El ojo del bisonte. Ronda de Wild Card: Pittsburgh Steelers @ Buffalo Bills.

Introducción. Esta noche, a las 22:30 horas -salvo que las condiciones climatológicas digan lo contrario- y retransmitido por las cámaras de CBS, viviremos un apasionante Pittsburgh Steelers Vs. Buffalo Bills de la Ronda de Wild Card. El partido estaba previsto que se disputara la tarde del domingo, pero las duras condiciones meteorológicas sufridas por el oeste del estado de Nueva York, desde el viernes, hicieron que la gobernadora estatal Kathy Hochul, en connivencia con el Comisionado de la NFL, Roger Goodell, decidieran posponer el partido para la noche del lunes, ya que no se podía asegurar el desplazamiento de jugadores, staff, aficionados y medios a Orchard Park. Incluso, el aeropuerto de Buffalo permaneció cerrado todo el sábado y el vuelo procedente de Pittsburgh no podía aterrizar. Por todo ello, se tomó la decisión más adecuada.  Ambos equipos arriban a este duelo de Wild Card en plena racha de resultados. Los Steelers encadenan tres triunfos consecutivos (Bengals, Seahawks y Ravens) y, gracias a la derrota de Jacksonville Jaguars, aseguraron su pase a playoffs como seed 7 de la Conferencia Americana. Las huestes comandadas por Mike Tomlin -que encadena una temporada más con récord positivo- llegan al Highmark Stadium con los deberes hechos y con muy poco que perder, más si cabe tras la baja por lesión de su mejor hombre T.J. Watt. Por tanto, tratarán de vender muy cara su derrota y poner patas arriba unas apuestas y unas predicciones muy propicias para el equipo del oeste de Nueva York.  Por su parte, Buffalo Bills se ha plantado en esta ronda, tras una racha de cinco victorias consecutivas (Chiefs, Cowboys, Chargers, Patriots y Dolphins), habiendo ganado la AFC East por cuarto año consecutivo, lo que les aseguró el seed 2 de la Conferencia Americana. Sean McDermott y sus mesnadas esperan y desean dar una alegría a la Bills Mafia, en un partido que, sin duda, vendrá marcado por las condiciones climatológicas de viento y nieve, lo cual puede equilibrar aún más el encuentro.  Si Steelers consigue dar la sorpresa y salir vivo de Orchard Park, se enfrentará la semana que viene, en Ronda Divisional, a Baltimore Ravens. En el caso de un triunfo de Buffalo Bills, recibirán a Kansas City Chiefs, en uno de los duelos más atractivos de estos playoffs 2024.  Las condiciones meteorólogicas han sido muy duras – wesa.fm Análisis de la ofensiva. La baja de T.J. Watt será clave en este envite, ya que la defensa de Steelers sufre un giro de 180 grados con la presencia o no del outside linebacker egresado de la Universidad de Wisconsin. Por tanto, Joe Brady tiene que plantear un partido en el que Josh Allen juegue seguro y no cometa errores. La zaga de Pittsburgh vive de los fallos y concesiones del ataque rival y esta ha de ser una máxima que la ofensiva de Bills ha de evitar.  Por tanto, será necesario, desde primer momento, establecer el juego terrestre, a través de carreras por el interior y el exterior de James Cook, Ty Johnson y Leonard Fournette. Cook tiene que olvidar el clamoroso drop de la semana pasada ante Dolphins y erigirse, nuevamente, en ese jugador diferencial que puede marcar el signo del partido, no solo con sus acarreos, sino con sus recepciones saliendo del backfield. En un partido que se presupone será dominado por el viento, estas recepciones en el primer nivel pueden resultar decisivas.  En este mismo sentido, es un encuentro para que el protagonismo de Dalton Kincaid, Dawson Knox y Khalil Shakir sea determinante, con recepciones en las zonas flat y underneath. Se presupone que Joey Porter Jr, el mejor cornerback de Steelers, se empareje constantemente con Stefon Diggs, así que será buen momento para que Josh compagine esos pases en el primer nivel con alguna bomba en el segundo o tercer nivel, para Sherfield, Shakir o Kincaid, que trate del buscar la debilidad de Levi Wallace. Hay que recordar que Gabriel Davis será baja para este encuentro. Además, Diggs, en algún momento, podrá quemar a Porter. Todo esto ha de pasar por un desempeño magnífico de nuestra línea ofensiva, que tiene que reencontrarse con su mejor versión, tras las malas actuaciones ante Patriots y Dolphins. Morse, Torrence, McGovern, Dawkins y Brown han de dar el tiempo necesario para que Josh escanee la defensa rival, sortee su presión y pueda buscar la mejor versión. Además, tienen que volver a imponerse en las trincheras para facilitar el establecimiento de nuestro juego terrestre y permitir la sostenibilidad de nuestros drives.  Necesitamos a un Josh seguro, a un Josh en modo playoffs. Un Josh que minimice sus errores y trate del buscar siempre la mejor opción. Allen ha de volver a ser dominante, no solo desde el pocket, sino también fuera de él, tanto con carreras diseñadas como con acarreos en scramble. Una de las claves del encuentro será nuestra eficacia cada vez que lleguemos a zona de anotación, algo en lo que llevamos fallando mucho en la era Joe Brady. Si queremos ganar este decisivo duelo, cada viaje a red zone tiene que transmutarse en siete puntos en nuestro marcador. Si dejamos vivos a los Steelers, estos pueden matarnos.  Por último, será un partido para que los Special Teams hagan bien los deberes, tanto con las patadas de Tyler Bass como con los retornos de Harty y del propio Shakir. Josh Allen tendrá una dura prueba ante la zaga acerera – arrowheadpride.com Análisis de la defensiva. Si algo sabemos del ataque de Steelers, haya nieve, viento o no, es que correrán como si no hubiese un mañana. La gran baza de Pittsburgh es, sin duda, su excelente juego terrestre, donde Najee Harris y Jaylen Warren se complementan a la perfección. Harris es un corredor más tradicional, más diésel, mientras que Warren aporta mucha más explosividad. No obstante, ambos tienen excelsas manos y serán la válvula de escape constante y continua para Mason Rudolph. Si Buffalo quiere ganar el partido, debe minimizar la carrera de Steelers.  Para este partido,… Continue reading El ojo del bisonte. Ronda de Wild Card: Pittsburgh Steelers @ Buffalo Bills.

“LEALTAD EN LAS TRINCHERAS”. ENTREVISTA A JOHN FINA, OFFENSIVE TACKLE DE BUFFALO BILLS.

