva 2020 de los Panthers no estuvo a la altura de las expectativas. Tenía como QB titular a Teddy Bridgewater, que sumaría 3.733 yardas aéreas, 15 touchdowns y un porcentaje de pases completados del 69,1%.  D.J. Moore y Robbie Chosen superaron las 1000 yardas de recepción. El récord de esa temporada sería  5-11.  Sin duda, la temporada estuvo condicionada por la lesión de Christian McCaffrey, que venía de ser probowler,  luego de correr para 1387 yardas, en 2019, y solo participar en 3 partidos, en 2020. La temporada 2021 no sería muy diferente, Christian McCafrey jugaría solo 7 partidos y entraría en la lista de injury reserve, en la jornada 8. Sam Darnold (2527 yardas aéreas) comenzaría la temporada como QB titular y alternaría partidos con Cam Newton (684 yardas aéreas), que regresaba a Charlotte, tras su paso por New England Patriots. Luego de una desdibujada actuación contra los Dolphins, Brady fue cesado por la gerencia de Panthers.  Su descenso a los infiernos en Charlotte – espn.com El 4 de febrero de 2022, Brady comenzaría su andadura en Buffalo Bills, asumiendo el puesto dejado por Ken Dorsey, como entrenador de QBs. Acción que volvió a repetirse, tras el cese de Ken Dorsey como offensive coordinator, en la pasada Week 10.  Quisiera cerrar un par de comentarios: Su primera experiencia como OC, en Carolina, dejó mucho que desear. Está claro que estuvo condicionada por las lesiones de McCaffrey, y por los problemas con los QBs, en 2021. En general, en Charlotte, no guardan los mejores recuerdos. Creo que, en este punto, los Bills tienen un mejor roster que el que dispuso en Carolina: un mejor QB y armas más potentes, tales como Diggs, Kincaid y Shakir, que, sin duda, pueden acoplarse mejor para lo que estimo es su estilo de juego.  Los dos años que Brady estuvo con Allen (2022 y 2023 hasta su promoción) podrían decirse que fueron dos temporadas de involución en el juego de Allen. ¿Una coincidencia? ¿Se debe este retroceso a los planteamientos ofensivos de Dorsey? Será el propio Brady quien deberá contestarnos con hechos a estas preguntas. Joe y Josh – billswire.usatoday.com Andreas Bluhm – @BluhmAndreas @EstampidaBills 🦬💨

Los parientes locos de Steve Tasker.

Hace unos días llegó a mis manos una obra, que es algo sagrado para todo aficionado de Buffalo Bills. Me refiero al magnífico libro de Sal Maiorana, Buffalo Bills: The complete Illustrated History, la auténtica Biblia -perdóneseme la herejía- de la franquicia NFL situada en el noroeste del estado de Nueva York. Sal Maiorana -etsy.com La obra se inicia con un magnífico -e ilustrativo- prefacio de Steve Tasker -auténtica leyenda viva de Buffalo Bills e, injustamente, sin sitio aún en el Hall of Fame de Canton-, en el que el histórico jugador de Special Teams, cinco veces incluido en el primer equipo All-Pro y siete veces seleccionado para disputar el Pro-Bowl, describía su experiencia con la #BillsMafia.  Me he permitido la libertad de realizar una traducción libre y literaria, ya que esta joya de Tasker, en el libro de Maiorana, debe ser conocida, no solo por la fanaticada de Buffalo Bills, sino por todo el aficionado al fútbol americano en general. Disfrutadla… Steve Tasker en la actualidad. – buffalorumblings.com Prólogo de Steve Tasker. “Cuando has jugado en la NFL, tu experiencia puede variar, en gran medida, dependiendo de la franquicia o franquicias en las que has estado. Los entrenadores y jugadores, que forman parte de esa franquicia, se convierten en tu familia. Esa amistad que nace, mientras que juegas delante de millones de personas, te acompañará a lo largo de tu vida. Sin embargo, existe otra familia: la familia de los aficionados.  Los fans son esos “parientes locos” que son una parte importante de ti y de tu equipo, y que no pertenecen a nadie más. Los conoces bien; los amas, ya que eres el único que los comprende. Esos parientes te conocen tan bien -tanto a ti como a tus defectos- que pueden hacerte sentir como el hombre más pequeño o como un auténtico gigante. Pregunta a cualquier jugador que haya jugado en la NFL y te contará mil historias sobre sus aficionados: fans buenos, fans malos, fans divertidos y fans geniales. Esta relación entre una franquicia y una ciudad es singular y única.  Con la Bills Mafia… – billswire.usatoday.com Voy a relatar mi primera experiencia con la #BillsMafia. Había sido reclutado por Buffalo Bills, vía waiver wire, hacía pocas semanas, justo antes de un partido, en Buffalo, frente a Miami Dolphins. En ese momento, los Dolphins no eran más que otro equipo, para mí. Vale, de acuerdo, eran un rival de división, pero desconocía lo que significaban para la #BillsMafia. Pensé: “¡Buff! ¡Está diluviando y hace 3 grados de temperatura! Ningún aficionado vendrá al partido”.  Una hora antes del kick-off, bajé por el túnel para calentar… y, allí, estaban nuestros “parientes locos”. El estadio estaba abarrotado, la gente gritaba a pleno pulmón: “¡Matemos a los delfines! ¡Aplastemos al pescado! ¡Aplastadlos!”. Estaban tan extasiados que, prácticamente, babeaban de rabia. Sinceramente, yo estaba completamente aturdido, no entendía nada.  Steve Tasker. Un mito que aún no está en el HoF – billswire.usatoday.com Antes de esta experiencia con Bills, había estado jugando con Houston Oilers. Cuando llovía en la ciudad texana, nadie asistía a los partidos. Y eso que nuestros juegos se disputaban a techo cerrado, en el Astrodome. Llevaba menos de un mes siendo parte de la #BillsMafia, así que la gente aún no me conocía. Tras realizar el retorno del kick-off de ese partido frente a Dolphins, escuché a mi alrededor: “¿Tasker? ¿Quién diablos eres? ¿Bajo qué roca te encontraron, muchacho? ¿De dónde vienes? ¡No arruines el partido! ¡Seguramente, apestas como el resto del equipo!”. Pero no lo hice nada mal. Tuve un buen partido. Conseguí varios tackles en equipos especiales y, la verdad, mis retornos fueron bastante buenos. Más adelante en el partido, regresé a ese mismo lugar, para hacer un nuevo retorno. Mis “parientes locos” estaban allí, pero ya sus comentarios eran muy diferentes: “¡Ey, Steverino! ¡Gran trabajo! ¡Tú eres nuestro hombre! ¡Te he seguido a lo largo de tu carrera, desde que estabas en Houston! ¡Woooo-Hoooo!”. El retorno contra Miami – buffalobills.com Sin duda los Dolphins eran el equipo más odiado al noroeste del gran estado de Nueva York. Buffalo tenía un récord patético de 0-20 frente a ellos, durante la década de los 70, y existía una enorme frustración entre la fanaticada de Buffalo Bills. Sin embargo, esta frustración y amargura enloqueció aún más a nuestros “parientes locos”.  El crecimiento enorme de Buffalo Bills, a lo largo de la década de los 90, fue saboreado por esos aficionados, acostumbrados a padecer con su equipo. La #BillsMafia saborea y agradece cada triunfo, cada viaje a Playoffs, porque recuerda bien la profunda sima en la que la franquicia estuvo durante mucho tiempo, a lo largo de su historia. Ser parte de la #BillsMafia es obligatorio, si vives al noroeste de Nueva York. Tu madre y tu padre son de Buffalo Bills. Tus profesores y profesoras, en todos los niveles educativos, son orgullosos miembros de la #BillsMafia. Policías, bomberos… todos viven y mueren por Buffalo Bills. Al igual que ese tipo que está detrás del mostrador, en el Seven-Eleven o en la tienda de comestibles. Tus abuelos han sido, toda la vida, aficionados de Buffalo Bills, desde el antiguo Rockpile. También tus primos aman a los Bills. Todas las personas que conoces -o con las que te encuentras por la ciudad- tienen la sangre roja, azul y blanca de Buffalo Bills. Todos aman a una franquicia que sienten como propia.  La Estampida de Tasker – sicovers.com Compartí equipo con un entrenador y jugadores que son parte del Hall of Fame. Sin embargo, todos ellos te dirán que ni el mejor equipo habría logrado nada sin la ayuda y el apoyo de sus aficionados.  Sin duda, la #BillsMafia es una de las partes más importantes y de los factores más determinantes en cada partido de Buffalo Bills. Tengo varios amigos que, aunque tienen su abono para todos los juegos de la temporada, consideran que, al menos, en un partido de la temporada regular, tienen que colarse al estadio. Lógicamente,… Continue reading Los parientes locos de Steve Tasker.