LEALTAD EN LAS TRINCHERAS “La lealtad es cosa que dirige a los hombres en todos sus hechos, para que hagan siempre lo mejor”. Esta reflexión del rey Alfonso X El Sabio, recogida en las Cantigas de Santa María, constituye una auténtica verdad atemporal que cobra más fuerza en los convulsos tiempos que nos ha tocado vivir.  Añorando los pretéritos tiempos en los que nuestra libertad no se hallaba presa por los cruentos avatares de esta despiadada pandemia mundial, afloró en mi recuerdo una hermosa historia de lealtad, fidelidad y amor desinteresado, que -sin duda- marcó mi infancia y horadó, como la constante ola esculpe la roca, mi voluble -por entonces- personalidad. Esa fábula -mezcla de quimera, deseo y realidad- nos hace viajar al lejano país del sol naciente, siendo su protagonista un perro fiel, el leal Hachiko.  El incierto y caprichoso destino hizo que el profesor Hidesaburo Ueno, profesor del Departamento de Agricultura en la Universidad de Tokio, encontrara, a principios de 1924, una caja en la estación de Shibuya en la que se hallaba un cachorro de perro de la raza Akita. Hidesaburo creyó que el animal había muerto, pues había sido mandado, sin agua ni comida, desde la prefectura de Akita, en un largo viaje de dos días. Al llegar a casa, logró reanimar al animal y lo bautizó con el nombre de Hachi (ocho en japonés), pues el animal tenía sus patas delanteras desviadas. La palabra “hachi” suele representarse con el kanji, una letra japonesa que sirve para representar al número ocho y semeja esta desviación de las extremidades.  La relación establecida entre el profesor y Hachi fue impresionante. El perro acompañaba todos los días a la estación a su amo, cuando este iba a la universidad. Del mismo modo, al final de la jornada, Hachiko volvía a la estación para recibir a Hidesaburo. Una rutina que se estableció durante más de un año. El 21 de mayo de 1925, el profesor Ueno sufría un paro cardíaco en la Universidad de Tokio y lamentablemente moría. Hachiko esperó a su amo en la estación, tal y como era costumbre. Pero esa noche, el profesor no regresó… Y Hachi tampoco regresaría a casa. El animal -fiel y leal a su dueño- permaneció durante 9 años en aquella estación de Shibuya anhelando la llegada de su amigo humano. El 8 de marzo de 1835, Hachiko fue encontrado muerto en la estación, tras haber esperado a su amo durante más de 10 años.  Esta hermosa historia pone de manifiesto el amor desinteresado, la amistad eterna, hasta el punto de poder afirmar que el perro puede ser considerado el amigo más fiel y más leal del ser humano. Extrapolando esta bella parábola al terreno que nos ocupa, nadie puede negar que el tackle ofensivo encarna el máximo ejemplo de lealtad y fidelidad para un quarterback en el terreno de juego. En ocasiones, los focos mediáticos se centran en recepciones acrobáticas, carreras inusitadas, placajes espectaculares o retornos prodigiosos. El quarterback es visto como ese jugador, ese líder natural, que marca el devenir de una franquicia. Pero existe una labor oscura, opaca, llevada a cabo por unos agentes -mal llamados- secundarios, que realmente son auténticos héroes y salvaguardan la integridad de ese egregio jugador que -en muchas ocasiones- se lleva todas las prebendas. Esta es una historia de lealtad, de fidelidad, de esfuerzo, de tesón, de superación… Hoy va, desde aquí, nuestro homenaje a esos adalides de las trincheras, cuya labor es -realmente- la que gana campeonatos.  El hercúleo John – onthemenulive.com ENTREVISTA En primer lugar, John, queremos agradecerte encarecidamente, desde @BillsMafiaSpain, @CoollegeNation & @TheSpanishBowl, tu total accesibilidad para concedernos esta entrevista. Deseamos seguir acercando el fútbol americano al público español y contar con uno de los mejores tackles ofensivos de todos los tiempos, el hombre de confianza de Jim Kelly y un jugador que ha disputado dos Super Bowls supone -para nosotros- todo un honor. Gracias, John.  1. En estos momentos de crisis sanitaria a nivel del mundial, ¿cómo estás viviendo esta dura situación?  He sido muy afortunado. Nadie cercano a mí ha sufrido mucho. Mi familia está sana y la empresa para la que trabajo se ha preocupado mucho por sus empleados. 2. Nos gustaría saber cómo fueron tus inicios en el mundo del football. ¿De dónde viene tu afición por la práctica de este deporte? ¿Tuviste claro, desde el primer momento, que tu puesto era en las trincheras ofensivas como offensive tackle? Comencé a jugar al fútbol a los 10 años en la liga juvenil de mi barrio. Tengo 4 hermanos mayores que jugaban, así que, prácticamente, no tuve más remedio que jugar. En mis inicios, era súper descoordinado. Alto y desgarbado. Jugué tanto en línea ofensiva como defensiva. 3. Tras finalizar tu etapa en Salpointe Catholic High School llegaba el momento de dar el salto a la universidad. ¿Cómo recuerdas el proceso de recruiting? Mi “recruitment” fue mínimo. Todavía era bastante desconocido, alto y delgado. Tampoco muy fuerte. Tuve 3 oportunidades, que fueron la Universidad de Nuevo México, la Universidad de Colorado State y la Universidad de Arizona. 4. En tu etapa en high school, fuiste seleccionado en tu año senior en el first team All-State. ¿Cómo te sientes al ser uno de los pocos jugadores del Salpointe Catolic High School en tener tu camiseta retirada?  Fue un gran honor ser All-State. Realmente no lo esperaba. Jugué muy duro todo el tiempo porque odiaba perder. ¡No me gustan nada las derrotas! Cuando Salpointe retiró mi número estaba muy emocionado. Es un gran honor porque el programa deportivo de Salpointe es muy competitivo. Toda una eminencia en Salpointe – allsportstucson.com 5. Once partidos disputados en la -entonces- Pac-10 jugando para los Wildcats, ¿cuál es el partido que más recuerda de tu etapa universitaria?  Recuerdo haber jugado mi último año en Ohio State y jugar contra un defensive end de muy alto nivel. Lo manejé muy bien durante todo el partido y, desde ese momento, la gente empezó a reconocerme como… Continue reading “LEALTAD EN LAS TRINCHERAS”. ENTREVISTA A JOHN FINA, OFFENSIVE TACKLE DE BUFFALO BILLS.

A DIOS PONGO POR TESTIGO…

GONE WITH THE WIND… En 1939, Victor Fleming y David. O. Selznick legaban a la eternidad una de las joyas más fastuosas y eternas del  séptimo arte. La -siempre huidiza y caprichosa- Reina Mab se presentaría a la narradora Margaret Mitchell, tres años antes, inspirando la prodigiosa obra que Fleming y Selznick llevarían a la gran pantalla. El fruto de este encuentro fue esa inolvidable novela, ese poderoso y cruento reflejo de la Guerra Civil Americana, ese magistral documento que puso de relieve las inmundicias y desastres del vesánico conflicto. Mitchell arrasaba -nunca mejor dicho- el panorama literario con la publicación de Lo que el viento se llevó.  El rodaje no fue nada sencillo. Egos aparte –Selznick esperó dos años para iniciar la grabación, debido a su firme propósito por asegurar la participación del inolvidable Clark Gable como Rhett Butler-, la película presentó problemas casi desde su propia génesis: se entrevistaron a más de 1400 actrices -antes de encontrar a la magnífica Vivian Leigh-, el guión de Sidney Howard sufrió numerosas revisiones, la temática abordada (esclavitud y guerra)… Sin embargo, las críticas del film fueron muy positivas y su popularidad enorme, llegando a recibir diez Premios Óscar y erigiéndose en una de las cintas más legendarias de la cinematografía universal. El clímax de la película y una de las escenas más míticas en la historia del cine tiene como protagonistas a la rebelde Scarlett O’Hara y a su amada “Tara” –la explotación georgiana de algodón familiar-, que había sido devastada por los horrores de la guerra.  La magistral música de Max Steiner nos presenta, mientras rompe el alba en “Tara”, a una denostada Scarlett, hambrienta, que deambula por la otrora frondosa explotación agrícola en busca de sustento. Ve un tubérculo, lo arranca de cuajo y -sin siquiera limpiarlo- no duda en ingerirlo. Scarlett se da cuenta de su deshonrosa acción, de lo que el hambre puede despertar en el ser humano, reniega de su acto y lanza una proclama -entre sollozos-: “A Dios pongo por testigo, a Dios pongo por testigo de que no lograrán aplastarme… Viviré por encima de todo esto y, cuando haya terminado, nunca volveré a saber lo que es hambre. ¡No! Ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que estafar, que ser ladrona o asesinar… A Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre”.  Esta escena y, sobre todo, esa mirada, esa indómita mirada de Vivian Leigh, acudió a mi mente e hizo erizar mi piel, la madrugada del pasado -y ya infausto para mi recuerdo- sábado 5 de enero. Esos ojos iracundos, llenos de dolor, de pasión, de ira… de pesar por el deber no cumplido. Ese rostro de firme decisión, de volver en un futuro y revertir lo ya pretérito, era el que despertó en mí la figura de Josh Allen mientras abandonaba, derrotado, el NRG Stadium de Houston.  Sabía bien de sus errores -los propios y los ajenos-, era plenamente consciente de sus limitaciones, de lo bueno y lo malo, había colapsado -lo sabía muy bien… y la gente no tardaría en recordárselo-. La vida no le había regalado nada… absolutamente nada. Pero si algo tenía claro es que volvería, mejoraría y, sí, volvería. Era el abanderado de una ilusión, de un sentimiento, de una afición que solo conocía el sufrimiento. ¡Volvería!  Y ponía “a Dios por testigo”… La desesperación e impotencia de Josh, tras la derrota ante Texans / forbes.com UN GRANJERO LLAMADO JOSHUA ALLEN Joshua Patrick Allen nació el 21 de mayo de 1996 en Firebaugh (California). Esta pequeña localidad agrícola californiana apenas cuenta con 7600 habitantes y tiene los servicios mínimos (escuela, instituto, puesto de bomberos y policía, ayuntamiento…). Aunque si quieres algo de diversión has de tomar la Interestatal 33 y desplazarte unos 30 kilómetros, a Mendota, para encontrar un centro comercial con tiendas, servicios de restauración o cines. Poca gente acude a Firebaugh… ni siquiera los scouters. “No tuve ninguna oferta de nadie… Simplemente los reclutadores no venían a Firebaugh a ver football”, explicó Allen en cierta ocasión.  El pequeño Joshua creció en una explotación agrícola especializada en algodón, melones cantalupos y trigo, de unos 2000 acres -las analogías con Scarlett O’Hara empiezan a sorprender-. Era un chico de granja. Su bisabuelo, un emigrante sueco, se instaló en esa zona de California e hizo fortuna durante la Gran Depresión. Josh siempre tuvo a su padre como ejemplo a seguir. Joel Allen era el continuador de una saga de tres generaciones de granjeros. “Sin duda tuve el mejor modelo en mi padre: un trabajador infatigable, un buen hombre de negocios y un auténtico padre de familia”. Siempre veía levantarse a su progenitor con una sonrisa, a pesar de que tuviera por delante una dura jornada en el campo a más de 40 grados de temperatura. “Cualquier día siempre era especial para mi padre… Esa determinación, esa manera de afrontar la vida, es la que me ha situado en el lugar en el que estoy. Es la que me da fuerza para conseguir cualquier reto”, Allen siempre tiene palabras de admiración y agradecimiento hacia el bueno de Joel.  Joshua creció como un atleta multidisciplinar y competía en todos los deportes que podía, con sus hermanas Nicala y McKenna. Allen disputaba en el instituto football, baloncesto, soccer, béisbol, kárate y natación. Curiosamente, el high school de Firebaugh fue construido en 1970 y sería su abuelo el que donara gran parte de los fondos para su edificación.  A pesar de que Josh destacaba fundamentalmente en football –aunque también era muy bueno en béisbol y baloncesto-, ninguna universidad de la FBS (Division I) le ofreció beca alguna. Varios pudieron ser los motivos de este primera “caída” en la trayectoria profesional de Allen. La primera gran razón, lógicamente, era la propia Firebaugh. A prácticamente nadie le interesaba lo que sucedía en aquella parte del mundo… y menos la evolución de un muchacho que compaginaba varios deportes e incluso prefería la práctica del béisbol o baloncesto. Por ende, no… Continue reading A DIOS PONGO POR TESTIGO…

VON MILLER, EL JUGADOR QUE BUFFALO BILLS NECESITABA.

REFLEXIONES La primera reflexión que quiero poner de manifiesto es que ya sé que hay muchos parámetros como, por ejemplo, la presión al quarterback que, en este análisis, no se tiene en cuenta, pero cuya finalidad es, entre otras, llegar a mariscal de campo y producir los sacks. El segundo aspecto que deseo explicar es que los datos los he ido sacando analizando partido a partido y a jugador a jugador, ya que el número de sacks difiere en algunas páginas respecto a otras por errores al contabilizarlos, por -poner un ejemplo- el número de sacks de Buffalo Bills es de 41 sacks, pero en alguna página aparece como 42. Primer dato muy interesante respecto a la importancia de los sacks. Este año los únicos equipos que han generado sacks en todas las semanas de la competición han sido LA Rams, Tampa Bay Buccaneers, San Francisco 49ers y LA Chargers, dos de ellos últimos ganadores del anillo. Esta circunstancia la pongo en contexto para valorar la importancia de la producción de un sack. En cuanto a Buffalo, ocuparía el puesto número 11º con 41 sacks, pero empatado con Cincinnati Bengals y Dallas Cowboys. Respecto al número de jugadores que han participado en los sacks de Buffalo, serían 16, por ello, ocuparíamos el tercer puesto, solo superado por Browns y Jets con 17, respectivamente. De los 41 sacks. 30,5 lo realizó la línea defensiva, dividiéndose 20,5 por las alas defensivas y 10 por la línea defensiva interior; 3 de ellos lo llevó a cabo el cuerpo de linebackers y, en cuanto a la secundaria, se produjeron 7,5 sacks (4 por los safeties; 3,5 por los cornerbacks). Si nos detenemos en cada una de las posiciones y las comparamos con las otras 31 franquicias, la línea defensiva ocuparía el puesto número 7, esto es debido al esquema defensivo de Buffalo Bills y a la rotación de la misma. Si nos vamos a la posición de linebackers -en la que solo se produjeron 3 sacks-, ocuparíamos el puesto número 28, empatados con Washington Commanders. Por último si consideramos solo la secundaria, Buffalo produjo 7,5 sacks y, por ende, ocuparíamos el puesto número 2, solo superado por Miami Dolphins con 9,5 sacks. Un dato preocupante es que hasta los 20 primeros equipos en producción de sacks, solo hay dos equipos que no produjeron ninguna captura en tres semanas: Carolina Panthers y Buffalo Bills. Esos 3 partidos se jugaron contra Titans, Patriots y Colts… y los 3 se perdieron. De hecho, hay un porcentaje muy alto de derrotas frente al acto de no producir sacks. La secundaria de Buffalo Bills -buffalowdown.com LOS SACKS EN BUFFALO BILLS. ¿Entonces a qué se debe una posición relativamente alta en la producción de sacks de Buffalo? Analizando la producción de los mismos, hay un partido que aumenta considerablemente la cifra final de sacks y es el de la semana 18 contra Jets, en la que se consiguieron 9 capturas. Antes de ese partido, la media de producción del equipo era de 2 sacks, con lo que, si -lógicamente- no quitamos esos 7 sacks de más en la media del equipo, pero sí, por ejemplo 4, descenderíamos al puesto número 18 en la producción de esta estadística defensiva.  Un motivo que apoya la teoría de que Buffalo Bills debe seriamente mejorar la línea defensiva es que, a diferencia de las franquicias que están ligeramente por detrás de ella y casi el 100% de las que están por delante, han conseguido la mitad de sus sacks, más o menos en la mitad de la temporada, a diferencia de Bills que, en 4 partidos, consiguió 24 sacks y casi el 60% de los sacks de la temporada. Estos partidos fueron contra Miami Dolphins, Carolina Panthers, Atlanta Falcons y New York Jets, con 6, 4, 5 y 9 sacks, respectivamente. Hay que poner de relieve que la línea ofensiva de esos equipos no es de las mejores precisamente… Mario Addison – buffalowdown.com CONCLUSIONES. Me parece bien la rotación de la línea defensiva porque involucra al mayor número de jugadores en la producción de sacks y disminuye la posibilidad de lesiones, además de que se llega mejor al final de la temporada. Sin embargo, necesitamos, en ese sistema rotacional, a jugadores de mayor calidad y, sobre todo, un jugador diferencial que acapare más la atención de las líneas ofensivas y ayude al resto de jugadores a aumentar su producción de sacks. Como hemos comprobado en la producción de sacks de Bills, estamos a un pequeño constipado de descender en unos de los parámetros más importantes en cuanto a la calificación de los equipos defensivos y cuando estás tan cerca de conseguir el preciado anillo no puedes dejar pasar el TREN, debes ir a por todas y reforzar la línea defensiva. Si analizamos algunos de los equipos que están por delante de lBills en número de sacks, encontramos a jugadores que elevan la producción del equipo como, por ejemplo Aaron Donald, Robert Quinn, Nick Bosa o Cameron Jordan, entre otros. Nuestro jugador con más capturas fue Mario Addison (35 años), con 7 sacks, y ocupa el puesto número 40 entre los jugadores en producción de sacks. Por otro lado, nuestro jugador con más presiones al quarterback rival es Jerry Hughes que cumplirá 34 años y solo ha conseguido 2 capturas esta temporada. El pasado 16 de marzo de 2022 terminé este análisis y -un par de horas después- supe de la contratación de Von Miller, así que -seguramente- el General Manager de Bills -Brandon Beane- recibió mi mail del análisis antes que nadie…  jejeje. En cuanto a Von Miller, es, sin duda, un jugador con experiencia contrastada y cuya producción de sacks ha sido de 9,5 entre Rams/Denver (datos referidos a la temporada regular como en el resto del análisis). No espero que su producción aumente más que la de 2021, pero, sí la del resto de jugadores de la línea defensiva, al beneficiarse de su mera presencia. Además, al ser un OLB, se… Continue reading VON MILLER, EL JUGADOR QUE BUFFALO BILLS NECESITABA.