TRB – El susurro de Buffalo

Tarde de domingo en Buffalo, y la afición celebra la vuelta a casa de los partidos de los Bills. Como siempre antes de empezar el partido, la afición se reúne para calentar motores. Lástima que nuestro equipo no hiciera lo mismo, ya que los primeros drives, tanto de ataque, como de defensa, se vio a un equipo, que no encontraba su sitio. ¿Y que pasó? Touchdown de los Raiders en los primeros compases del partido. Si, de por sí, ya veníamos tocados del partido anterior frente a los Jets, esto parecía el principio del declive del equipo este año. No sé si serían las alitas o el echarse Allen el equipo a la espalda, como casi siempre, que salieron de nuevo al campo para darle la vuelta al marcador, incluso poner tierra de por medio con 2 grandes touchdowns. De la grada enmudecida por el juego y realización de Davante Adams, al jolgorio y apoyar al equipo, como si no hubiese pasado nada antes. Todo lo que se pide a una afición, que siempre está con el equipo a pesar de los resultados. El equipo ganó en confianza, Josh empezó a sentirse bien con el balón, la línea ofensiva hacía su labor, en el lado contrario de la plantilla, la defensiva ponía de su parte con un gran referente al mando, Milano. Un jugador que destaca entre todos sus compañeros, por tener una actitud especial. Da el 200% en los partidos, y frente a Las Vegas, no fue menos, con una de las intercepaciones a Garappollo, que se sentía sólo en el campo, después de un comienzo prometedor. Destacar también la aportación de Terrel Bernard, con otra interceptación y con un partido serio, junto a Milano. Esta parece de Linebackers darán que hablar en los próximos años, erigiéndose como 2 de los mejores jugadores en su puesto. El último cuarto fue azul, un Josh Allen inconmensurable, hizo un drive a fuego lento, haciendo valer su gran precisión en pases cortos de primer nivel. Además de las carreras de Cook, que una vez más se posiciona como RB, y nos hace olvidar la última temporada de Singletary. Gran acierto de Beane en ese sentido. En general se vio un equipo serio, que se ha quitado la etiqueta de favorito en cada partido, y que tiene que seguir jugando a lo que sabe. Mi abuela decía que la comida sabe mejor a fuego lento, esperemos que los drives se cocinen a fuego lento, para dar ese punto de confianza en cada partido. Buffalo susurrará este sábado desde sus casas, para que el equipo sienta ese aliento en el campo de los Commanders