LOS “AIR BILLS”. TEMPORADA 2020.

Los Buffalo Bills comenzarán la temporada 2022 como uno de los máximos aspirantes alevantar el trofeo Vince Lombardi, a finales del próximo febrero en Glendale (Arizona).Contar con uno de los jóvenes quarterbacks y estrellas de la liga, así como tener una de las mejores y más completa plantilla, hace que a todo fan del equipo le empiece a dar elfamoso cosquilleo en la panza, sabiendo que ya se acerca el comienzo de la temporada y que puede ser la que tanto tiempo soñamos.Llegar hasta acá no ha sido fácil, fue todo un proceso y había que “confiar en el proceso”, como dice Sean McDermott. Con aciertos y desaciertos, con titubeos o convicciones, “el proceso” comienza su sexta temporada y todos esperamos que, luego del pitazo final del Super Bowl LVII, se desate la locura sobre las calles de Buffalo. Sin duda, ninguna aficiónse lo merecería más.“El Proceso” comenzó en la temporada 2017, acabando con una sequía de 17 años sinpoder llegar a los playoffs y luego volviendo a clasificar a los mismos en la temporada 2019, logrando llegar a esa instancia en 2 oportunidades, en el periodo de 3 años. Todo un hito por ese entonces para todos los fans de Buffalo luego de caminar por el desierto durante 17 largos años.Al quedar eliminados en el juego de comodines de la temporada 2019 Vs. Houston Texans y al estar ya “acostumbrados” a clasificar a playoffs, venía la siguiente pregunta: ¿Cuándo vamos a ganar un juego de playoffs? (El último juego ganado en playoffs había sido el 30 de diciembre de 1995). Las dudas y las malas vibras sobre Allen, por parte de la prensa de alcance nacional, seguían apareciendo y la continua comparación con Mahomes y el famoso trade entre Buffalo y KC hacían titubear a más de unos cuantos simpatizantes. Sí, aunque ahora parezca mentira luego de perder contra los Texans mucha gente aún desconfiaba de Josh Allen e insistían en que no era el “franchise QB” que llevase a los Bills a la tierra prometida.Estaba claro que Josh Allen todavía estaba en la curva de aprendizaje, pero, a la vez, carecía del famoso WR 1 o WR estrella, que todo buen quarterback necesita tener a su lado, para confiar en él en momentos claves o para que se lleve la atención de la defensiva. Más aún contando con un joven quarterback, Brandon Beane, el manager general de la franquicia, estaba al tanto de esta falta y ya había hecho el intento de contratar un WR 1 para la temporada 2019, pero no lo había logrado. Al iniciar la temporada 2020, hace su jugada y realiza un trade con los Minnesota Vikings por el WR Stefon Diggs. Stefon – billswire.usatoday.com EL COMIENZO DE LOS “AIR BILLS”. Con la llegada de Stefon Diggs ya consumada y el comienzo de los preparativos para la temporada 2020, enseguida se pudo ver la excelente relación que Diggs estableció con Josh Allen y el resto del equipo. No solo en términos de football, sino también en las relaciones humanas fuera del campo, enterrando todos los rumores de “diva” que varios fanáticos y reporteros le adjudicaban. Entonces, ya estaban dadas todas las condiciones para que los Bills cuajaran una buena temporada, que se diera ese paso más allá con respecto al año anterior y que, finalmente, se ganara un juego de playoffs, después de no sé qué cantidad de años. El resultado fue mucho más de lo que se esperaba, llegando a jugar la final de la conferencia de la AFC y con aspiraciones de campeonato. Más allá de toda esta historia de sequía en ganar juegos de playoffs y de tantos años de no jugar juegos de playoffs en Orchard Park, me gustaría concentrarme más que nada en el desarrollo de la temporada regular y, especialmente, en esa maquinaria ofensiva que fueron los Bills de 2020. Si siempre se estaba a la espera de un “statement win” que le diera confianza al equipo al ganarle a un rival fuerte o en uno de esos juegos de “prime time”, ese año fue un “statement season”, un golpe en la mesa de la NFL para decir y gritar a los cuatro vientos, aquí están los Buffalo Bills y tenemos grandes pretensiones. Buffalo comienza el primer cuarto de la temporada con un récord de 4-0, con victorias Vs. Jets – @Dolphins – Vs. Rams y @Raiders, con unas actuaciones a la ofensiva que hicieron empezar a abrir los ojos a propios y extraños, más aún con un juego aéreo jamás visto por la zona occidental del estado de Nueva York. Recuerdo un tweet que creo era de un reportero estadounidense no muy ligado a los Bills que decía: “Bienvenido Buffalo a la NFL del siglo XXI”, (siempre intento de poder recuperarlo pero nunca tuve éxito). Los números de Josh Allen esos primeros 4 juegos fueron 1326 yds – 12 TDs + 3 TDs por tierra y 1 INT, y el equipo promediando 31 pts por juego. Allen comenzaba a ser tenido en cuenta para las primeras encuestas del MVP de la temporada y yo estaba muy feliz de poder ver a estos Air Bills en plena pandemia. La llegada de Diggs revolucionó el vestuario – syracuse.com Hablando de pandemia, vino el primer problema con el Covid-19. El próximo rival de Buffalo eran los Titans, pero tenían a varios jugadores de la plantilla con positivos de coronavirus, lo que hizo que el partido se suspendiera, finalmente luego de muchas idas y vueltas se terminó jugando un martes por la noche, con una rotunda victoria por parte de Tennessee.El siguiente juego también fue derrota en casa contra los Chiefs, dos derrotas consecutivas que hicieron bajar un poco la espuma.Había que volver a la senda ganadora y nada mejor que jugar @NYJ (ganaron 18-10 con 6 FGs de Bass), luego ganarle a Patriots (nos salva Zimmer con un forced fumble) y a Seahawks en casa. Seguida de tres victorias con unos números de Allen: 876 Yds – 3 TDs + 1 TD por tierra y 1 INT, con el equipo anotando en promedio 29 pts por juego y un récord de 7-2.Vendría luego una derrota dolorosa @Arizona (no se compara con la de los famosos 13 segundos solo porque fue en otro… Continue reading LOS “AIR BILLS”. TEMPORADA 2020.

GRACIAS, DABOLL. EL DESARROLLO SIGUE…

Muchos son los adjetivos oídos por los aficionados de Buffalo Bills -durante buena parte de la etapa del ex-coordinador ofensivo Brian Daboll- para intentar justificar algunas derrotas. También, para intentar excusar al equipo en ciertos fases de la temporada regular y, posteriormente, durante los playoffs, fases todas en las que el juego brillaba por su ausencia. Algunas de las frases que más se oía entre la Bills Mafia aducían a la falta de equilibrio entre el juego de carrera y pase, equipo poco balanceado, falta de armonía en la ofensiva… Lo primero que quiero explicar es que los datos que voy a ir dando, a continuación, los he ido sacando de las diferentes páginas de futbol americano y he intentado ser lo mas riguroso posible, puesto que entre estas mismas paginas hay datos que difieren unas de otras. Lo segundo que quiero manifestar es que, para contabilizar los diferentes datos de las 32 franquicias e intentar evaluar el equilibrio entre el juego de pase y de carrera, he contabilizado todos los acarreos de todos los jugadores del equipo, independientemente del número de yardas -aunque haya acarreos con pérdida de yardas- y tampoco teniendo en cuenta la posición del jugador en el equipo (ya sea QB, RB, FB…). Además tengo en cuenta el número de intentos de pase de todos los quarterbacks del equipo, obviando las jugadas de pase que no resultaron efectivas, ya fuera por drops o malos lanzamientos del QB. Es decir, no tengo en cuenta todos los intentos de pase. Por último, voy a hablar directamente de la diferencia entre acarreos e intentos de pase con un numero. En los casos en los que haya más acarreos que pases, pondré el signo negativo. Una vez analizados los datos de las 32 franquicias, la diferencia entre los intentos de pase y los acarreos durante la fase regular de Buffalo Bills serían de 194 pases más que acarreos. Por consiguiente, ocuparíamos el puesto número 25 en equilibrio juego de pase/carrera, solo superados por Jacksonville Jaguars, con 212; Las Vegas Raiders, 214; New York Jets, 223; Kansas City Chiefs, 244; Los Angeles Chargers, 251; Pittsburgh Steelers, 253, y Tampa Bay Buccaneers, con 346. Solo ha habido 3 equipos de las 32 franquicias en las que el número de acarreos ha sido superior al número de intentos de pase: Philadelphia Eagles y New Orleans Saints, con -6, y Tennessee Titans, con -16. Los Buffalo Bills ocupan, con 655, el quinto lugar en intentos de pase, solo superados por  Steelers (664), Chiefs (675), Chargers (674), Tampa (731), y el decimotercero en número de acarreos. Expuestos estos últimos datos, uno pensaría cómo es posible o qué falla para que el sexto equipo en intentos de pase y el decimotercero en intentos de acarreo acabe siendo el número 25 en equilibrio juego/pase de la liga. Bueno, la explicación a esto es realmente sencilla. Se da, básicamente, por dos circunstancias. La primera, depende directamente del tipo de QB que tengas, es decir, si nos fijamos en los seis primeros equipos en intención de pase, veremos cómo, prácticamente, son los mejores quarterbacks de la liga. Estaríamos hablando de Patrick Mahomes, Justin Herbert, Tom Brady, Josh Allen y Ben Roethlisberger (este ultimo no por su cualidad para pasar, más bien por un playbook hecho a su medida debido a su falta de movilidad). Entonces, al tener estos QBs, lógicamente, se va a pasar más. Más teniendo en cuenta que se va hacia una liga donde premia el pase y desde donde los cebras -y en sí la NFL- está facilitando, cada año, por las nuevas reglas, el juego de pase y dificultando, cada vez más, el juego por parte  de la defensiva. La segunda explicación es que, en el grueso de los equipos de la NFL, no hay tantas variaciones en equilibrio, pero, al subir en uno de estos datos -ya sea la intención de juego o el acarreo- el desequilibrio se acentúa. Para que nos hagamos una idea, un desequilibrio mayor a 190 está representado por 8 equipos, incluidos los Buffalo Bills, de 115 a 190; 11 equipos, de de 115 a 50; 6 equipos de 50 a 0; y solo 7 equipos, con más acarreos que intentos de pase. Volviendo al inicio del artículo. ¿Por qué los aficionados de Buffalo Bills teníamos esa sensación de aún más desequilibrio? Ya hemos comentado que éramos los vigésimo quintos en armonía juego/pase. En el caso de Buffalo Bills, los datos de los acarreos respecto a otras franquicias están -por decirlos de alguna manera- sobredimensionados.  Sean McDermott, el líder del staff : billswire.usatoday.com A continuación, intentare explicarlo. Las 3 franquicias con más acarreos la temporada pasada fueron: Titans (551), Eagles (550) y Ravens (517). Es decir, equipos predominantemente corredores y en los que sí se ha establecido un juego de carrera real y efectivo. Pues aquí esta el kit de la cuestión, precisamente, solo hay dos QBs que han tenido más acarreos que Josh Allen (122 acarreos). Uno es Jalen Hurts (139 acarreos) y el otro es Lamar Jackson (133 acarreos). Cierto es que tanto uno, por lesión, como Hurts, en el que su equipo fue conforme pasó la temporada estableciendo el juego de carrera, deberían haber tenido aún más acarreos. Sorprende que Josh Allen esté dentro de ese podio de QBs, teniendo en cuenta que Buffalo Bills no ha llegado a establecer, durante la época de Brian Daboll, un juego de carrera efectivo.  Por todo esto y habiendo visto y analizado los partidos del pasado ejercicio, se puede decir que ha habido muchas situaciones -dentro de esos 122 acarreos-, en los que el plan no era correr, sino más bien ha sido una solución del propio Josh Allen ante situaciones en las que los wide receiver estaban bien marcados y no le quedaba otra que correr antes de que el pocket colapsara. De ahí que a más de un aficionado a los Bills se nos saliera el corazón cada vez que se le veía correr por su vida. … Continue reading GRACIAS, DABOLL. EL DESARROLLO SIGUE…

EL “COLD FRONT” DE BUFFALO BILLS

Antes que nada, quiero expresar con total sinceridad que soy un amante del aspecto ofensivo del deporte y que, generalmente, a la hora de mirar un juego (sea en el deporte que sea) tengo que estar totalmente identificado con algún participante del mismo. Está aclaración la hago para tener en cuenta la perspectiva desde donde me enfocaré y poder transmitir cómo afectó este tema sobre mis gustos personales. Poniéndonos en contexto, hacemos un viaje virtual al pasado para situarnos en el año 2014. Nuestros Buffalo Bills eran totalmente lo opuesto a lo que vivimos hoy en día. La franquicia navegaba por las oscuras aguas de 14 años sin poder entrar a los playoffs de la NFL, totalmente dominados en la División Este de la Conferencia Americana por los New England Patriots de Brady, Belichick y compañía. Con la muerte de Ralph Wilson, dueño y fundador del equipo, los fantasmas de una compra de la franquicia y una relocalización en un mayor mercado nacional o internacional rondaban por las tierras gélidas de Western New York.  En la parte estrictamente deportiva, iniciaba su segundo año el que se supondría sería nuestro quarterback franquicia, EJ Manuel. Y mediante unos trades para avanzar puestos en primera ronda seleccionaban a quien también se suponía sería un jugador franquicia, el receptor rookie Sammy Watkins.  La plantilla estaba comandada por el Head Coach Doug Marrone, que iniciaba su segundo año al frente de la misma. Acompañado por el coordinador ofensivo Nathaniel Hackett (hoy Head Coach de Denver Broncos) y el puesto de Coordinador Defensivo quedaba vacío, ya que Mike Petine se marchaba a ocupar el puesto de HC en Cleveland Browns. Está vacante sería ocupada por Jim Schwartz, quien había sido despedido de su cargo de HC en Detroit Lions.  Jim Schwartz & Doug Marrone – syracuse.com Los Buffalo Bills de ese entonces, además de ser un equipo sufrido, era un equipo de temporadas siempre mediocres. Particularmente, en ofensiva, era todo muy difícil y costaba mucho trabajo y sufrimiento encadenar series ofensivas largas, llegar a la zona roja y anotar touchdowns. Por esos años era tendencia la búsqueda de “dual threat QBs”. Por ese motivo, seleccionaron a EJ Manuel, ya que Wilson, en Seattle; Kaepernick, en SF; Newton, en Carolina y Griffin III, en Washington le daban pelea a los Brady, Manning, Rodgers y Brees para ver quién se quedaba con el dominio y el estilo de juego que se impondría en la liga por los siguientes años. La ofensiva Bills de ese entonces, fiel a su filosofía histórica (que gracias a Dios, Josh Allen y Brian Daboll la sepultaron y espero que para siempre) trataba de establecer siempre el juego terrestre, para luego sorprender con algún pase y hacerles las cosas más fácil al joven QB. Lo cual no siempre resultaba, entonces debían terminar las series confiando en la precisa y certera pierna de Dan Carpenter.  Todo este contexto hacía que ver a la ofensiva Bills fuera extremadamente difícil y de repente, lo que para mí era la parte más aburrida del juego, o sea la defensa, se convirtiese en algo muy atractivo. La llegada del Coordinador Defensivo Jim Schwartz y su filosofía defensiva hizo “el milagro”. Jim Schwartz alzado por sus jugadores – mlive.com El famoso “Cold Front” es el nombre que utilizan los meteorólogos para denominar a las tormentas que se forman en el lago Erie y descargan su furia de frío y nieve sobre la ciudad de Buffalo, fue el mismo nombre que utilizó la prensa al hacer referencia a la línea defensiva de los Buffalo Bills. Una línea defensiva compuesta por 4 integrantes y no estamos hablando de cualquier línea defensiva, sino que de los 4 jugadores, 3 fueron elegidos al Pro Bowl, y 2 de esos 3 jugadores fueron elegidos All-Pro. Nos referimos a Mario Williams, Marcell Dareus, Kyle Williams y Jerry Hughes. La filosofía de Schwartz era un defensiva con mucha presión al QB contrario, partiendo de una línea muy dominante que se imponía por sí sola, las cargas o blitz de LB’s o DB’s eran cotidianas y en la mayoría de los casos llegaban al QB, lo cual hizo que la defensiva Bills fuera la número 1 en la liga en el apartado capturas de QB con 54 sacks en la temporada. (Estadísticas de las últimas 5 temporadas: 27 sacks 2017; 36 sacks 2018; 44 sacks 2019; 38 sacks 2020 y 42 sacks 2021). Este estilo de defensiva agresiva era muy linda de observar, diría que era más satisfactoria que cuando la ofensiva tenía la posesión. Su manera de presionar, de llegar al QB para la captura o al menos un hit hacía que los QBs rivales padecieran. Ir a jugar de visitante al Ralph Wilson Stadium era ir a sufrir, porque la afición se encendía cuando tocaba defender y la defensa, generalmente, hacía su trabajo. La victoria sobre los Ravens de Flacco, que eran los campeones del último Super Bowl, la imagen de Johnny Manziel tirado en su propia end zone, que fue una especie de meme en su momento cuando -creo- los memes todavía no estaban instalado del todo, y que Aaron Rodgers fuera interceptado dos veces por un desconocido Bacarri Rambo nos habla de cómo uno disfrutaba ver tal show.  Con una línea de élite, no era necesario tener super estrellas detrás de ellos, los linebackers eran Preston Brown, Brandon Spikes y Nigel Bradham, los safeties Aaron Williams y Da’Norris Searcy mientras que los dos cornerbacks eran Stephon Gilmore y Corey Graham. “One Man Club” Kyle Williams, bien flanqueado – sportsnet.ca Otra diferencia que noto con el sistema actual es que los jugadores prácticamente no rotaban, salvo que fuera por una lesión o en algún momento del partido por cansancio, siempre era la misma formación y el mismo sistema. Tal vez fuese porque se dependía mucho de lo que hiciera la defensa para poder ganar, ya que en ofensiva estaban muy lejos de contar con Josh Allen y compañía. Lamentablemente, los Buffalo Bills y más… Continue reading EL “COLD FRONT” DE BUFFALO BILLS

ME ENCANTA QUE LOS PLANES SALGAN BIEN… DRAFT 2022 BUFFALO BILLS.

«En 1972, un comando compuesto por cuatro de los mejores hombres del ejército americano fueron encarcelados por un delito que no habían cometido: No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá pueda contratarlos». De esta manera, se iniciaba la icónica serie de televisión El Equipo A (The A-Team), que fue emitida originalmente por la cadena NBC, desde el 23 de enero de 1983 hasta el 8 de marzo de 1987. Aclamada, imitada y parodiada -a partes iguales-, la serie constituyó un punto de inflexión y un modelo para  muchos jóvenes en la década de los 80s y los 90s.  Los protagonistas de la serie, cuatro ex-soldados que ponen su astucia, fuerza, inteligencia y osadía al servicio altruista y desinteresado del bien, eran el teniente Templeton “Faceman” Peck (“Fénix” en España) (Dirk Benedict), el capitán H. M. “Howling Mad” Murdock (Dwight Schultz), el sargento Bosco Albert “B. A.” Baracus (“M.A.” en España) (Mr. T) y -el líder del grupo- el coronel John “Hannibal” Smith (George Peppard).  El Coronel John Hannibal Smith – carboncostume.com Hannibal tenía una frase -que se convirtió en mito e icono de los años 80- siempre que el grupo salía victorioso de una una de sus múltiples aventuras. “Me encanta que los planes salgan bien”. Y, en un quimérico e imaginario viaje pretérito a la War Room de Buffalo Bills, sin duda, Brandon Beane –General Manager de la franquicia- exclamaría tal sentencia del malogrado George Peppard, tras finalizar el pasado #NFLDraft.  Y, efectivamente, los planes salieron bien, pues las necesidades más acuciantes del equipo fueron subsanadas. Se consiguió el tan ansiado cornerback. Y no un esquinero cualquiera, sino el chico que era el -indiscutible- objetivo número uno, un joven que fascinó al propio Brandon Beane y a Sean McDermott durante sus reuniones en la NFL Combine. Posteriormente, se apostó por un running back, con unas manos excelsas, que -en manos de Dorsey y Allen- puede erigirse en una auténtica arma de destrucción masiva. Se reclutaron dos linebackers de un mismo corte: inteligentes, con magníficas lecturas, rápidos, ágiles… Dos jugadores que pueden convertirse en la mejor baza a la hora de ayudar y complementar a Tremaine Edmunds en aquellos déficits, donde el egresado de la la Universidad de Virginia Tech tiene más problemas. Mucho se ha criticado al hercúleo y ciclópeo linebacker, pero hay que reconocer que ni esquema táctico ni acompañamiento lo han beneficiado. La adición de Bernard y Spector podría catapultar a Tremaine a un nivel impresionante y antes ignoto… Shakir se convierte en esa polivalente y versátil arma, capaz de aniquilar defensas rivales. Araiza, el Dios azteca de los despejes, competirá -con Josh Allen- por el honor de lanzar más lejos el ovoide. Uno, con certeros pases; el otro, con despejes quirúrgicos. Benford y Tenuta son apuestas personales de nuestro particular Hannibal, cuyos frutos se verán con el tiempo.  La icónica imagen del Equipo A – theguardian.com Este es el análisis pormenorizado -desde @BillsMafiaSpain & @EstampidaBills– de nuestras ocho selecciones, así como una fugaz mirada a nuestros agentes libres no seleccionados.  KAIIR ELAM. 1ª Ronda – Pick 23. Florida Gators, 6’2”, 196 libras. Ha arrastrado muchos problemas físicos (lesión de rodilla), por lo que no hemos visto su mejor versión a lo largo de 2021. Llama la atención sus movimientos tan naturales a pesar de su tamaño: posee unas caderas súper fluidas. Aspecto vital en un cornerback. Es mucho mejor en zona que en cobertura al hombre, donde sufre y necesita mejorar. Posee unas beldades físicas y atléticas que le harán mejorar en este aspecto. Confía mucho en su árbol de rutas y debe mejorar esa capacidad de reaccionar ante un hipotético cambio de ruta del receptor. Tiene una capacidad anticipación espectacular, gracias a unos instintos brutales. Buena velocidad para su tamaño. Puede ayudar a la hora de parar la carrera. Nunca se esconde en el juego físico. Lleva a cabo buenas lecturas. Es un arma explosiva en Red Zone y generador de Big Plays. Puede medirse a wide receivers altos y tight ends. No obstante, sus manos son buenas, pero mejorables. Tiene que cometer menos penalizaciones. En campo abierto, le falta algo de velocidad. Su técnica de placaje ha de ser implementada. Su jam, a veces, no es el más efectivo. Kaiir Elam – gatorswire.usatoday.com JAMES COOK. 2ª Ronda – Pick 63. Georgia Bulldogs, 5’11”, 199 libras. Es un corredor que destaca fundamentalmente por su explosividad y una capacidad excelsa de aceleración. Sus manos son simplemente espectaculares, erigiéndose en un arma sensacional desde el backfield o, incluso, desde el slot. Su capacidad de generar yardas en jugadas rotas es simplemente magistral. Además, tiene unos instintos innatos para buscar soluciones y dañar a la defensa rival, tal y como pudo advertirse en el pasado National Championship frente a Alabama. Sus cortes y la manera de correr tienen gran similitud con la de su hermano Dalvin, sin embargo, James pesa unas 15 libras menos. Está construido físicamente como un receptor, así que deberá ganar músculo, pero sin perder esa explosividad de la que hace gala. Con espacios, siempre te va a generar una Big Play. Puede complementarse a la perfección con Devin Singletary, en formaciones de doble running back (Cook desde el slot), tan habituales en los esquemas de Aaron Kromer. Es un chico que apenas está sobrecargado en su estancia en Georgia, puesto que su máximo de acarreos en un partido ha sido doce. Nada que ver con Zack Moss, que llegaba demasiado sobreexpuesto en Utah. James Cook – georgiadogs.com TERREL BERNARD. 3ª Ronda – Pick 89. Baylor Bears, 6’0”, 224 libras. Es el típico patrullero de una 4-3, alineándose como WILL o SAM. Es buen placador, aunque debe mejorar su técnica. Constituye un auténtico baluarte en el juego de carrera. Posee unos instintos brutales, gran capacidad de lecturas pro y post snap, siendo inteligentísimo en su juego. Dave… Continue reading ME ENCANTA QUE LOS PLANES SALGAN BIEN… DRAFT 2022 BUFFALO BILLS.

Sean McDermott, el “Licurgo” de Buffalo Bills.

Licurgo fue el gran legislador espartano que aplicó una serie de reformas y medidas, las cuales transformarían a la polis lacedemonia en la gran potencia mundial de la segunda mitad del siglo VII a.C. Su figura es tan mítica que muchas fuentes recogen ese fabuloso pasaje en el que aseveró, ante la oligarquía espartiata, que las reformas -que él mismo implantó y promulgó- serían aplicadas hasta que él regresara nuevamente a Esparta. Nada más salir de la ciudad lacónica, se quitó su propia vida para asegurar la aplicación perpetua de esas medidas.  Esparta es Licurgo, ambos términos van indisolublemente asociados, crean una perfecta simbiosis. La irrupción y ascenso de la mítica polis espartana no se concibe sin su legendario legislador. Las bases sobre la que Licurgo asentó la génesis misma de este fastuoso territorio se ciernen en torno a tres grandes aspectos: una excelsa educación, el menosprecio de la riqueza (es decir, la supeditación de cualquier aspecto individual al propio bien de la sociedad global) y el profundo amor a la patria.  Son lapidarias sus famosas reflexiones, pues creía firmemente que “lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, sino que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito”.  Coherencia, esfuerzo, trabajo, empeño máximo en lo que se hace, férrea disciplina, lucha por mejorar, elogio del conjunto sobre las individualidades, el profundo amor a los colores de una franquicia y, por encima de todo, pasión.  Todas estas características resumen a la perfección al hombre que ha cambiado el devenir de Buffalo Bills. Una persona íntegra, a la que nadie ha regalado nada en su vida. Un entrenador que está llamado a transformar una franquicia acostumbrada a perder -y a resignarse a asumir ese rol- en un equipo arrollador. Un conjunto que tiene un plan preestablecido, que sale a morir en cada partido, y no da por perdida una sola yarda en el emparrillado.  Nuestro líder, la luz que ilumina una pretérita senda llena de vesánicos finales y de tortuosos obstáculos, el eje que vertebra todo y da pleno sentido, nuestro “sargento”, nuestro legislador… Sean McDermott, el “Licurgo” de Buffalo.  Sean McDermott, un hombre hecho a sí mismo – dailycaller.com INICIOS Y PRIMEROS PASOS DEL MITO Sean McDermott nació el 21 de marzo de 1974 en la famosa localidad de Omaha (Nebraska). Estudió en La Salle College High School, donde destacó desde muy pronto en la práctica del football. De hecho, fue elegido All-Southeastern Pennsylvannia como defensive back en 1992. Pero era un atleta multidisciplinar, pues compaginaba la práctica del deporte del ovoide con otra de sus grandes pasiones: la lucha. Incluso llegó a ser campeón nacional de wrestling en 1992 y 1993.  Recibió una beca para cursar los estudios de Economía y Finanzas en el célebre College of William and Mary. Su amor por el football se incrementaría y obtendría pingües reconocimientos: su elección como All-Conference Safety, en 1997, sería su mayor hito. Entre sus compañeros en el equipo del Tribe estaba Mike Tomlin (actual entrenador de Pittsburgh Steelers), que jugaba de receptor y con el que se mediría Sean en más de una ocasión durante los entrenamientos. Conseguiría graduarse con honores, en 1997.  McDermott, un agresivo safety en el Tribe – wm.edu VUELO HACIA LA CIUDAD DEL AMOR FRATERNAL La primera oportunidad en el terreno del profesionalismo se la daban los Eagles. McDermott, pleno de optimismo e ilusión, emprendía el vuelo hacia Philadelphia. La labor que se le encomendó fue la de miembro del staff de scouting. Su desempeño fue tal que, el año siguiente, fue promocionado al cargo de asistente del Head Coach. Un ascenso meteórico.  Su magistral labor no pasaba desapercibida y cada vez era puesto en lugares de mayor responsabilidad. Así, en primer lugar, sería el encargado del control de calidad defensiva y, más tarde, se le encomendaría la misión de ayudar al entrenador de defensive backs. Su primer gran cargo le llegaría en 2003, sustituyendo a Steve Spagnuolo como entrenador de la secundaria eagle. Bajo su mando, sus dos safeties titulares (Brian Dawkins y Michael Lewis) obtendrían honores de Pro Bowl, por vez primera en la historia de la franquicia de Pennsylvania. Dawkins, con McDermott a la cabeza, obtendría dos viajes al Pro Bowl más -2005 y 2006-.  La temporada 2004 tuvo un sabor amargo para el bueno de Sean, pues los Eagles llegarían a la Super Bowl XXXIX, pero perderían 24-21 ante New England Patriots. Su rivalidad con las huestes aleccionadas por el ínclito Bill Belichik comenzaba a forjarse.  Tras la firma de Spagnuolo como Defensive Coordinator de New York Giants, McDermott era designado como preparador del cuerpo de linebackers, aunque el cargo le duró poco, pues Andy Reid confiaba más en él como preparador de la secundaria.  Debido a la grave enfermedad de Jim Johnson -que ocasionaría su fallecimiento poco después-, Sean fue nombrado Coordinador Defensivo Interino. Puesto en el que sería refrendado la temporada siguiente de 2009. Lamentablemente, las aportaciones defensivas esbozadas por McDermott no cuajaron en un equipo en plena decadencia, y sería cesado el 15 de enero de 2011.  Vuelo y descenso a los infiernos con los Eagles – inquirer.com UN RUGIDO EN CHARLOTTE Poco tardaría en encontrar una oportunidad y, el 17 de enero de ese mismo 2011, McDermottt rugía como Coordinador Defensivo de Carolina Panthers. Entre 2012 y 2015, consiguió que su defensa fuera agresiva, férrea y correosa, finalizando durante este trienio en el top 10 de mejores zagas de toda la NFL. Incluso Pro Football Focus lo designó con el galardón de Defensive Coordinator of the Year la temporada 2015.  La perfección defensiva llegó esa inolvidable campaña de 2015 con un nuevo viaje a la Super Bowl. En esta ocasión, la edición 50 frente a Peyton Manning y sus Denver Broncos. El cuerpo defensivo comandado por el natural de Omaha rindió a la perfección, solo concediendo un touchdown ofensivo, pero el ataque colapsó y concedió muchos turnovers. McDermott sufría su segunda caída en el Súper Tazón y Carolina perdía 24-10. Los paralelismos… Continue reading Sean McDermott, el “Licurgo” de Buffalo Bills.

TYLER BASS O EL FIN A LA CONDENA DEL “WIDE RIGHT”.

El 27 de enero de 1991, en la hermosa ciudad de Tampa (Florida), la historia de Buffalo Bills cambió para siempre. A ocho segundos del final del partido, los Bills perdían por un punto (19-20) ante New York Giants en la Super Bowl XXV. El quarterback de Buffalo, Jim Kelly, había hecho su trabajo y liderado un drive que dejaba el ovoide en una posición relativamente adecuada para que Scott Norwood, kicker del equipo, pateara un field goal de 47 yardas, que diera el primer campeonato de NFL al equipo del norte de Nueva York. ☠️ WIDE RIGHT ⚰️ Marv Levy tomó una decisión arriesgada, ya que Norwood, a lo largo de su carrera, solo había anotado 1 de 5 intentos de field goals de más de 40 yardas sobre hierba natural. Además, la patada más larga hecha buena por Norwood había sido de 48 yardas. Los nervios, el rapto emocional en el clímax del encuentro o la simple confianza en el abrigo de la Diosa Fortuna podrían explicar dicha determinación.  Scott sabía que iba a fallar ese field goal. Apenas tenía experiencia en sus lanzamientos sobre césped natural (hay que recordar que la superficie del emparrillado de los Bills era de hierba sintética), no tenía ni la práctica adecuada ni la actitud para afrontar una jugada que cambiaría su vida. Su mirada perdida, su gesto alicaído, sus movimientos corporales hacían presagiar un funesto desenlace.  Llegó el momento decisivo, la vesánica patada… El lanzamiento tenía la distancia suficiente, pero se desvió a la derecha. Al Michaels, locutor de American Broadcasting Company (ABC) -televisión que retransmitió ese Super Bowl XXV- pronunció una lapidaria frase: “No good… wide right”. Una oración que tocaba a muerte para la Bills Mafia, cuatro palabras que hirieron y siguen torturando el imaginario colectivo de la fanaticada bill. Una maldición que se inició ese cruento 27 de enero de 1991, una tortura que continuó con la pérdida consecutiva de otras tres Super Bowls, un martirio que se extiende hasta el día de hoy. El “Wide Right” –o simplemente The Miss para cierto sector de los aficionados de Buffalo- significó el fin de los días profesionales de Scott Norwood y la apertura de una brecha de equipo perdedor que desgarró el seno de Buffalo Bills. Unas declaraciones de Jim Kelly, tras su retiro en 1996, resultan significativas: “Si Scott hubiera anotado ese field goal, Buffalo tendría cuatro títulos. Esa patada cambió nuestra vida, nuestra historia”.  Scott Norwood, tocado y hundido – houstonchronicle.com UN AQUILES LLEGADO DEL SUR El poeta latino Estacio, allá por el siglo I, nos legó en su inacabado poema Aquileida el origen del mito del héroe Aquiles. Su madre, la bella Tetis, intentó hacer a su bebé inmortal. Para ello, sumergió a su hijo recién nacido en el caudaloso río Estigia. Pero la protectora progenitora zambulló a su hijo en la corriente mientras lo sostenía del talón derecho, dejando que esa parte corporal fuera su único punto débil. Paris, el héroe troyano, clavó su flecha en el talón de Aquiles y, por todos, es conocido el fin del semidiós griego.  Buffalo, desde aquel execrable 27 de enero de 1991, tiene su talón de Aquiles particular en la posición de kicker. Un puesto decisivo en todo roster de football, cuya regularidad, confianza y determinación puede cobrar especial dimensión en momentos álgidos de la temporada. A Scott Norwood le siguieron, en la posición, Bjorn Nittmo, Steve Christie, Jake Arians, Mike Hollis, Brandon Coutu, Ryan Lindell, Dan Carpenter y Stephen Hauschka. Ninguno de ellos pudo superar esa maldición del “Wide Right”.  Pero todo cambió el pasado NFL Draft. Brandon Beane volvía a hacer magia y elegía en sexta ronda, con el pick 188 general, a un radiante e imberbe mozalbete nacido en Columbia (South Carolina). Un joven pateador de 23 años que se había labrado la fama en un programa universitario minúsculo -Georgia Southern Eagles-, gracias a su descomunal y potente pierna. En sus tres años como titular en el equipo de Statesboro, Bass consiguió un 78’9% (2017), un 90’5% (2018) y un 71’4% (2019) de sus field goals intentados. Pero lo más sobresaliente de Tyler era su especial tino en lanzamientos con condiciones climatológicas adversas (viento y lluvia extrema). Esas bondades fueron bien anotadas por Brandon Beane, que no dudó ni un instante que Bass era el hombre llamado a cambiar el destino de los equipos especiales de Buffalo.  “En mi vida, he tenido que ganármelo absolutamente todo. Nadie me ha regalo nunca nada. (…) Llegué a las prácticas con esa mentalidad. Tenía muy claro que no era el número uno en el puesto, pero luché infatigablemente por ganarme ese puesto y, sobre todo, ganar el respeto de mis entrenadores y mis compañeros”. Estas palabras dejan muy patente el carácter competitivo, el afán de superación, el esfuerzo y la profesionalidad de Tyler Bass. Durante el noveno día del training camp, las prácticas de equipos especiales se iniciaron en el Bills Stadium. Hauschka anotó solamente dos patadas… dos extra points. Por su parte, Bass no solo hizo buenos los puntos extras que intentó, sino que anotó dos de tres field goals (41 y 43 yardas, fallando un intento de 55 yardas). Buffalo Bills ya tenía nuevo chico en la oficina. El kicker destinado a cambiar el fatum y a vencer a una maldición. Tyler comenzó su carrera deportiva en el soccer, siendo el encargado de lanzar todas las faltas -aspecto que, sin duda, estaría íntimamente relacionado con su técnica actual-. Sin embargo, su abuela, Rebecca Lusk, convenció a su nieto de que su futuro profesional estaba en el football. Rebecca era incondicional y acudía a todos sus partidos en high school y college, a pesar de que la señora Lusk tuvo que combatir durante años contra esa lacra llamada cáncer. La constancia, el ímpetu y el aliento de su abuela están indisolublemente unidos a la carrera de Bass. De hecho, siempre que Tyler iba a visitar a su abuela a South Carolina, la cita concluía con un… Continue reading TYLER BASS O EL FIN A LA CONDENA DEL “WIDE RIGHT”.